Bertha Leticia Rojas Rodríguez, propietaria de los edificios del fraccionamiento La Sierra que colapsaron en abril de 2023, presentó una demanda de indemnización por responsabilidad patrimonial por alrededor de 15 millones de pesos contra la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT).
Así lo dio a conocer su abogado Juan Marcos Gutiérrez González, quien señaló que la demanda fue presentada el 27 de marzo de 2024 ante la Secretaría de Honestidad y Función Pública (SHFP); dependencia que habrá de resolver el recurso legal. “Ya se va a cumplir un mes y están viendo cómo nos contestan” dijo el litigante, al mencionar que no ha sido admitida.
En conferencia de prensa, Gutiérrez González detalló que la demanda está basada en un estudio geotécnico elaborado por la empresa Stratum, cuyos resultados indican que el área tuvo mucha saturación de agua, derivado de una fuga de agua en un módulo de medidores a mitad de calle Tarahumara, que provocó el deslizamiento de tierra por el que a la postre colapsaron ambos edificios.
“Rechazamos que (el deslizamiento) haya sido por una falla en el muro de contención”, señaló el litigante, y aseguró que el estudio geotécnico no será compartido con la autoridad, como lo pidió la Dirección de Administración Urbana, por ya haberse interpuesto la demanda ante la SHFP.
Además, la CESPT incurrió en la responsabilidad de colocar el módulo de medidores en la calle Tarahumara (donde estaban los edificios) para dar servicio de agua a viviendas de abajo del talud, fuera de la calle.
La tarde de este 15 de abril de 2024, Gutiérrez González acusó que la administración municipal -encabezada por Montserrat Caballero Ramírez- ha sido omisa en investigar y en hacer un procedimiento para reparar o reclamar la reparación de la vialidad, pese a que ése es un bien municipal habida cuenta que el fraccionamiento La Sierra fue entregado al municipio. “Urgen acciones de remediación y mitigación de futuras situaciones”.
Lo anterior con todo y que un juzgado federal otorgó el falló a favor del juicio de amparo 566/2023, que le ordena a la autoridad dar respuesta integral y congruente a las solicitudes de investigación, mitigación y reparación. “Ahorita en este momento estamos en un incidente de incumplimiento, porque con amparo ganado están las autoridades municipales literalmente haciéndole al loco, en su eterna y truculenta evasiva”.
En ese sentido, el abogado negó que haya más juicios que los presentados por Rojas Rodríguez, que justifiquen la inacción de la autoridad. La señora Rojas Rodríguez y los residentes de la calle “son víctimas de la cupla y la negligencia” de quien permitió la saturación de agua, aseveró.
Respecto a la investigación que estaba llevando a cabo Sindicatura entorno a las licencias de construcción de ambos inmuebles, el abogado dijo que no fueron requeridos.
A un año de que los departamentos colapsaron, Bertha Leticia Rojas Rodríguez comentó que en este fraccionamiento cuatro de los cinco predios que fueron desalojados por el deslizamiento de tierra son de su propiedad en detrimento de sus ingresos, puesto que los tenía en renta entre 200 y 300 dólares. “Es inimaginable, yo todavía no lo puedo digerir, porque estoy muy afectada”.
Cecilia Higuera Cruz, una de las residentes que resultó afectada en la calle Tarahumara, comentó que después de un mes de haberse salido de su casa regresó a vivir, porque no tiene adónde ir. “Nadie nos soluciona nada, nadie nos viene a ver, mi papá nos construyó y en más de 50 años nunca habíamos tenido problema de fuga de agua, nosotros queremos saber quién se va a hacer responsable de arreglarnos la calle”.
“Ojalá que (la demanda de Rojas Rodríguez) nos beneficié a nosotros y no solamente esté buscando el beneficio de ella, porque nosotros estábamos bien hasta que se hizo ese edificio”, indicó Higuera Cruz.
Debido a que no se ha arreglado la calle, su familia tuvo que invertir en unas lonas para evitar que el agua se trasmine al suelo y haya más deslizamiento de tierra, y le fue robado un vehículo a su hermano al tener que dejarlo a varios metros de distancia de su casa. “No podemos dejar nunca la casa sola, porque anda la rapiña. Fuimos a pedir ayuda, que nos mandaran una patrulla, y dijeron que no, que nada más iban a hacer rondines, pero no es cierto, nunca han venido”.