Vivirá San Diego Latino Film Festival su trigésimo primera edición, encendiendo esperanza y resiliencia a través del poder del cine e impulsando la cultura latina. El encuentro fílmico abona al diálogo fronterizo y resalta las distintas visiones de directores por medio del séptimo arte
De la mano de su nueva directora artística, la cineasta María Paula Lorgia, el festival que ha tenido lugar desde su creación en 1994 abanderado por el estadounidense Ethan Van Thillo, celebrará su edición anual en el complejo cinematográfico AMC Mission Valley 20 del 14 al 24 de marzo.
Con el apoyo de la comunidad cinematográfica de ambas Californias y el resto de Latinoamérica, San Diego Latino Film Festival (SDLFF) promete una poderosa muestra a través de la selección de 70 programas fílmicos, cuyo objetivo apunta a reconectar con voces jóvenes, talento emergente, cineastas consagrados y distintas perspectivas contemporáneas, ofreciendo una amplia gama de narrativas que reflejan un mosaico de experiencias latinas.
“Es importante que San Diego Latino Film Festival comience a consolidarse como un festival fundamental dentro de la región. Creo que también es fundamental circular películas que no han estado en Estados Unidos, así como apoyar a cineastas emergentes de Tijuana y de toda América Latina. Justamente es la apuesta, que haya una nueva generación de cineastas”, puntualizó a ZETA María Paula Lorgia.
Como parte del programa fílmico Frontera Filmmakers, el SDLFF presenta películas en una exploración diversa y provocativa de las complejidades en la región fronteriza entre Tijuana y San Diego, que proporciona perspectivas multifacéticas sobre historias compartidas que hacen un llamado a la reflexión crítica sobre el entorno fronterizo.
En esta edición participan los títulos: “Mil pinos”, de Sebastián Díaz y Noam Osband; “100 maneras de cruzar la frontera”, dirigida por Amber Bemak; “Entre tierras”, del director Atzin Ortiz González; “Hacia el Norte”, de Natalia Bermúdez; “Aún conmigo”, de Alfonso Pineda Ulloa; “¿Cuándo regresarás?”, dirigida por los Hermanos Ventura; y “Zona Norte”, de Javier Ávila.
“Se sigue abordando el tema de la frontera, pero al mismo tiempo hay muchas temáticas sobre la juventud, cómo se vive en San Diego, en Estados Unidos y en Tijuana, que no necesariamente son historias de migración, sino de cómo la frontera está en la adolescencia y la forma en que se socializa. Las películas empiezan a volverse más críticas, hay que visibilizar las voces de la frontera y que dialoguen con otras regiones de América Latina, que los directores de Argentina, Colombia y Brasil se encuentren con el cine de esta región y se visibilice un cine de Tijuana y San Diego que existe como industria”, enfatizó la directora artística.
Dentro del calendario del SDLFF resaltan los filmes bajacalifornianos “Ángel”, de Hoze Meléndes y la productora Marla Arreola; “Amores incompletos”, dirigida por Gilberto González Penilla; “Javier Bátiz: The Iconic Musician of Tijuana”, de Alejandro Tamayo; y “Carly”, producida y escrita por la actriz tijuanense Shelly Ro, quien resaltó sobre su producción:
“Tuve a un equipo mitad de Los Ángeles, San Diego y la otra mitad de Tijuana, un set completamente bilingüe. Una de las cosas que busco como productora es que mínimo el cincuenta porciento de la gente que está detrás de cámaras sean mujeres. Hay mucho énfasis sobre lo que se hacen en ambas fronteras, y en esta película de ciencia ficción siento que tenemos un punto de vista específico”.
A su vez, el homenajeado para la edición 31 del SDLFF es el actor y comediante estadounidense Cheech Marín, conocido por su papel en el dúo de comedia “Cheech & Chong” durante los años 1970 y principios de los 80 y por interpretar el papel del tío Félix en las películas “Spy Kids” o a David Reyes en la serie de televisión “Lost”.
Además de tributar al cine chicano, el festival suma las figuras legendarias de la nominada al Óscar, Adriana Barraza; la estrella del cine y televisión mexicana Osvaldo Benavides y Sal López; así como las internacionalmente galardonadas en Cannes, Venecia y Berlín, Lila Avilés, Tatiana Huezo y Jimena Montemayor.
“Trabajar en un festival que se ha mantenido por tanto tiempo circulando cine latinoamericano, hace que la cinematografía prospere de un territorio se enriquezca, y en este caso, comprendemos a todo un territorio latinoamericano”, concluyó María Paula Lorgia.