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lunes, abril 22, 2024
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La corrupción en el INM

Era un secreto a voces: en el Instituto Nacional de Migración de Tijuana hay corrupción, transan con migrantes. En el momento más vulnerable de las personas que atraviesan por un éxodo, que han abandonado sus países o ciudades por falta de oportunidades económicas, catástrofes o inseguridad, los migrantes son extorsionados, sobornados o tomados como ilícitos clientes de irregulares procesos para darles una estancia legal.

Desde su llegada al Aeropuerto Internacional de Tijuana, o existe un corrupto pacto para no ser molestados y concederles el constitucional libre tránsito, o en ese momento son extorsionados: a cambio de una cantidad de dinero se les puede otorgar una visa de turista, y de no aceptar o tener suficiente dinero, como suele suceder, son trasladados a la estancia migratoria, donde otro viacrucis les espera.


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Funcionarios y agentes del INM están coludidos. A veces es muy evidente en el aeropuerto, reciben una llamada telefónica y ya saben a cuáles migrantes extranjeros no molestar y dejarlos pasar a la ciudad. En la acera ya les espera el transporte que pagaron con antelación y cuyos ocupantes se encargarán de los trámites para permanecer en el país.

Tal corrupto actuar ya no es un secreto. El 23 de febrero quedó al descubierto la puntita del iceberg que es la corrupción en el Instituto Nacional de Migración.

Una llamada anónima alertó a agentes federales de la ubicación de una casa donde residían polleros, personas dedicadas al tráfico de personas. Al acudir a la vivienda con el número 3663 en la calle Alicante de Villa Residencial Santa Fe, agentes federales encontraron a dos personas. Un matrimonio, hombre y mujer, que negaron ser polleros y se identificaron como funcionarios del INM. Ella, María Elizabeth Paredes Sánchez, acreditada con credencial oficial como Agente Federal de Migración C, es la secretaria del encargado del Instituto Nacional de Migración en Baja California, David Pérez Tejada Padilla. Él, Marte Antonio Camacho Solano, acreditado con credencial oficial como Sub representante Local Ensenada; en realidad era el encargado de la oficina en El Chaparral y el enlace inicial y directo con autoridades migratorias de Estados Unidos, que todos los días entregan personas a la autoridad mexicana en calidad de deportados.


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Después de la negativa sobre el señalamiento de ser traficantes de personas, el matrimonio, propietarios de la residencia, permitieron la inspección de la misma. Los agentes federales encontraron una caja fuerte y al solicitarles la clave para abrirla, la pareja no la quiso proporcionar. Cuando se les informó que sí o sí, se abriría, fuese que ellos proporcionaran la clave o que llegara personal especializado de la Fiscalía General de la República para abrirla, proveyeron el medio para hacerlo.

Dentro del equipo de resguardo y seguridad fueron localizados, en efectivo, un millón 90 mil pesos y 27 mil dólares estadounidenses. Además, carpetas en las cuales se detallan fecha, palabras, número, cifras económicas y sumatoria de las actividades.

Las libretas y su contenido están en investigación y análisis, aunque se presume, se trata de un diario de entradas y salidas. En lenguaje clave, cuántas personas han pagado, en qué fecha lo hicieron y cuánto fue por un trámite determinado. Las claves, algunas muy obvias. Por “Cubetas” entienden los investigadores, se trata de ciudadanos cubanos. “Arroz”, ciudadanos de China. “Tuercas”, personas provenientes de Turquía. “Rojos”, rusos. “Nicas”, de Nicaragua. “Peras” para referirse a los peruanos. “Industrias”, a los que llegan de la India. “Brazos”, a los ciudadanos brasileños. “Café” a los colombianos. “Reumas” a los rumanos.

A continuación de las claves, información económica de atención, fecha, número y dinero.

Para los elementos a cargo, el dinero que se encontraba en la caja fuerte eran las ganancias de una sola semana por tratos con migrantes de nacionalidades diversas. Además, ya se había repartido a otros funcionarios en la red irregular del Instituto Nacional de Migración, la parte que les corresponde. Es decir, los dos agentes sorprendidos con el efectivo no son los únicos en el entramado. En realidad, se requiere de más mandos para accionar toda la estructura y legalizar a migrantes sin documentos, tanto superiores como iguales.

Además del efectivo en pesos mexicanos y en dólares norteamericanos, a la pareja de funcionarios del INM les fueron asegurados documentos diversos: pasaportes, visas, 15 cartuchos con proyectiles para arma 9 milímetros  y uno en específico, expansivo. Los dos fueron detenidos y de ello se le notificó al titular regional del INM, David Pérez Tejada Padilla, quien inmediatamente se deslindó de los hechos, a pesar de la cercanía con las personas aprehendidas. De hecho, no los separó de sus cargos de forma inicial. Tampoco están detenidos.

A pesar que el proyectil expansivo que les fue localizado da pie a prisión preventiva por tratarse de uso exclusivo del Ejército, el matrimonio del INM cayó en blandito: en el Juzgado de Distrito del juez Gran Turismo, Óscar Saúl Cortés Ortiz, proclive a dejar en libertad a cualquier sospechoso detenido por algún delito federal u ordenar excarcelaciones para regalarle a los detenidos noches en departamentos de renta por aplicación.

Los dos funcionarios de Migración también contaron con la complacencia del titular, David Pérez Tejada Padilla, pues a pesar que fueron detenidos el 23 de febrero y que de manera inmediata Pérez fue notificado, no fue hasta el 20 de marzo, más de un mes después, que a través de un comunicado informó que ya habían sido retirados de sus cargos y se les había abierto una investigación interna.       

La realidad es que no los estaban investigando, no los habían separado de sus funciones y la corrupción en el INM ha dejado de ser un secreto para ser evidenciada con la investigación que llevó al aseguramiento del millonario efectivo y las libretas con las entradas, servicios, atenciones y cobros.

Otro hecho es que los funcionarios del INM detenidos no pudieron establecer el origen lícito del efectivo que tenían en la caja fuerte de su residencia, incluso cuando se vieron descubiertos, negaron que ese dinero fuese suyo. Sin explicar, claro, a quién pertenecía.

Por lo pronto, la corrupción en el Instituto Nacional de Migración quedó evidenciada, ahora falta que se deslinden responsabilidades y alcances de la red oficial transar con migrantes en el mismísimo INM.

Y luego dice el Presidente que ya no hay corrupción…

Autor(a)

Adela Navarro Bello
Adela Navarro Bello
Directora general del semanario ZETA, Consejero de Artículo 19 y del CPJ para las Américas, entre otros reconocimientos, tiene el Maria Moors Cabot 2021 de la Universidad de Columbia.
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