El 26 de febrero se concretó la venta de 13 centrales eléctricas de Iberdrola al gobierno mexicano, por 6 mil 200 millones de dólares. Con la venta de 12 plantas de ciclo combinado de gas y un parque eólico, la compañía española se deshizo del 55% de su negocio en nuestro país.
La central de Baja California, de 324 Megawatts (MW), destaca entre las 13 plantas con capacidad instalada de 8,539 MW, que en su mayoría operan bajo régimen de Productores Independientes de Energía contratados con la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Tras la adquisición del Gobierno Federal, 460 empleados pasarán a formar parte del fideicomiso liderado y gestionado por MIP (México Infrastructure Partners) La compañía española seguirá operando 15 plantas en nuestro país y tiene planes de incrementar sus activos eólicos y solares en los próximos años.
“La desinversión se cierra de acuerdo con los términos acordados el pasado mes de junio y encaja dentro de la estrategia del grupo Iberdrola, contribuyendo al cumplimiento de sus compromisos de descarbonización”, informó la empresa en un comunicado.
Un día después concretarse la adquisición, AMLO visitó la central eléctrica de ciclo combinado de Tamazunchale, San Luis Potosí, donde destacó que la operación permitirá a la CFE ser el principal generador de electricidad en el país.
“Esta adquisición es histórica y representa un esfuerzo concertado para recuperar y fortalecer el control estatal en un sector estratégico para el país”, aseveró el político tabasqueño, quien había calificado la compra de las centrales eléctricas como una “nueva nacionalización” en abril del año pasado. En 2023, la CFE tuvo una utilidad neta de 117 mil 494 millones de pesos, impulsada un incremento del 10% en la venta de energía eléctrica. Según el informe del cuarto trimestre de 2023, la mayor demanda del servicio eléctrico se dio en el sector doméstico, seguido por el industrial agrícola y comercial.