Contrastado entre tres mundos (España, Estados Unidos y México) y con una mirada fílmica global avalada por galardones en Venecia y Cannes, el director, guionista y productor Amat Escalante proyectó su quinto largometraje “Perdidos en la noche” en el San Diego Latino Film Festival, pretexto para compartir a ZETA su percepción sobre el cine mexicano, los latinos en Hollywood, el futuro inmediato e inquietudes sociales y de la industria fílmica.
San Diego, California. Dos décadas después de que su cortometraje “Amarrados” fuera seleccionado en el San Diego Latino Film Festival (SDLFF), el multipremiado realizador Amat Escalante retornó al encuentro fílmico para proyectar “Perdidos en la noche” (Lost in the Night), película antecedida por títulos como “Sangre”, “Los bastardos”, “Heli” y “La región salvaje”, con la que fue reconocido a Mejor Director en Cannes (2013) y Venecia (2016), respectivamente; sin olvidar los dos premios Ariel por dichas cintas en el mismo rubro.
Adoptado por los guanajuatenses, el oriundo de Barcelona (España), de madre estadounidense y padre mexicano, trajo al Sur de California su más reciente drama protagonizado por Juan Daniel García Treviño, la uruguaya Bárbara Mori, la española Ester Expósito y el experimentado actor y dramaturgo Fernando Bonilla, resultando un nuevo aprendizaje en la carrera del cineasta de 45 años.
“Uno va asimilando la vida y tratando de comunicar un punto de vista visual, más que biológico. Trato de mantenerme abierto a las ideas, sin tendencia clara ni caer en extremos, ya que el mundo pareciera que requiere un punto de vista radical. Me gusta retratar cosas diferentes, tratar de no repetirme, tomando en cuenta que mis películas vienen del mismo lugar de conciencia e interés por ver cómo afecta Estados Unidos a la gente de México”, señaló el también director de episodios de la serie “Narcos México”, quien estelarizó una retrospectiva temprana de su trabajo elaborada por An American Cinematheque.
Sobre su reciente filme estrenado en Cannes, Escalante señaló que fue coescrito con su hermano Martín durante el encierro de la pandemia.
“Vivo a las afueras de Guanajuato, entre montañas, y ahí es donde me imaginaba escenarios. En ese periodo se acentuó el uso de las redes sociales, de esa nueva fama de ser muy visual, de mezclar la vida real con imágenes que la gente aspira tener como vida, de esas formas de comunicarse y que muchas veces son fabricaciones. Por otro lado, el tema de la religión, las diferencias sociales, la violencia de la gente ante la falta de apoyo a situaciones desgarradoras y su búsqueda de apoyo en las religiones. El arte para cuestionar en un país donde nos inspiramos de los dramas cotidianos y de las tragedias desde el lado corrompido, dejando de lado mi cariño, obsesión e interés por Guanajuato, donde he filmado todo, a excepción de ‘Los bastardos’ que fue rodada en Los Ángeles, pero habla sobre guanajuatenses. Tomo lo que conozco, emociona y siento cercano de mi experiencia, contrastada al ser hijo de un mexicano y una estadounidense”, refirió.
Con relación a los contenidos en streaming y la inmediatez que rige la industria, “el mundo va cambiando sus formas de consumo visual y auditivo. no soy tan aficionado a las series, y filmar varios capítulos de las tres temporadas de ‘Narcos México’ resultó una experiencia agradable; el entretenimiento personal se volvió tan poderoso al tener una pantalla en la bolsa de los pantalones, luego serán los lentes”, reflexionó.
“El llamar contenidos a lo que creamos es parte de la modernidad, porque mucho de ello no será proyectado. No hay que olvidar que el rango de atención también disminuyó entre 30 y 90 segundos, entonces las películas tienen que cortar rápido para mantener al público, o ser más digeribles”, acentuó Amat Escalante.
En medio de la transformación global, México continúa posicionando títulos fílmicos en los más importantes festivales de cine del mundo, aunque ello no se refleja en el interés de un público masivo.
“Es cierto que desde hace 10 años se intensificó el cine mexicano por los incentivos fiscales, a tal grado que producimos 200 películas al año, algunas ya terminan en streaming. En general, el cine mexicano siempre está luchando contra los presupuestos de promoción de Hollywood. La exhibición siempre será tema delicado, aunque el cine ya está moribundo de por sí, pero estamos produciendo más que en cualquier otro momento”, observó el cineasta, cuya mirada está fija en proyectos internacionales, con el sistema y esquema de producción estadounidense, donde considera, la comunidad latina no ha sido representada adecuadamente.
“La cantidad ni diversidad latina está en las pantallas, se ha quedado en lo básico. Hay cierta invisibilidad en el cine a pesar de que estamos en todas partes, en los restaurantes, haciendo que la ceremonia de los Óscar funcione y seguimos siendo muy cliché en el cine. Me gustaría hacer algo sobre latinoamericanos, pero con mucha honestidad y complejidad, mostrando a la gente, sin miedo a retratar nuestras imperfecciones, perderle el miedo a la timidez y mostrarnos como somos; no como quisiéramos ser, porque eso siempre es falso, tampoco como víctimas, sino como trabajadores con mucha vitalidad”, puntualizó Escalante, quien se define inquieto ante la desigualdad y el abandono social.