Pocos temas concretos y diatriba hacia sus opositores respecto a la situación de violencia en el país, es lo que prevaleció durante la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien sostuvo su tradicional mañanera, en el Cuartel Militar, ubicado en calle 11, de Mexicali, donde por primera vez en cinco años, realizó su ejercicio político.
Alrededor de las 7 de la mañana de este jueves 14 de marzo, el mandatario federal atendió a medios de comunicación, donde aprovechó -como lo ha hecho durante los últimos días- para leer algunos pasajes de su libro, y de paso, dar una clase de historia sobre los fundadores o considerados “héroes” de la patria.
Andrés Manuel López Obrador, acudió acompañado de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, quienes en conjunto dieron el anuncio de la inversión que el Gobierno de México está realizando para garantizar el abasto de energía en Baja California, cuya crisis ha sido negada en reiteradas ocasiones por el gobierno local, pero que tras el mensaje del mandatario federal, se confirma que las obras tienen como objetivo resarcir este problema.
La inversión de más de 2 mil 600 millones de dólares es lo que se invertirá en 5 plantas de ciclo combinado, de combustión y la planta fotovoltaica de Puerto Peñasco, la cual se encuentra concluida en su primera etapa.
Comentó que todas las obras estarán concluidas para el mes de septiembre, por lo que se comprometió a volver a visitar la capital bajacaliforniana antes de terminar su gestión.
Para brindar detalles de la inversión llamó al director de CFE, Manuel Bartlet, quien precisó que el proyecto culminará la conexión de la red eléctrica nacional con la península, lo que permitirá al Estado abastecerse de mayores niveles de energía.
En total, se invertirán 2 mil 600 millones de dólares por cinco plantas, lo que representa aproximadamente el precio de la planta fotovoltaica prevista por el ex gobernador Jaime Bonilla Valdez, la cual era una sola y no contaba con las dimensiones del megaproyecto del Gobierno de México.
El mandatario federal tocó el tema de los militares fallecidos en Ensenada, debido a prácticas omisas por parte de sus superiores, a lo que refirió que el caso está bajo investigación de una corta marcial, pero también será investigado por la justicia civil, por tratarse de un homicidio.
López Obrador, también habló de la inseguridad, y aunque defendió a la Gobernadora al asegurar que la tendencia es a la baja y que recibiría todo el apoyo de su gestión, reconoció que en los delitos de robo de vehículos, el Estado se encuentra en primer lugar; mientras que en trata se ubica en tercero, homicidio y delitos de alto impacto en segundo, además de robo domiciliario que se ubica en séptimo lugar; y que el secuestro sostiene una tendencia al alza.
El presidente dijo de los decomisos de fentanilo y de las afectaciones que genera dicha droga a la juventud, principalmente en Estados Unidos. Sin embargo, insistió en que en México sólo se han localizado herramientas para confeccionar pastillas, más no en la producción del opioide.
De lo que no quiso hablar López Obrador es sobre una opinión clara en contra de las candidaturas de Juan Carlos Hank y de Jaime Bonilla Valdez, de los cuales el primero forma parte de una familia liga al viejo régimen de corrupción, mientras que el segundo ha aprovechado cada oportunidad para criticar y ofender a la Gobernadora.
Aseguró que esos temas no los toca debido a las restricciones del INE sobre su intervención en temas electorales.