La última visita del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, dejó una nueva promesa para los habitantes de la entidad: Baja California Sur sí estará dentro del decreto que garantiza un subsidio en el consumo de energía eléctrica. Asimismo, se firmó el convenio para la compra de las acciones de Mitsubishi sobre la Exportadora de Sal (ESSA) de Guerrero Negro, lo que convierte al Gobierno Federal en el propietario de la empresa.
Aunque desde hace semanas se advirtió que Baja California Sur no estaría dentro del decreto que evita que el subsidio se tenga que renovar cada año, una vez frente al pueblo de Mulegé, el mandatario reculó.
El viernes 23 de febrero se firmó el decreto para el subsidio de energía, para que las familias de los estados de Sonora, Nayarit, Sinaloa y Baja California, permanentemente paguen menos por el consumo de electricidad.
Ahora sí, la entidad estará contemplada; sin embargo, el gobernador del Estado, Víctor Castro Cosío, previamente anticipó que esto no sería así.
Argumentó que este decreto era algo gestionado por autoridades de Sonora y que implicaba participaciones estatales.
“Ya quedó, vamos a convencer al licenciado Manuel Bartlett para que se incluya en el subsidio también a Baja California Sur”, agregó.
A pesar de que esta situación es favorable, Baja California Sur ha contado con el subsidio de energía cada año, por ello, lo que organizaciones civiles y la oposición han solicitado es más bien un cambio en la tarifa de este “descuento”.
La asociación Centro de Energía Renovable y Calidad Ambiental (CERCA) ha explicado que la entidad cuenta con la tarifa 1-E, sin embargo, por las temperaturas de algunas zonas del estado y por los costos del servicio, insisten en que lo más óptimo es contar con la más alta, que es la 1-F.
Aunque se confirmó que la entidad entra en el decreto que marca que ya no es necesario renovar el subsidio cada año, la CFE aún no ha confirmado si habrá un cambio de tarifa, por lo que los montos en el recibo de luz podrían no variar.
Nacionaliza la Exportadora de Sal
Con bombo y platillo, el Presidente anunció el principal motivo de su visita: la nacionalización de la Exportadora de Sal (ESSA) de Guerrero Negro.
Ante la comunidad del pueblo del municipio de Mulegé, el mandatario y directivos de la empresa Mitsubishi firmaron el convenio que oficializa la compra de todas las acciones de la salinera más grande del mundo.
Desde un inicio, en su discurso, López Obrador aclaró que no se trata de una expropiación, sino más bien de un acuerdo económico que convenía a las dos partes. Subrayó que la ESSA debe ser bien administrada, con la política de “cero corrupción”.
“Va a seguir funcionando muy bien, con buenos resultados. Tenemos que sacarla adelante y alejarla lo más que podamos, para siempre, de la quiebra y de la privatización. Es una empresa del pueblo de México y en especial de Mulegé y Guerrero Negro”, dijo.
Asimismo, argumentó que la “economía moral” y el Fondo Minero han permitido la inversión para comprar las acciones que tenía Mitsubishi.
En este escenario, la titular de la Secretaría de Economía del Gobierno Federal, Raquel Buenrostro Sánchez, detalló que en total invirtieron mil 500 millones de pesos para comprar el 49 por ciento de las acciones que, hasta el 24 de febrero, pertenecían a Mitsubishi.
El recurso proviene en un 25 por ciento del Servicio Geológico Mexicano y en un 75 por ciento del Fideicomiso de Fomento Minero, esto de acuerdo con la intervención de la funcionaria.
Cabe recordar que se trata de la exportadora de sal más grande del mundo, la cual tiene una producción de ocho millones de toneladas al año, lo suficiente para abastecer a la zona del Pacífico en Asia y la costa este de América del Norte.
La capacidad de las instalaciones de la paraestatal permite recibir y cargar barcos por hasta 180 mil toneladas; produce y exporta el 84 por ciento de toda la sal en el país, lo que posiciona a México como uno de los principales productores de América Latina y el séptimo a nivel mundial.