Las lluvias torrenciales son cada vez más comunes en la costa del Pacífico, y aunque el exceso de agua es una buena noticia para los estados con sequía como Baja California, la posibilidad de incendios forestales será mayor en temporada de verano, coinciden investigadores.
La gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmedo informó que, a través del Consejo Estatal de Protección Civil, se han concentrado principalmente en Tecate y Tijuana con acciones de desazolve y auxiliando a personas con mayor necesidad.
El miércoles 7 de febrero, Alfredo Álvarez, secretario de Gobierno, detalló que de acuerdo a los resultados, la sexta tormenta invernal dejó una acumulación de agua de 70 milímetros en Ensenada, 50 en Tijuana, 38.1 en Tecate y 29.8 en San Quintín.
Los municipios de la costa fueron los más afectados con el fenómeno, principalmente Tijuana, donde se generaron importantes inundaciones y el municipio de San Quintín, afectando viviendas y zonas comerciales; en Ensenada, Mexicali, Tecate y Rosarito, el impacto fue menor.
Los incidentes más sobresalientes de Tijuana fueron el derrumbe en Pedregal de Santa Julia, inundaciones en Ejido Matamoros y Cumbres del Lago, así como extensos encharcamientos en la Zona Centro de Ensenada.
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De acuerdo con Caminos y Puentes Federales (Capufe), en la Carretera Escénica Tijuana-Ensenada se registraron por lo menos cuatro reportes por caída de rocas en la carpeta asfáltica, sin personas lesionadas o daños por tales incidentes.
Por otro lado, los accesos para las sierras con fines recreativos están suspendidos por cuestiones de seguridad en el Parque Nacional Constitución 1957 y San Pedro Mártir, donde hubo hasta 6 pulgadas de nieve.
Las lluvias que cayeron en BC en la primera semana de febrero son parte de un sistema climatológico conocido como Pineapple Express o Expreso de la Piña, el cual se origina en la costa de Hawái, en la Aloha, Estados Unidos. Una de sus características es que atrae lluvias torrenciales por dos o tres días.
Investigadores del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) conocen este fenómeno como un río atmosférico con una entrada de humedad del Océano Pacífico.
La investigadora Tereza Cavazos explicó que el nombre se acuñó en los años posteriores a 1990 en Estados Unidos, por una lengüeta de humedad que cruza Hawái, y como esa zona es productora de piña, recibió ese nombre, mientras que la expresión expreso se debe a que llega a las costas en uno o dos días.
“A nosotros -Baja California- nos van a llegar las colas (del Ciclón Bomba) porque ese sistema se va propagando del Pacífico hacia el continente, y como es temporada de frentes fríos, mismos que se propagan de norte a sur, entonces esa vaguada donde la humedad va a entrar al continente, asociada con el paso de la corriente de chorro y la teleconexión, detrás de este ciclón viene un frente frío que empuja a la humedad que está entrando a California, a que se mueva hacia Baja California”, detalló Cavazos.
“Escribí un artículo sobre los eventos extremos de lluvia en Tijuana relacionados con Pineapple Express. Esta humedad se genera debido al calentamiento del océano y es transportada hacía el continente a través de ondas atmosféricas que en climatología le llaman teleconexiones porque es un fenómeno generado a grandes distancias y luego se teleconecta a través de la atmósfera”, agregó.
Un ejemplo de teleconexiones, es el fenómeno El Niño, el cual inicia en las zonas ecuatoriales donde hay mayor calentamiento del océano y precisamente ahí las ondas interactúan con la humedad que se está elevando hacia la atmósfera, al tiempo que viajan hacia el continente.
“Ahorita es un año de El Niño muy fuerte, intenso, por eso hemos tenido una serie de ríos atmosféricos, aunque debo aclarar que no siempre es así, pues en 2017 fue año de La Niña, la cual provocó muchos ríos atmosféricos”, expuso.
Bajo estas circunstancias, las instituciones que basan sus acciones en el sistema meteorológico -como Protección Civil- deben estar pendientes porque no necesariamente un evento de este tipo siempre tiene los mismos impactos. La información satelital es relevante debido a la eficiencia para detectar, con varios días de anticipación, cómo se mueve la humedad de un lado a otro.
Otro evento meteorológico presente en la primera semana de febrero es el Ciclón Bomba (Bomb Cycle), el cual “es una circulación en contra de las manecillas del reloj, lo que significa que la humedad del pacífico entra en forma curvada a las cosas de California y Baja California, y está relacionada con la corriente de chorro, que es la que transporta esas ondas atmosféricas y genera vaguadas”, explicó Tereza Cavazos, lo cual implica que un Ciclón Bomba es cuando se predice que va a intensificarse en 24 horas.
Incluso la humedad entrará a Sonora y hasta el Noreste de México.
MUCHA LLUVIA EN POCO TIEMPO
De acuerdo con las precipitaciones, llovió más de 10 milímetros en una hora, pero la lluvia durante el día ayuda a infiltrar el agua y no toda se pierde, ya que el problema de los eventos extremos, es que llueve mucho en poco tiempo.
“Esa agua desafortunadamente se escurre, se pierde y se va al mar. Lo mejor es que llueva lento”, comentó la investigadora.
“Una combinación de humedad caliente, pero con un frente frío del norte, por eso lo sentimos con más bajas temperaturas”, complementó.
A diferencia de 2022, en este año el Océano Pacífico está muy caliente en lo que es la zona tropical, por eso cada año se comportan diferente, aunque se presente el mismo fenómeno.
EL EFECTO PINEAPPLE EN CULTIVOS AGRÍCOLAS DE BC
La investigadora Cavazos, quien ha colaborado con productores agrícolas en Baja California y productores de uva para vino en la región, indicó que BC es una de las zonas más secas del país, por lo tanto, siempre se esperan estas lluvias.
“Aunque sabemos que son extremas y se pierde humedad, las recibimos con mucho gusto”, comentó.
La entrada de humedad es de lluvia, pero en lo general, en las alturas estos fenómenos generan nieve en la sierra.
“Esa nieve para la zona de Ensenada es sumamente importante cuando se genera en San Pedro o Sierra de Juárez porque se acumula, y después poco a poco se derrite para después entrar en los acuíferos”, destacó.
Sobre las plagas, dependiendo del producto agrícola es el efecto, pues algunos necesitan horas frío y obviamente la mayoría de la producción en BC están adaptadas para un verano seco y lluvias de invierno.
“Lo que es la región de San Quintín, aunque son de invernadero, necesitan agua casi todo el año, por lo que tiene sistemas de riesgo tecnológica, a diferencia del cielo abierto como las uvas y parras, acostumbradas a lluvias de invierno y sin lluvia en verano”, asoció la investigadora del CICESE.
Como hay más agua en las zonas agrícolas, hay más yerba y por consecuencia más comida para los mamíferos de la región. Mientras que el matorral, vegetación típica de la región, originará más pasto seco, combustible para los incendios forestales.
Hasta el jueves 8 de febrero, los meteorólogos esperaban la continuación de una tormenta aún más poderosa el domingo.
Brian Ferguson, subdirector de Comunicaciones de Crisis de la Oficina de Servicios de Emergencia del Gobernador de California (Cal OES) caracterizó la situación como “una amenaza significativa para la seguridad de los californianos” y teme un impacto durante 10 a 14 días desde la línea de Oregón hasta San Diego y desde la costa hasta las montañas.
De igual forma, los meteorólogos informaron que la Costa Central podría ver olas de hasta 18 pies (5.4 metros) de altura el jueves 8 y viernes 9 de febrero.
El invierno de 2022, California fue azotada por numerosos ríos atmosféricos que destruyeron la sequía y provocaron grandes inundaciones; grandes olas que azotaron las comunidades costeras y nevadas extraordinarias aplastaron edificios. Más de 20 personas murieron.
A pesar de tormentas como el diluvio del 22 de enero de 2024, que generó dañinas inundaciones repentinas en San Diego, la tendencia general ha sido más seca.
Para concluir, los funcionarios estatales revelaron el martes 6 de febrero que la capa de nieve de Sierra Nevada, que normalmente suministra alrededor del 30% del agua de California, es sólo aproximadamente la mitad de su promedio hasta la fecha.
