Tras más de tres años de litigio, el Gobierno de San Diego, California, Estados Unidos, aceptó, el 2 de febrero de 2024, pagarle 800 mil dólares de indemnización a los deudos de José Alfredo Castro Gutiérrez, mexicano asesinado el 19 de octubre de 2020, por elementos del Departamento de Policía de dicha ciudad estadounidense.
A través de un comunicado, el Consulado General de México en San Diego señaló que el 19 de octubre de 2020, Castro Gutiérrez falleció a consecuencia de varios disparos de arma de fuego y descargas eléctricas, realizadas por policías de dicha ciudad estadounidense, en contra del mexicano.
Ese día, policías de la ciudad de San Diego atendieron una llamada de auxilio, para resolver un incidente, ya que el nacional mexicano sufría una crisis de salud mental y pensaba que alguien le iba a hacer daño.
Durante una conferencia de prensa, las autoridades del Consulado de México en San Diego informaron que desde que tuvieron conocimiento del caso, le dieron seguimiento, y solicitaron a las autoridades locales una investigación transparente, imparcial y expedita, para esclarecer los hechos y deslindar responsabilidades.
De conformidad con la legislación local, y a través de la oportuna canalización a los programas de asesoría legal del Consulado General mexicano, la viuda e hijos de Castro Gutiérrez presentaron una demanda por muerte injustificada, tras lo cual, el Gobierno de San Diego accedió a un acuerdo reparatorio.
El Cónsul General de México en San Diego, Carlos Gonzalez Gutierrez, confió en que el acuerdo registrado sentara un precedente, para evitar que se cometieran abusos policiales en contra de más mexicanos.
“Reiteramos a la familia Castro Gutiérrez nuestro pésame por el sensible fallecimiento de José Alfredo, al tiempo que reconocemos a las organizaciones que todos los días luchan en pro de la justicia y que acompañaron también este sensible caso”, indicó el diplomático.
EL ASESINATO DE CASTRO GUTIÉRREZ
Según se detalló en un video presentado en la conferencia de prensa -llevada a cabo en la sede diplomática-, alrededor de las 04:26 horas del 19 de octubre de 2020, se observan tomas de cámaras corporales de siete policías de San Diego, que acudieron al domicilio particular -ubicado en la comunidad Mountain View-, donde se encontraba el trabajador de la construcción, quien era residente legal en EE.UU. -donde rentaba un cuarto- y que sufrió un deterioro en sus facultades mentales, por lo que fue diagnosticado de padecer esquizofrenia.
Los policías dispararon varias descargas de pistolas no letales, para inmovilizar a Castro Gutiérrez, de 49 años de edad, quien pedía a gritos que le ayudaran, porque en su delirio pensaba que alguien quería matarlo. “¿Pueden mandar a alguien ya?”, clamó desesperada una empleada doméstica, quien afirmó que Castro Gutiérrez se encontraba quebrando los vidrios de una ventana, con la posible idea de lanzarse desde la misma.
Al momento de llegar al lugar, los elementos del Departamento de Policía de San Diego, el hombre estaba descalzo, con un teléfono móvil en una de sus manos y en la otra, un cortinero. Sin embargo, y en un acto que incluso sorprendió al resto de los agentes, uno de los elementos realizó una descarga eléctrica, con una pistola taser, para después dispararle con la escopeta de perdigones de goma y finalmente con un arma de fuego, con una bala que se incrustó en el pecho de la víctima. El inmigrante -que trabajaba en EE.UU. para enviar dinero a su familia en México-, murió diez minutos después.
Matt Dobbs, teniente de homicidios del Departamento de Polícia de la ciudad californiana, dijo en entrevista con el diario local The San Diego Union-Tribune, que los oficiales contaban con refuerzos caninos y habían preparado opciones no letales para neutralizar a Castro Gutiérrez, quien no acató las órdenes de los agentes, quienes le habían solicitado, tanto en inglés, como en español, que se detuviera.