El mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, le pidió, el 29 de febrero de 2024, a Donald Trump -ex presidente de EE.UU., desde el 20 de enero de 2017 hasta el 20 de enero de 2021-, que trabajara a su lado para conseguir apoyo suficiente en el Congreso de dicho país, para un acuerdo migratorio.
Durante una visita a la ciudad fronteriza de Brownsville, al sur de Texas, el presidente estadounidense insistió en la necesidad de que el Poder Legislativo de EE.UU. aprobara un proyecto de ley, pactado por un grupo bipartidista de legisladores, que incluía financiación para las autoridades migratorias, al igual que restricciones al derecho al asilo y ayuda para Ucrania e Israel.
“Esto es lo que le digo al señor Trump: únase a mí o me uno yo a usted para que digamos al Congreso que apruebe el proyecto bipartidista de seguridad fronteriza”, señaló el mandatario estadounidense, tras haberse reunido con miembros de la Patrulla Fronteriza y autoridades migratorias.
El presidente -que milita en el Partido Demócrata- aseguró que los funcionarios con los que habló le comunicaron que requerían más apoyo económico. “Necesitan desesperadamente más recursos, necesitan más agentes, más oficiales, más jueces, más equipo para asegurar nuestra frontera“, destacó Biden.
Por su parte, Trump se pronunció desde la localidad fronteriza de Eagle Pass, Texas, desde donde enfatizó que esos migrantes “llegan de cárceles, de instituciones mentales […] y son terroristas. Se está permitiendo que entren en nuestro país. Y eso es horrible”.
Además, el ex presidente estadounidense aprovechó para subrayar que durante su mandato había mano dura con las personas sin documentos, a diferencia de la gestión de su sucesor, Biden.
“Es un pésimo presidente. Probablemente, el más incompetente que jamás hayamos tenido. Está permitiendo que entren miles de personas de China, Irán, Yemen, Congo, Siria y otras muchas naciones. Estados Unidos se está viendo invadido por el crimen migrante de Biden”, sostuvo el magnate neoyorquino.
“Podría llegar a los 18 millones para cuando abandone el cargo. Afortunadamente, el mayor riesgo que tenemos son nueve meses. Es mucho tiempo. Pueden pasar muchas cosas malas […] Lo que ha hecho con nuestro país es destruirlo”, dijo Trump.
“Cuando alguien violaba la ley, nosotros lo capturábamos y lo deportábamos. Hicimos un gran trabajo. Y después hubo una elección […] y a partir de ese momento empezaron a pasar un montón de cosas malas. La situación cambió en Texas y en todas partes”, insistió el ex mandatario estadounidense, quien también advirtió de los problemas prácticos que planteaba la llegada de un gran flujo de migrantes a EE.UU.
“No tenemos a nadie que hable esos idiomas. Son idiomas realmente extranjeros. Nadie los habla. Y están llegando a nuestro país y trayendo tremendos problemas, incluyendo problemas médicos“, enfatizó Trump, quien estuvo acompañado del gobernador de Texas, el también republicano Greg Abbott.
El mismo día, el juez federal David Ezra bloqueó una nueva ley de Texas, que permitiría a la Policía de dicho estado, arrestar a migrantes sospechosos de haber entrado ilegalmente a Estados Unidos y que iba a entrar en vigencia el 5 de marzo de 2024.
La medida (SB 88-4) fue demandada por grupos de defensa de derechos civiles encabezados por la Unión Estadunidense de Libertades Civiles (ACLU, en inglés) en diciembre de 2023, a pocos días de ser firmada por el gobernador de Texas.
Los demandantes alegaron que la ley era inconstitucional, porque violaba la supremacía de la ley federal, que regula la inmigración en Estados Unidos, sobre las medidas aprobadas por un estado de EE.UU.