El consejero del IEE fue el más “turista” de 2023, pues viajó a Hermosillo, Cancún, Guadalajara, entre otros destinos. En su agenda cargó al erario hasta el pan de La Rumorosa
El turismo electoral existe y los integrantes del Consejo General del Instituto Estatal Electoral (IEE) lo han aprovechado con singular alegría, ya que sus “agendas de trabajo” los han llevado a viajar a varios destinos dentro del país, como Veracruz, Cancún, Guadalajara, Acapulco, entre otros sitios.
Sin brindar detalles que justifiquen los viajes que realizan dentro y fuera del país, los consejeros electorales aprovecharon las invitaciones fuera de la entidad para relacionarse con otros consejeros o integrantes del escenario electoral del Estado, pero algunos de ellos sí rayan en lo exagerado en torno al uso del recurso público para sus paseos.
El autor de esta columna llevó a cabo una petición de Acceso a la Información (020068024000014) al organismo electoral para conocer los viáticos solicitados por concepto de los viajes realizados por integrantes del Consejo General durante 2023, donde se pudo descubrir que algunos de ellos, como Jorge Alberto Aranda Miranda, disfrutaron del erario.
Y es que el consejero solicitó facturas para la devolución de su dinero en la compra de cuestiones minúsculas, por ejemplo, un tubo de botanas Pringles sabor crema y cebolla; varias frituras Chips con sal y jugo de manzana, además de Gatorade y bebidas energéticas Monster, que adquirió en las tiendas de conveniencia de cualquier parte del país y por las que pagaba no más de 50 pesos cada producto. Pero Aranda no deja títere con cabeza y casi casi pide deducibles a los vendedores de artesanías: es el único que le cobra al IEE sus “antojitos” cuando está de viaje.
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Entre sus agendas fuera de Baja California, Aranda visitó Hermosillo, Sonora, donde acudió a un restaurante Sonora Steak House y pagó una cuenta de 2 mil 114.41 pesos. Lo curioso es que de ese monto se pagaron 660 pesos sólo en bebidas, lo que sugiere que tuvo mucha sed durante su estancia.
En ese primer viaje, que duró del 26 al 28 de enero, acudió al Primer Foro Regional de Educación Cívica, para después trasladarse a Jalisco, donde asistió al informe de labores de los magistrados de la Sala Guadalajara, donde evidentemente requirió hospedaje. Por sus estancias se cargaron a la cuenta 2 mil 711 y 2 mil 082 pesos, respectivamente, en los hoteles Staybridge Suite Guadalajara y Fiesta Inn de Hermosillo.
Aranda volvió a viajar a Guadalajara hasta octubre, donde mediante una agencia de viajes, se hospedó en el hotel Camino Real; en total pagó casi 5 mil pesos en su estancia de 24 horas.
El consejero también hacía gastos inesperados dentro del Estado, donde incluso el 7 de octubre, a su regreso a Mexicali, facturó la compra de un bizcocho, una pasta fina, batidos, un muffin grande, un pan de grano (en total fueron 170 pesos) y hasta un queso natural de 300 pesos de la conocida panadería Dulce Altura, lo que evidentemente es cuestionable que se pueda considerar como “viáticos”. A esto se deben agregar sus hospedajes en Tijuana: los más de 2 mil pesos por noche en Hotel Lucerna y Baja Inn, en el que llegó a erogar más de 3 mil pesos por estancia; o el Grand Hotel Casino Resort de Playas de Rosarito, donde llegó a gastar casi 5 mil pesos.
Jorge Alberto Aranda también se “escapó” por tres días en noviembre de 2023, hospedándose en el hotel Ocean View -en la zona de Punta Cancún-, donde tanto en comida como en estancia, se pagaron 6 mil 840 pesos.
Cabe mencionar que en la petición de Acceso a la Información se pudieron conocer los viajes de todos los consejeros, pero Aranda fue el que destacó por encima de los demás a la hora de cargar los cobros al erario de los bajacalifornianos.
