Ensoberbecido porque los partidos políticos dimensionaron un impacto electoral que no tiene, Jorge Hank Rhon se fue de bruces y sólo con sus “reflexiones” acabó con la alianza que el 23 de diciembre de 2023 firmó su partido, PES, con Morena en Baja California. Bueno, eso, y que no le concedieron un distrito electoral federal.
Efectivamente, un día antes de la Nochebuena 2023, el partido Morena que en BC lidera la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, firmó una alianza con el Partido Encuentro Solidario de Hank para ir juntos, además del Partido Verde Ecologista y Fuerza por México, a la elección del próximo 2 de junio.
Generosos quién sabe por qué, los morenistas le dieron a Hank dos alcaldías que ellos habían ganado en 2019 y una vez más en 2021, la de Tecate y la de Rosarito, además de algunas regidurías y la sindicatura del ayuntamiento más grande en términos administrativos: Tijuana.
Muchos hankistas que en su pasado priista no habían logrado nominaciones ni alcaldías, ya brincaban de gusto asumiéndose ganadores por ir en una alianza con Morena, entre ellos Laura Torres, la hija de don Hugo Torres en Rosarito, y el autodefinido como ex morenista y nuevo pesista, Darío Benítez en Tecate, además de los hijos de Hank, quienes ya se veían en alguna posición.
Cuando trascendió en el ámbito nacional la alianza que Morena signó con el PES de Hank, algunos morenistas, periodistas y simpatizantes, exigieron un rompimiento al no representar los Hank, al movimiento iniciado por Andrés Manuel López Obrador.
Citlalli Hernández, secretaria general de Morena, fue la más férrea opositora, a posteriori, de tal alianza y mezcolanza ideológica. En Baja California, Araceli Brown, la alcaldesa de Rosarito, solicitó licencia para dedicarse de lleno a oponerse a tal contubernio político electoral, y recuperar para Morena la alcaldía del quinto municipio.
El tema caló en el ámbito nacional, y a inicios de 2024, ya se sopesaban las formas en que Morena podría recular en la alianza con el ex detenido por acopio de armas y señalado en investigaciones de varios asesinatos.
Pero Jorge Hank les dio la pauta necesaria que a su imaginación no llegaba: el sábado 6 de enero, postrada su humanidad en una silla, hizo declaraciones a la prensa. Para empezar, le preguntaron si el Presidente Andrés Manuel López Obrador, ahora que su partido el PES y Morena estaban aliados, había cambiado al país como lo prometió. Sin empacho alguno, orondo y como si tuviese calidad moral para hablar del tema, Hank respondió: “Sí, cómo no, está de la repatada si lo cambió”.
Para precisar la respuesta, los reporteros insistieron ¿Para bien o para mal?, y el casinero abundó: “Pa’ mal, Pa’ mal… ahorita venía yo oyendo, y llevan 365 muertos en estos seis días, ¿no? Güey, pues eso no es, eso no había, entonces, obviamente pues la inseguridad está boyante, está pésima la seguridad en el país”.
Y remataría:
“El señor Presidente sí está acabando con la pobreza, pero uno por uno, ¡taca, taca, taca, taca! (entonó emulando el sonido de una metralleta). N’ombre, así no, así no va a acabar nunca, está de la patada”.
Por supuesto que el video llegó a la cúpula de Morena y fue el pretexto que les hacía falta para romper con la alianza que solos y condescendientemente firmaron con Hank el 23 de diciembre de 2023, de la cual pronto se arrepintieron… en Ciudad de México, no así en Baja California.
La realidad es que en el Estado 29, la gobernadora Marina Ávila ha sido muy generosa con Jorge Hank, lo ha invitado a sus actos conmemorativos, lo hizo a su toma de posesión y posteriormente a sus informes, incluso cuando el año pasado lo atestiguó López Obrador. Jorge Hank estuvo presente, de plácemes, integrándose con la clase política de Morena e incluso charlando con la fiscal general del Estado, María Elena Andrade… y tendría que ser ella quien lo investigara.
Apabullados por la fama, el estilo de vida y el dinero que tanto presume, los morenistas de BC se fueron con la finta y, arriesgando todo, formalizaron y firmaron la alianza con Hank, a pesar de los señalamientos de violencia, inseguridad y criminalidad, que le rodean, o el hecho que Estados Unidos no le permita la entrada a su territorio. Sin antecedentes electorales de éxito en su haber, dado que ha perdido en dos ocasiones la gubernatura del Estado y su partido, PES, no ha sido capaz de ganar ni una diputación, le confiaron dos municipios y otras nominaciones “menores”.
La alianza firmada en diciembre de 2023 atravesará por modificaciones para sacar al PES de la jugada político-electoral, quedando sólo en Morena, PVEM y Fuerza por México.
Será la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, quien, en conferencia de prensa, en estos días dé a conocer el rompimiento con el del casino y ex reo del penal del Hongo. Un morenista comentó que no quisieron hacerlo antes del cierre de precampaña de la doctora Claudia Sheinbaum -que ocurrió el jueves 18 de enero- precisamente para no opacar la “fiesta política de la virtual candidata a la Presidencia de la República”, con un desencuentro que lleva por apellido Hank.
A estas alturas del proceso, el Partido Encuentro Solidario que dirige uno de los hijos del casinero, se queda sin la posibilidad de aliarse con algún otro instituto político, por lo que, de persistir en su ánimo electoral, deberá contender sólo con candidatos postulados por ese instituto político. Y nada más.
Con el truene de la alianza Hank-Morena, otra vez muchos ex priistas quedaron huérfanos de candidatura, como el alcalde de Tecate, que en un ánimo entreguista hacia el hankismo, se registró en la interna por el PES, justificando que había dejado las filas de Morena desde 2017.
Ahora sí que sólo el PES, con candidatos hankistas y propios, vestidos de morado, podrán dimensionar la capacidad electoral que tienen para lograr votos. Y a ver quién cae.