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miércoles, mayo 1, 2024
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Themis

“Penetra en el fondo del corazón de esos hombres y verás qué jueces temes y que jueces son para ellos mismos”. 

-Marco Aurelio


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Por mucho tiempo se ha considerado a Themis como la Diosa de la Justicia. Es un ser divino y femenino, que impartía la justicia, puesta una venta en los ojos con el objeto de no ver a los justiciables y tratar a todos por igual, a fin de no caer en preferencias y de esta forma que todo justiciable sea igual ante ella.

De igual forma mucho se discutió entre dos corrientes jurídico-filosóficas: el iusnaturalismo e iuspositivismo, en cuanto a la forma de concebir la justicia, ya como un valor o instrumento de pacificación social y de otra forma como un control jurídico y político sobre el derecho.

Cualquiera que sea la posición de los estudiosos del derechos filósofos o sociólogos, lo que es cierto es que esta diosa Themis podría prescindir desde este momento de su famosa venda igualitaria para percatarse de la realidad que impera en las sociedades de hoy en día y podría observar también la evolución que ha tenido la sociedad en el aspecto político, social, criminológico etc., es decir, todos los cambios dramáticos y radicales que se han dado en los ámbitos jurídicos y en el sector social vinculado al derecho penal, ya que actualmente nuestra sociedad ofrece profundas diferencias sociales, altos índices de pobreza y de incultura, que incluye a una gran parte de la población mundial.


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Pongamos un ejemplo: en nuestro país no existe la cultura de la denuncia; inclusive ante asaltos, robos, golpes, agresiones con arma de fuego,  los políticos que usualmente ocupan las fiscalías, al ver estos hechos, dicen que no pueden actuar porque no hay denuncia, ignorando y olvidando maliciosamente que muchos de estos ilícitos se persiguen de oficio; esto es, sólo con que la autoridad tenga conocimiento y no requiere de la denuncia de un particular para iniciar una carpeta de investigación. En nuestro país en general no existe una cultura de respeto y de tolerancia para quienes piensan distinto a los demás, esto ha originado en muchos casos fuertes discusiones y violencia como una situación previa a la comisión de un delito.

Creo que actualmente la figura que tenemos todos los abogados sobre nuestro escritorio en el despacho en el que ejercemos, es la de los edificios en donde se encuentran los juzgados civiles, familiares o penales con una Themis inmensa que simboliza que en dicho lugar se imparte la justicia sin distinción de clase alguna; ya no se encuentra vigente en la actualidad debido a los fenómenos sociales, los adolescentes convertidos en sicarios o en halcones de los grupos de delincuencia, la música que se difunde y que escuchan los jóvenes en sus reuniones en plena alabanza a las conductas como el narco o el sicariato y que influyen en el desarrollo y en el comportamiento humano.

Hay muchos personajes fundamentales que se encuentran perdidos en el contexto de los dramas penales; uno de ellos es el de la víctima, al que menos importancia dan las fiscalías de todo el país, al que se le exigen con exceso requisitos para poder denunciar, para poder integrar los elementos del delito que denuncia, olvidando esos irresponsables funcionarios de las fiscalías que dicha labor les corresponde a ellos, que se supone que el personal de las mismas está capacitado para buscar los elementos constitutivos de las conductas que se reprochan en el ámbito penal. Desatendida igualmente la víctima del delito por la policía de investigación, por los auxiliares del ministerio público y por los propios fiscales que consideran que atender al denunciante es “una pérdida de tiempo en relación al exceso de trabajo que dicen ellos que atienden”.

Es seguramente probable que muchos fiscales no integren su carpeta de investigación y tampoco los juzgadores, al instrumentar el juicio penal con dedicación para observar e identificar si se encuentran ante un grupo vulnerable, como lo es en el caso de la mujer, cuando se trata del grave delito de feminicidio, o de personas que integran la comunidad LGBT+ que cuando se creó la figura de la Themis no existían y que hoy, en lo general, pasan desapercibidos.


Benigno Licea González es doctor en Derecho Penal y Derecho Constitucional; fue presidente del Colegio de Abogados “Emilio Rabasa” y actualmente preside el Colegio de Medicina Legal y Ciencias Forenses de B.C.

Correo: liceagb@yahoo.com.mx

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