Fue “una época en la cual los escritores eran dioses, tenían un poder inmenso, ganaban mucho dinero, vendían millones de ejemplares; eso cambió”, expresó a ZETA el autor de “Los genios”
La incógnita sobre por qué Mario Vargas Llosa le propinó un puñetazo en la cara a Gabriel García Márquez en febrero de 1976 en México, es lo que trata de indagar y recrear desde la ficción Jaime Bayly en su novela “Los genios”, editada por Galaxia Gutenberg, uno de los libros más esperados en 2023.
Pero el incidente que acabaría para siempre con la amistad de los escritores que años después ganarían ambos el Premio Nobel de Literatura es sólo un pretexto del autor peruano para recrear “una época gloriosa”, como reconoció en entrevista para ZETA.
Joaquín Sabina, Carlos Fuentes, Neruda, Pablo Picasso y Carmen Balcells, entre muchos otros, fueron también los protagonistas entre las décadas de los 60 y 70 del Siglo XX, época en que Bayly quiso pintar “Los genios” como un fresco muy vigente.
EL PUÑETAZO
Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa se conocieron en agosto de 1967 en Caracas, Venezuela. Una gran amistad surgió entre ambos escritores; incluso, Vargas Llosa publicó en 1971 el libro en homenaje a García Márquez “Historia de un deicidio”. Pero todo cambió en 1976 en México, cuando Mario Vargas Llosa le pegó un puñetazo en la cara a García Márquez, derribándolo en el acto. “Esto es por lo que le hiciste a Patricia”, habría justificado Vargas Llosa defendiendo el honor de su entonces esposa Patricia Llosa.
— ¿Por qué una novela y no una biografía testimonial o periodística de ambos autores?, cuestionó ZETA a Jaime Bayly.
“Podría haber sido un libro de no ficción, un testimonio periodístico. Yo preferí que fuera una novela, ¿por qué?, porque yo tenía que investigar por qué Vargas Llosa le pegó a Gabo. Y cuando le pegó, Mario le dijo: ‘Esto es por lo que le hiciste a Patricia’. Yo tenía que investigar qué le hizo Gabo a Patricia, si algo le hizo, que tal vez no le hizo nada y Vargas Llosa se afiebró de celos. Al ser una novela, una obra de ficción, me permitía la licencia o la libertad de inventarme cosas. Quiero decir, por ejemplo, yo no sé qué pasó en la intimidad entre Gabo y Patricia Llosa, porque yo no estuve ahí, porque Gabo no me lo contó y Patricia tampoco. Entonces me lo he tenido que imaginar”, narró a este Semanario Jaime Bayly (Perú, 1965).
“La novela me permitía esa licencia: contar unos hechos históricos, pero allí donde yo no podía investigar, dar rienda suelta a la imaginación. Me dejo entender: si yo escribía una crónica periodística, una obra de no ficción, yo tenía que decir rigurosamente la verdad.
Y llegado a ese momento crucial, Gabo y Patricia en la suite de un hotel, el hotel Castell en las afueras de Barcelona, yo tendría que haber dicho, en honor a la verdad, si era una obra de no ficción, una obra biográfica. No sé lo que pasó en esa suite, yo he preferido inventármelo”.
— ¿Los entrevistaste a los dos sobre este tema del golpe?
“Sí, los he conocido a ambos. A Vargas Llosa lo conocí hace muchos años y he sido muy amigo de su familia durante muchos años; lo he entrevistado a él, he entrevistado a Patricia, su esposa, su prima hermana; he entrevistado a Álvaro, su hijo mayor. He sido muy cercano a la familia. Siempre me daba curiosidad saber por qué Mario le había pegado a Gabo y por qué nunca más le habló; es decir, que no propició un reencuentro, una reconciliación o un abrazo de despedida. También conocí a García Márquez y también a Gabo le pregunté por qué Mario le dio el puñetazo. No sólo eso, la investigación de la novela que he tratado de que sea prolija, rigurosa, me ha llevado a hablar con muchos escritores amigos de García Márquez y de Vargas Llosa; por ejemplo, Carlos Fuentes, Álvaro Mutis, Plinio Apuleyo Mendoza, Jorge Edwards y Tomás Eloy Martínez. Yo con todos ellos hablé, a todos ellos los entrevisté en mi programa de televisión en Miami. Yo los invitaba, los entrevistaba. Después del programa les preguntaba: ¿Qué pasó? ¿Por qué Mario le pegó? ¿Por qué se pelearon? ¿Qué le hizo Gabo a Patricia?”.
— ¿Los diálogos en la novela provienen de entrevistas, de conversaciones escuchadas, o son una interpretación?
“Yo tengo 40 años haciendo programas en la televisión, comencé a los 18, ahora tengo 58. Me he pasado la vida haciendo entrevistas, por lo tanto, mi oficio es el de preguntar y en esta novela me pregunto: ¿Por qué Mario le pegó a Gabo? Mi oficio es el de dialogar, hacer preguntas, escuchar a mi interlocutor, hacerle preguntas, y, entonces, en la novela debo confesarte que los diálogos eran una prueba ardua, porque yo no viví todo eso, yo era un niño cuando todo aquello ocurrió, yo no estaba cerca de los genios. Yo no vivía en Barcelona, por tanto, hacerlos hablar, recrear los diálogos de una manera que fuera creíble, persuasiva, fue muy difícil para mí. No es lo mismo escribir una novela inspirada en tu propia vida, ¿cierto?, una novela autobiográfica, porque esto es más fácil. Escribir una novela histórica que ocurre en un tiempo en el que tú eras un niño, es un esfuerzo creativo mayor, por lo menos para mí”.
UNA NOVELA DE CLAROSCUROS
Leer “Los genios” es encontrarse con algunos claroscuros hipotéticos que el autor recrea de los protagonistas, pero es quizá el Premio Nobel de Literatura 2010 el que se lleva la peor parte; por ejemplo, Jaime Bayly supone desde la ficción algunas opiniones muy crudas de Mario Vargas Llosa sobre su padre, Ernesto Vargas.
— “Es una bestia, un animal. Le pegaba a mi madre”, le dice, en la novela, Mario Vargas Llosa a Susana Diez Canseco, su novia, sobre su padre, el militar Ernesto Vargas. ¿Este tipo de afirmaciones son una interpretación de la personalidad de Mario Vargas Llosa?
“Sí, sí. Digamos, yo no estuve ahí cuando Mario lo dijo. Pero yo imagino que Mario podría haberlo dicho, yo sé que Mario pensaba eso de su padre, que era una bestia, que era un cabrón, un cabrón de mala entraña, que era un matón, que era un dictador en su propia familia, le pegaba a Dorita, le pegaba a Mario. Mario odiaba a Ernesto Vargas, y cuando Ernesto Vargas aparece en la novela ‘Los genios’, es evidente que Mario sigue odiándolo, que no lo ha perdonado y no lo va a perdonar. Así fue en la vida misma”.
— ¿La novela fue leída por Vargas Llosa previamente a su publicación?
“No. No, porque hace unos años yo ya me aparté de don Mario y de su familia, ya no somos amigos, nos peleamos, nos peleamos por razones políticas allá por año 2010, 2011, justo después de que ganara el Nobel; él lo ganó en octubre de 2010. Nos peleamos porque él apoyaba a un candidato presidencial peruano de izquierda, un militar nacionalista, de apellido Humala, y yo no quería que Humala fuese presidente, pero Humala ganó con el apoyo de don Mario. Así que nos peleamos por razones políticas y es una pena, porque yo creo que los escritores no deberían pelearse por razones políticas, ¿cierto? Pero ocurre. Él apoyaba a un determinado candidato, yo apoyaba a una determinada candidata y nos alejamos. No sé si él ha leído la novela, quiero creer que sí la ha leído. Y sospecho que, si la leyó, debe haberse reído”.
— Esta novela sólo la pudiste haber escrito tú, otro autor muy probablemente habría cambiado los nombres. ¿Por qué preferiste escribir “Los genios” con los nombres reales?
“Es una pregunta tremenda y era un riesgo no menor. Mira, había el riesgo de que Vargas Llosa me demandara, de que dijera: ‘No, eso no ocurrió, él me atribuye unas cosas que yo no hice, o que yo no dije. Ha dañado mi honor’. Algunas editoriales me dijeron: ‘El libro me gusta, pero yo no me arriesgo a publicarlo porque nos pueden demandar’. Entonces, yo tenía la opción de cambiar los nombres. A García Márquez le hubiera puesto Garcés Marcos, y al otro le hubiera puesto Vega Llona, pero no era lo mismo. Yo creo que era una cobardía cambiarle los nombres, creo que hubiera devaluado el texto, hubiera rebajado el vuelo artístico de la novela. Además, yo quería esa foto en la portada. Entonces, si ahí ya están en la portada, no les voy a cambiar los nombres”.
EL ÉXITO ANTES DEL NOBEL
Aunque Gabriel García Márquez (Colombia, 1927) era nueve años mayor que Mario Vargas Llosa (Perú, 1936), el de Arequipa alcanzó la fama primero con títulos como “La ciudad y los perros” (Premio Biblioteca Breve 1962), “La casa verde” (1966) y “Conversación en La Catedral” (1966).
Sería hasta 1967 cuando el de Aracataca experimentaría el éxito con su célebre novela “Cien años de soledad”, aunque previamente había publicado las novelas “La hojarasca” (1955), “El coronel no tiene quien le escriba” (1961) y “La mala hora” (1962) y su primer libro de cuentos “Los funerales de la Mamá Grande” (1962).
“Tampoco tuvo suerte con ‘El coronel no tiene quien le escriba’, ‘La mala hora’ y ‘Los funerales de la Mamá Grande’, libros que, en el mejor de los casos, y así lo decía el propio autor, haciendo escarnio de su futuro como escritor, habían vendido apenas mil ejemplares cada uno. García Márquez soñaba con publicar en Seix Barral, la editorial que lanzó a la fama a Vargas Llosa, y ganar el Biblioteca Breve”, se lee por “Los genios”.
— Evidentemente, prevalece información real en una obra de ficción como “Los genios” …
“Son hechos históricos, son hechos reales. Lo más importante que se narra en la novela, ocurrió, claro que eso ocurrió. Esas primeras novelas de Gabo se publicaron en Colombia y sólo en Colombia y vendieron poquísimo. Ése es un hecho histórico. Yo no me lo he inventado, ni he opinado arbitrariamente, no, no, no. Eso ocurrió y, cuando digo que Gabo quería ser como Mario, la foto de la portada del libro que fue tomada el año que se conocieron, en el año 67, lo demuestra. Ese año Mario tenía mucho más éxito que Gabo; Gabo todavía no había tenido éxito. Gabo quería publicar en Seix Barral. Mario había publicado ‘La ciudad y los perros’, había ganado el Biblioteca Breve y publicado ‘La casa verde’ en Seix Barral. Yo creo que Gabo, 10 años mayor que Mario, lo miraba con admiración, como pensando: ‘Me gustaría publicar en Seix Barral, me gustaría tener el éxito que ha tenido Mario’. Y vaya que lo tuvo. Muy poco después, ese mismo año, salió ‘Cien años de soledad’ y un año después los papeles habían cambiado: el escritor de éxito era ahora García Márquez. Y así fue hasta el final. Es decir, García Márquez tuvo como escritor un éxito que Mario no alcanzó”.
UNA ADMIRACIÓN MUTUA
El primero en admirar al otro fue Gabriel García Márquez, pero después Mario Vargas Llosa lo reconoció al grado de escribir el libro “García Márquez: Historia de un deicidio” (1971).
— “Vargas Llosa admiraba tanto a García Márquez que, cuando se mudó a Barcelona con su esposa Patricia y sus hijos Álvaro y Gonzalo, de cuatro y tres años, alquiló un apartamento a media cuadra del piso del escritor colombiano”. Más allá del incidente del golpe, obviamente había una admiración mutua hasta el final…
“Completamente, había una admiración mutua, completamente. Vargas Llosa, cuando todavía eran amigos, escribió un ensayo titulado ‘Historia de un deicidio’. En ese libro, que es un ensayo, Vargas Llosa postula la teoría de que Gabo es tan buen escritor que Gabo cuando escribe mata literariamente a Dios y él mismo se convierte en el Dios de la literatura. O sea que había una admiración mutua, claro que sí.
“Al comienzo, Gabo admiraba más a Mario, porque Mario era el escritor de éxito; después fue al revés: Mario es el que admiraba más. Hay gente que piensa que cuando Mario le da el puñetazo, también había un elemento de celos literarios o de envidia literaria, no sólo celos amorosos, sino que Mario sentía que Gabo lo había superado ampliamente. Yo no creo, yo no creo, yo los he conocido antes. Yo creo que Mario le dio el puñetazo porque pensaba que Gabo había querido seducir a Patricia, entonces Mario se sentía traicionado por Gabo. La pregunta es: ¿Gabo realmente trató de acostarse con Patricia?”.
UNA ÉPOCA GLORIOSA
A través de la ficción, Jaime Bayly logra recrear como un memorable lienzo una época gloriosa de la literatura universal con autores de una generación conocida como el boom latinoamericano, con Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa como protagonistas que alcanzaron los máximos honores al recibir ambos el Premio Nobel de Literatura en 1982 y 2010, respectivamente.
— “.. la agente Balcells solía decir: “Vargas Llosa es el primero de la clase, pero Gabo es el genio”, se lee por “Los genios”. Esta también es evidentemente una afirmación creíble de Carmen Balcells…
“Sí, Carmen decía eso. Yo la conocí, fue mi agente literaria. Tuvimos una relación muy bonita, de amistad. Carmen no quería que yo escribiera ‘Los genios’, ella me dijo: ‘Mira, yo te voy a contar todo, pero vas a publicar ‘Los genios’ cuando yo ya no esté’. Así que hubo que esperar a que Carmen se marchara. Sí, Carmen decía exactamente eso: ‘Gabo era el genio; Mario era el primero de la clase’. Gabo nació genio, Mario se hizo genio. ¿Cómo se hizo genio?, leyendo, educándose, forjando su identidad de escritor. Los dos terminaron siendo genios, los dos son clásicos inmortales, pero Carmen pensaba que Gabo había nacido genio, que no le costaba trabajo ser genio; a Mario, sí”.
En cualquier caso, “Los genios” revive una época irrepetible con personajes, además de Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, como Carlos Fuentes, Joaquín Sabina, Picasso, Cortázar, Carmen Balcells y muchos más:
“‘Los genios’ es el fresco de una época. Yo he querido recrear una época gloriosa y he querido recordar o revivir no sólo a los genios de la portada, García Márquez y Vargas Llosa, a otros genios: ahí está Neruda, ahí está Picasso, ahí están Fuentes y Cortázar, ahí están Jorge Edwards y Bryce Echenique, ahí está Joaquín Sabina que conoce a ‘Los Gabos’ en un bar mexicano en Londres”.
El periodista y escritor peruano concluyó: “Yo he querido efectivamente revivir esa época, una época en la cual los escritores eran dioses, tenían un poder inmenso, ganaban mucho dinero, vendían millones de ejemplares. Eso cambió”.