Personaje del año 2023
En 1980, el artista plástico fundó el Taller de Artes Plásticas en la UABC, fungió como maestro de artistas plásticos e impulsó la inclusión de estudiantes con Síndrome del Espectro Autista en el alma mater fronteriza
Pilar de la plástica tijuanense como creador y maestro de artistas de la región durante cuatro décadas en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Francisco Chávez Corrujedo es un personaje muy estimado y valorado entre la comunidad artística y cultural de la región. No es para menos. No sólo tiene un lugar asegurado en la historia de la plástica tijuanense, sino que su aportación al arte y la cultura fronteriza se extiende a su reconocida e invaluable labor como mentor, desde 1980, de artistas de la región binacional, y desde entonces, impulsor de la inclusión de estudiantes con Síndrome del Espectro Autista en la matrícula del alma mater bajacaliforniana, en una época en que faltaban varias décadas para que la UABC se preciara de ser incluyente.
UNA VIDA EN EL ARTE
Hijo de Vicente Chávez y Elodia Corrujedo, Juan Francisco Chávez Corrujedo nació el 31 de diciembre de 1946 en Guanaceví, Durango; aunque fue en 1964 cuando se estableció en Tijuana con su familia, para fortuna del arte local. Entonces sólo tenía 17 años.
Cuando llegó a la ciudad fronteriza, ya traía la predilección por el dibujo: “Desde niño pintaba, pintarrajeaba desde niño, tenía tres o cuatro años. Yo salí de mi pueblo a los cinco años, pero me acuerdo que ya llenaba mis cuadernos que me regalaban, los pintarrajeaba”, contó a ZETA el maestro Francisco Chávez Corrujedo.
De hecho, fue en Monterrey donde realizó sus primeros trazos escolares: “Hice una carrera corta de Dibujante Técnico Industrial. Ahí estudié dibujo, pero era totalmente distinto, era diseñar máquinas, hacer proyectos industriales”.
Después de que se estableció en Tijuana, pronto se trasladó a Guadalajara para estudiar en la Escuela de Artes Plásticas (actualmente Facultad) de la Universidad de Guadalajara entre 1970 y 1975.
Ya preparado profesionalmente en los menesteres de la plástica, en 1980 inició su misión como maestro de los artistas de la región por encomienda de Rubén Vizcaíno Valencia, quien le encargó hacerse cargo de un Taller de Artes Plásticas en la UABC Campus Tijuana.
“En el 80 se abrieron los talleres de artes y fundé el Taller de Artes Plásticas. Diseñé un programa de técnicas básicas de dibujo, pintura, escultura, historia del arte, teoría del color, teoría del dibujo, teoría de la pintura. Era un programa bastante amplio”, señaló Corrujedo.
Formador de artistas plásticos, el maestro ha visto pasar a todas las generaciones y alumnos primero desde el Taller de Artes Plásticas desde 1980, y después en la Escuela de Artes de la UABC desde 2003, año en que participó como cofundador de esa institución académica.
PIONERO DE LA INCLUSIÓN
Con sensibilidad de verdadero artista, Francisco Chávez Corrujedo fue el primer maestro de la UABC que no dudó en incluir a estudiantes con Espectro Autista en su Taller de Artes Plásticas en la década de los 80, actualmente oficializado como Programa de Educación Artística para Personas con Autismo y Otras Capacidades.
De hecho, contó a ZETA que originalmente los estudiantes con Espectro Autista no eran admitidos en la Máxima Casa de Estudios de Baja California.
“Les llamaban entonces retrasados mentales; el término autismo no existía todavía, tal vez existía en otras partes. Asperger sí existía ya, pero aquí no se conocía ni se hablaba; ningún médico hablaba, ningún psicólogo sabía de ellos”, rememoró el artista.
Incluso recordó que a sus alumnos con Espectro Autista los admitía en su Taller de Artes Plásticas, pero a escondidas, como “oyentes”:
“Yo empecé a tener personas con autismo a escondidas y a veces me decían ‘Te van a correr’. Prácticamente los tenía yo a escondidas, porque si se daban cuenta que tenía yo alumnos como oyentes, pues estaba prohibido, porque tenían que pagar, inscribirse, y si no, estaba yo rompiendo las reglas”.
Fue gracias a Chávez Corrujedo que estudiantes con Espectro Autista empezaron a ser admitidos oficialmente en su taller: “A fines de los 80 empezaron a entender (las autoridades universitarias) y empezaron las inscripciones para ellos también”.
Fue en la rectoría de Felipe Cuamea Velázquez (2011-2015) cuando por fin se oficializó el Programa de Educación Artística para Personas con Autismo y Otras Capacidades que Chávez Corrujedo diseñó y dirigió.
“El Programa de Educación Artística para Personas con Autismo y Otras Capacidades inició antes (de 2011), pero Felipe Cuamea lo oficializó, le dio el apoyo y le dio la difusión; antes teníamos unos cuatro, cinco, a veces siete, ocho alumnos con esas características. Cuando el doctor Cuamea me dijo que me iba apoyar y le envié el programa, me dijo: ‘Pues adelante’; hice la carta descriptiva y teníamos ya hasta 15 alumnos”.
Aunque continúa pintando y exponiendo, el maestro Chávez Corrujedo se jubiló en 2017 –a la edad de 71 años- como maestro de la UABC Campus Tijuana, pero su legado como pionero de la inclusión y por supuesto artista plástico tijuanense, es una aportación al arte y la cultura de la región.
Por eso ZETA reconoce a Francisco Chávez Corrujedo, como Personaje Cultural del Año 2023.