Son daños superficiales, la caída de material que conformaba el puente peatonal en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) Campus Otay, ubicado en Calzada Tecnológico en la ciudad de Tijuana, registrado el pasado 25 de diciembre de 2023. Tanto la UABC como el Ayuntamiento se deslindan de responsabilidades y se culpan entre sí, ante la falta de mantenimiento de la infraestructura que le da servicio a 60 mil personas por día.
“El puente es de estructura metálica y está forrada, prácticamente la parte de abajo, lo que es el plafón se fue humedeciendo; se dañaron los tubos que conducen el agua, a la parte superior del puente, se humedece y se estuvo acumulando el agua ahí y es lo que prácticamente cayó”, explicó Miguel Ángel Ceballos, director de Protección Civil Municipal en Tijuana.
Como parte del mantenimiento, la Dirección de Obras e Infraestructura Urbana Municipal (DOIUM) acudió durante la tarde del 26 de diciembre a limpiar la zona, derrumbando material que se encontraba en posibilidades de caer, así como para instalar un señalamiento de precaución. De acuerdo con DOIUM, al ser propiedad de UABC, es a la institución educativa a quien se le adjudica realizar el trabajo de rehabilitación correspondiente.
A pesar del deslinde del Ayuntamiento, el rector de la UABC, Luis Enrique Palafox Maestre, declaró que la infraestructura fue construida en 1995 por el Ayuntamiento de Tijuana en la vía pública, por lo que la responsabilidad no recaería sobre la universidad.
“Sin embargo, somos los principales interesados en que se dé este mantenimiento porque por ahí la mayoría de personas que transitan son nuestros estudiantes”, puntualizó.
Como resolución acordada entre las partes, la Secretaría de Desarrollo Territorial, Urbano y Ambiental (SDTUA) realizará obras preventivas en el puente UABC para evitar riesgos a transeúntes y automovilistas que circulan por la zona. La rehabilitación concluiría el día viernes 29 por la noche.
José Mendoza, transeúnte de la zona, compartió sentirse inseguro ante el derrumbe que muestra la infraestructura; por lo que incluso considera una mejor opción no utilizarlo y cruzar por debajo, a pesar del peligro que pueda representar al no ser una zona peatonal.
“Tengo que cruzar a fuerzas para poder ir a trabajar; es muy peligroso, ya sea para los conductores, como peatones, ya que es una infraestructura que en cualquier momento se puede caer”, comentó Andrea Gradillo, quien trabaja en uno de los establecimientos de Plaza Universitaria Otay.