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viernes, febrero 16, 2024
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La inexistente oposición

Que Jorge Hank Rhon, el ex cachorro del Grupo Atlacomulco del PRI y eterno sospechoso de ligas con el crimen organizado, de asesinatos, detenido por tráfico y acopio de armas (por ambos delitos liberado) y que incluso Estados Unidos le retiró la visa para internarse en el vecino país, haya hecho una alianza con Morena en Baja California, debería ser un temazo para la oposición en tiempos de precampaña. Pero no es así.

Y no lo es porque todos los partidos, en algún momento intentaron o por lo menos escucharon, una negociación política para lograr una alianza electoral con el casinero para los comicios de 2024.


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El 23 de diciembre, ya casi para finalizar el día, Morena firmó la alianza local para las candidaturas a alcaldes de Baja California, diputados del Congreso del Estado y planillas de síndicos y regidores. Lo hizo con la venia de la gobernadora Marina del Pilar Ávila y con dos partidos locales: el PES de Hank, y Fuerza por México, ambos de hecho contrincantes de la mandataria estatal en la elección que ganó en 2021.

Además, apareció en la coalición de Morena el Partido Verde Ecologista de México, que de suyo es aliado satélite del partido del Presidente de la República. El único instituto político que faltó fue el Partido del Trabajo, comandando en BC por el ex gobernador Jaime Bonilla Valdez, que ante lo que señala un entreguismo de Morena hacia el panismo en el Estado, dejó las filas del partido oficial y se refugió en el rojiamarillo.

De hecho, encabezando Bonilla, Morena no habría avanzando la aberración política de una alianza con el PES de Hank, a quien durante su bienio también cobró facturas de agua por millones de pesos. Pero fuera del partido oficial, Hank entró a Morena por la puerta grande.


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Al del Hipódromo, detenido en 2011 por acopio de armas y liberado por tecnicismos más que por demostrar su inocencia (se encontraron 89 armas y miles de cartuchos alrededor de su residencia), Morena le dio, al menos en siglas, dos candidaturas a presidencias municipales -Tecate y Rosarito-, una Sindicatura -la de Tijuana-, dos diputaciones y cuatro regidurías.

La liga entre Morena y Hank, sin embargo, no ha sido cuestionada ni por la alianza opositora PRI y PAN (dejaron fuera al PRD), ni por Movimiento Ciudadano, dado que los tres partidos estuvieron en negociaciones con el que gusta del tequila con pene de burro y cuyo animal favorito, dicho en sus palabras, es la mujer.

Efectivamente, cuando Morena dio a conocer a sus precandidatos únicos al Senado de la República por Baja California, la diputada mexicalense Julieta Ramírez y el alcalde ensenadense Armando Ayala, los Hank montaron en cólera política. Tenían la esperanza que una de esas dos posiciones en la fórmula oficial, fuese para Juan Carlos Hank, regidor de Tijuana e hijo del casinero que incluso se inscribió en el proceso interno del partido oficial. Entonces, abandonaron la intención de coaligarse con Morena y fueron a tocar la puerta de la alianza opositora.

Ya sin el PRD, tanto en el PRI como en el PAN, escucharon a los Hank y analizaron sus peticiones políticas para firmar una colación PRI-PAN-PES. Pero el teatro se les cayó cuando se vieron voraces con las candidaturas que solicitaban, y cuando personajes de valía para el albiazul, como el maestro José Guadalupe Osuna Millán, precandidato al Senado por el PAN y ex gobernador del Estado, se opusieron a participar en una contienda electoral acompañados por Hank. De hecho, Osuna fue el primero en derrotar al del casino en 2007, cuando pretendió el Gobierno de Baja California. Su partido el PAN, con Ernesto Ruffo como gobernador, detuvo al asesino material del codirector fundador de ZETA, Héctor Félix Miranda, allá en los noventa. Les resultaba no sólo incongruente a los cercanos a Osuna hacer campaña con el ex reo de El Hongo, sino faltos de calidad moral para pedir el voto a favor de una persona que en el pasado señalaron de sospechoso.

El PRI, increíblemente, estaba dispuesto a hacer alianza con Hank, a pesar que en 2021 desmanteló ese partido cuando en un berrinche porque la candidatura al Gobierno del Estado se la dieron a Lupita Jones y no a él, se salió del tricolor con todos los patiños que le acompañan, incluido quien en ese momento era dirigente estatal del Revolucionario Institucional.

Total, se malogró la alianza.

Antes de eso, antes incluso de que Morena le aceptara el acompañamiento político, Movimiento Ciudadano sostuvo pláticas con Hank para unirse para 2024. Por entonces, el senador y fundador de ese partido, Dante Delgado, viajó hasta Tijuana para tener pláticas con Hank, quien pedía la candidatura a senador por Baja California para su hijo Juan Carlos, el regidor. Pero no hubo arreglo. La nominación se la agenció David Saúl Guakil.

Ya sin partidos con quienes aliarse, de nueva cuenta los Hank acudieron a Morena, y Morena Baja California, que en el Estado lo maneja la gobernadora y su entorno, lo recibieron de brazos abiertos y le dieron las candidaturas que PRI, PAN, MC y otros le negaron en el pasado, para reanimarlo política y electoralmente cuando en su haber sólo tiene derrotas electorales de 2007 a la fecha, pues ni con el PES ha logrado ganar una diputación o alcaldía. Ni hablar de la gubernatura, elección en la que fue derrotado por segunda vez por la actual gobernadora de Baja California.

Ante el regreso de Hank en los brazos de Morena, la oposición es inexistente…

Autor(a)

Adela Navarro Bello
Adela Navarro Bello
Directora general del semanario ZETA, Consejero de Artículo 19 y del CPJ para las Américas, entre otros reconocimientos, tiene el Maria Moors Cabot 2021 de la Universidad de Columbia.
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