Con la misión de hacer películas con el potencial de no solamente entretener a la audiencia, sino de hacer diferencia en la sociedad, el productor y empresario mexicano Eduardo Verástegui entiende que la verdadera libertad no es hacer lo que dé la gana, sino hacer lo correcto.
Bajo tal premisa, el histrión y actual aspirante a candidato por la Presidencia de México recurre al cine como arma de difusión para su discurso humanitario.
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“Hoy estamos viviendo una cultura de muerte, todo lo que sale en los medios de comunicación, las películas que se producen, un 90 por ciento están promoviendo la cultura de la muerte; por eso me convertí en productor, para poder controlar el mensaje con la esperanza que, cuando vean estas películas, la gente se vaya del cine convertida en mejor persona”, expuso el productor y actor del popular filme “Sonido de libertad” (2023).
Para el activista, ser congruente con sus ideales lo ha llevado a reflexionar en qué proyectos involucrarse.
“No debemos comprometer nuestros principios, valores y nuestra dignidad con tal de obtener el éxito del mundo, ese éxito no viene con luz. Entendí también que muchas veces tus propios sueños pueden convertirse en tus propios enemigos, porque no van en línea con la voluntad de Dios en tu vida, por lo que empecé a soñar diferente. Los medios de comunicación tienen el poder de impactar la manera de pensar de las personas, le hice una promesa a Dios, que jamás volvería a trabajar en ningún proyecto que ofenda a mi familia, fe o a mi comunidad hispana; por andar haciendo promesas me quedé sin trabajo por cuatro años”, confesó el actor.
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Por último, Verástegui reflexionó sobre el actual rumbo del país: “México en un país muy rico, con buena gente viviendo, entonces, algo está mal, tenemos que acabar con eso, con la corrupción. Debemos tener una Policía bien armada y bien pagada, para que realmente puedan brindarnos una seguridad que no tenemos. Hoy hay más pobres, más inseguridad, México no anda bien”.
