En una audiencia que se prolongó durante aproximadamente seis horas se desarrolló el careo con interrogatorio entre el presunto narcotraficante Jesús Héctor Palma Salazar y el testigo protegido Marcelo Peña García, clave “Julio”, dentro del proceso que se sigue en contra del sinaloense por el homicidio de un ex jefe de seguridad del penal de Puente Grande.
La audiencia programada vía remota a través de videoconferencia a las 10:00 horas dio inicio poco antes de las 12:00 debido a cuestiones de logística y férreas medidas de seguridad en el edificio de juzgados anexos a la Comisaría de Prisión Preventiva de Jalisco, donde compareció el testigo escoltado, mientras Palma se hallaba detrás de la pantalla de un computador desde un locutorio en la prisión de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México.
El punto a aclarar en la audiencia convocada en el Juzgado Segundo de lo Penal y Justicia Integral para Adolescentes del Primer Partido Judicial de Jalisco (sistema penal tradicional mixto) era la imputación que el testigo protegido “Julio” hizo sobre el apodado Güero Palma, el 17 de mayo de 2023, en el sentido de que fue el propio preso, el que le confeso su presunta responsabilidad en el homicidio del subdirector de seguridad del Cefereso 2, Juan Castillo Alonso, crimen acontecido la noche del 3 de diciembre de 2000, en el municipio de Zapopan.
Dentro y en el exterior del juzgado se observaba una importante cantidad de elementos de seguridad, desde personal de la Fiscalía del Estado, de la Policía Ministerial Federal adscritos a la Agencia de Investigación Criminal, Guardia Nacional y militares. En el estacionamiento de Puente Grande, había además de las patrullas ordinarias, dos camionetas blindadas en la que realizo el resguardo del testigo trasladado desde la Ciudad de México.
A través de la pantalla, vestido con su uniforme color caqui, Jesús Héctor Palma desesperaba por la demora. Se levantaba de su silla, daba algunos pasos y se volvía a sentar; sin embargo, cuando la audiencia comenzó, el interno mostró tranquilidad. Virtualmente se veía a la cara con su acusador, quien fue interrogado por el defensor del Güero Palma, José Gabriel Martín Hernández Rodríguez, ante la presencia del secretario de acuerdos, que fungió como juez por ministerio de ley.
OBJETADAS
Marcelo Peña García, el testigo “estrella” para mantener en prisión al imputado, en todo momento alardeaba con su familiaridad política con el narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, al que se refirió como “mi cuñado” y en cada respuesta a las interrogantes del abogado de Palma buscaba fijar declaraciones ministeriales realizadas durante el 2001 en contra de los integrantes del Cártel de Sinaloa.
Las respuestas del testigo “Julio” llevaban al defensor Hernández a repreguntar respecto a esos temas, encontrando una oposición a sus interrogantes en el director de Seguimiento de Procesos de la Fiscalía del Estado de Jalisco, fiscal Jaime Navarro Hernández, quien argumentaba que “eran preguntas inducidas o tendenciosas” o “ya estaban contestadas en declaraciones anteriores”. Situación que llevó a inconformarse al litigante ante el juez.
Una de las primeras preguntas a Peña García fue ¿Cómo veía al Chapo? Marcelo respondió “Yo lo veía como persona de confianza en el Cefereso número 2. Yo le atendía todos sus asuntos personales, familiares y fungía como su secretario particular. Tenía contacto con amigos y socios de su organización criminal que seguía operando desde la prisión”. El fiscal Navarro interrumpió para decirle al testigo que se concentrara en lo que están preguntando, no conteste más de lo que le pregunten.
Después de presumir que él era el mensajero y secretario particular del Chapo para lo que este dispusiera, a “Julio” le preguntó el abogado del Güero Palma ¿cómo ingresaba al Cefereso? y también ¿qué nombre tenia usted como testigo protegido? Pese a que su seudónimo o clave es del dominio público, Marcelo contestó “No le puedo decir”. Por su parte, Jaime Navarro le dijo al juez “Como cree que le vamos a decir el nombre”.
Después de mucha insistencia Marcelo terminó por reconocer que su clave es “Julio”. El punto resultaba importante porque en muchas declaraciones ministeriales y averiguaciones previas, “Julio” ha sido considerado un testigo falaz. Enseguida, la pregunta que importaba: ¿Cómo se enteró del asesinato del comandante Juan Castillo Alonso y por qué acusa al Güero Palma? Peña contestó “Mire, yo iba mucho al Cefereso 2, antes de que empezara la corrupción, luego ya hubo mucha corrupción…”. El fiscal Navarro repitió al declarante que no diga más de lo que le están preguntando.
Peña García dijo sobre la presunta autoría del imputado: “Yo nomás saludaba al Güero de mano cuando yo pasaba a visita familiar con El Chapo, pero coincidíamos en el comedor con la visita familiar, porque Palma también tenía visita. Después hubo cercanía y una amistad. Por su asociación delictuosa me platicó, para planear varias cosas, entre ellas los asesinatos de Juan Pablo de Tavira y Juan Castillo”.
El abogado José Gabriel Martín Hernández Rodríguez repreguntó: Cuando usted se enteró de ese homicidio ¿Qué hizo? “Les informe a los jefes de los crímenes, les di detalles de lo que escuche del Güero Palma y todo lo referente de cómo lo hicieron. A quiénes mandaron, que fueron dos sicarios de Nuevo Laredo”, expresó Marcelo, que se dijo fue el primer enterado de los crímenes “porque a mí me tenían que reportar los sicarios de Nuevo Laredo. Porque yo era la persona que más iba a visitar al Chapo. El Chapo me decía, a mí me tienes que informar primero”.
TESTIGO PROTEGIDO
El interés del experimentado volvió al tema de la figura de testigo protegido, cuestionando a “Julio” desde cuándo tenía tal calidad ante la Fiscalía General de la República (FGR), antes PGR. Peña García refirió que lo fue entre 2001 y 2002, sin recordar el mes, porque él fue detenido en julio de 2001 y entonces le dieron esa protección por ley. Agregó que este año pidió protección cuando declaró en “una audiencia del Altiplano o en Pachuca, ya ni me acuerdo, pero fue en este año. En este momento ya no sé si soy testigo protegido o no, pero ya lo pedí”.
Para el caso es relevante conocer la condición como testigo protegido de “Julio”, pues se ha escuchado la versión de que autoridades le pagan más de 100 mil pesos mensuales y lo tienen protegido en un bunker en la Ciudad de México. “En 2001 se me propuso y acepté ser testigo protegido por mi seguridad y mi familia, reafirme los vínculos que tenía mi cuñado El Chapo con todos sus negocios ilícitos y tenía miedo”, dijo el hombre originario de Compostela, Nayarit.
¿Cuáles eran sus participaciones en esos negocios ilícitos? Fue la siguiente interrogante a Marcelo Peña, pero nuevamente el fiscal Jaime Navarro Hernández objetó la pregunta argumentando que ya lo había respondido el testigo en otra declaración. El defensor del Güero Palma replicaba al secretario en funciones de juez ¿qué caso tenía el interrogatorio si no me dejan preguntar? “Él es el que está sacando el tema de la asociación delictuosa, él está sacando el tema de testigo protegido, él está sacando los temas… ¿Cómo no puedo preguntar?”
Preguntas y respuestas. ¿Por qué fue detenido? “Bueno, andaban buscando al Chapo y como no dieron con él, pues me arrestaron a mí”. ¿Cuáles eran sus obligaciones que tenía como testigo protegido? “Pues era testificar todo lo que supiera de la organización criminal de mi cuñado El Chapo”. ¿Qué hacía esa organización criminal? Jaime Navarro volvió a refutar el cuestionamiento.
En las alegatas entre fiscal y defensor, en un momento dado, Peña García quiso meterse en la discusión, por lo que la actuaria judicial le recordó que él tenía la calidad de testigo y tenía que enfocarse en lo que le estaba preguntando la defensa, sin intervenir en los debates. “Ah bueno, si señorita”, dijo el pariente político del Chapo Guzmán. Los jaleos del abogado y el funcionario de Fiscalía eran atendidos por el juez, quien decidió reanudar la audiencia tras la abrupta interrupción.
Al filo de las 16:00 horas, pregunta el abogado de Palma al testigo: ¿Por qué dice usted que mi cliente Jesús Héctor Palma Salazar es el autor intelectual del homicidio del comandante Castillo Alonso? De pronto, desde el otro lado de la pantalla dice el Güero Palma “yo no te conozco”, dirigiéndose a Marcelo, quien respondió violentamente “Ojalá tuvieras huevos para reconocer. No te hagas. Ten un poquito de pantalones. Tú lo dijiste en el penal las veces que yo venía”.
El licenciado José Gabriel Martín Hernández pidió a la autoridad judicial “Por favor ponga orden en el juzgado. Está ofendiendo a mi cliente. Y mi cliente se ha dirigido durante toda la audiencia con muchísima educación y no ha ofendido en ningún momento al señor Marcelo”. El ambiente se tensó en el juzgado y el secretario en funciones de juzgador determinó suspender la audiencia, la cual se reanudará de acuerdo con las agendas, tanto del tribunal como del penal del Altiplano, lo que podría ocurrir en semanas o meses.
BÚSQUEDA
Jesús Héctor Palma tramita un amparo desde el mes de junio en contra del auto de vinculación dictado en la causa penal 9/2023 por su presunta responsabilidad en la comisión del delito de homicidio calificado en agravio del comandante Juan Castillo Alonso. El juicio de garantías sigue su curso en el Juzgado Tercero de Distrito de Amparo en Materia Penal en el Estado de Jalisco, con residencia en Zapopan, donde se ha buscado emplazar al tercero interesado, víctima indirecta, Juan José Castillo Ochoa, hijo del fallecido.
La orden de emplazar al juicio al heredero de la víctima directa fue emitida en un acuerdo del 10 de julio del año en curso; sin embargo, a esta fecha, la persona no ha sido localizada, por lo que el juez de amparo también ordenó una infructuosa búsqueda en los municipios de Zapopan, Tonalá y Tlajomulco de Zúñiga, en Jalisco; Manzanillo, Colima; Nezahualcóyotl, en el Estado de México; y en Nuevo León.
Debido a que el hijo de Castillo no ha comparecido al juicio de amparo, el juez federal ordenó efectuar el emplazamiento por medio de edictos a cargo del Erario Federal, “los que deberán contener una relación sucinta de la demanda y publicarse por tres veces, de siete en siete días, tanto en el Diario Oficial de la Federación como en uno de los periódicos de mayor circulación en la República Mexicana, con residencia en la Ciudad de México, por lo que una vez hecha la última publicación, el tercero interesado de que se trata, cuenta con el término de treinta días naturales para comparecer a juicio por sí o por conducto de su autorizado o representante legal”.
Por su parte, el equipo legal del quejoso Palma Salazar ofrecieron algunas pruebas para desvirtuar los señalamientos realizados por el testigo protegido en contra de su cliente, y solicitó al juez de distrito requiera a las autoridades penitenciarias federales “los protocolos de Seguridad del interior y exterior y manuales de procedimientos, ya sea para visitas de familiares u otras personas, así como para el ingreso de abogados y defensores; que se hayan establecido para los Centros Federales de Readaptación Social, en el Periodo comprendido del año 2000 al 2001”.
También se ofertó “el Mapa Planimetral, también llamado croquis, del interior del desincorporado Centro Federal de Readaptación Social número 2, “Occidente”. Bitácoras de llenado para visitas (familiares amistades y abogados defensores) que se encuentra en el archivo del ahora desincorporado Centro Federal de Readaptación Social número 2, “Occidente”, en relación con el señor Marcelo Peña García, de los días 2 al 18 de octubre del año 2000”.
Y finalmente, “Bitácoras de llenado para los elementos de seguridad del centro penitenciario que se encuentra en el archivo del ahora desincorporado Centro Federal de Readaptación Social número 2, “Occidente”, que fueron realizadas del 2 al 18 de octubre del año 2000, en las áreas de trabajo social, acceso área de comunicación donde se encuentran los locutorios y las salas de visita familiar, además de las bitácoras que se encuentra al ingreso del dormitorio A, que se encuentra conformado por los módulos del uno al cuatro”.
El juzgado de amparo se reserva a proveer las pruebas ofertadas “hasta en tanto se encuentren debidamente emplazados los terceros interesados, esto es que se fije debidamente la litis constitucional y estar en condiciones de proveer lo conducente”.
EL HOMICIDIO
El asesinato en contra del ex subdirector de seguridad interior del Cefereso 2, en Puente Grande, Jalisco, se perpetró la tarde-noche del 3 de diciembre de 2000 en su domicilio de la colonia Haciendas del Valle, en el municipio de Zapopan, cuando se hallaba descansando. Sujetos armados llamaron a la puerta de Juan Castillo Alonso, en la calle Hacienda Las Gardenias, y se introdujeron al inmueble para efectuarle cuatro disparos, falleciendo después en la Cruz Verde Zapopan.
Los homicidas huyeron a bordo de un vehículo con colores de taxi, que contaba con reporte de robo, unidad que fue abandonada en el estacionamiento del centro comercial Plaza San Isidro, por el anillo periférico de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Juan Castillo se había desempeñado en el cargo como jefe de custodios del penal federal hasta febrero de ese mismo año, fecha en la que renunció después de muchos años de servicio en el penal estatal de Almoloyita, en el Cefereso 1 “Altiplano”, y en la cárcel de máxima seguridad ubicada en El Salto, Jalisco, donde siempre fue considerado un servidor público enérgico, y que a la llegada de nuevos mandos provenientes de Sinaloa, fue removido y prefirió retirarse.
El crimen permaneció 22 años sin ser aclarado por la Procuraduría General de Justicia del Estado de Jalisco (ahora Fiscalía). Fue la exProcuraduría General de la Republica (PGR), a través de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), la que obtuvo un testimonio que comprometió a Palma Salazar. El testigo protegido Marcelo Peña García, con la clave “Julio”, fue quien declaró ministerialmente que sabía que el Güero Palma ordeno el asesinato de Juan Castillo.
Días antes del homicidio del jefe de celadores, fue asesinado el exdirector del penal del “Altiplano” y ex director de la Policía Judicial Federal, Juan Pablo de Tavira Noriega, en un restaurante de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, asunto por el que también se está relacionando a Jesús Héctor Palma, quien para ese entonces no había estado en esa prisión federal del Estado de México. Actualmente el Güero Palma Salazar se encuentra preso en ese Cefereso, en Almoloya de Juárez.