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martes, octubre 1, 2024
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Netanyahu: Dr. insólito

Durante la época de la Guerra Fría, en el año de 1964, el cineasta Stanley Kubrick y el actor Peter Sellers, filmaron la película “Dr. Strangelove or: How I learned to Stop Worrying and Love the Bomb”, que en español se llamó simplemente “El Dr. Insólito”; el subtítulo sería: “Cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba”.

En una sátira genial, el film de Kubrick ridiculiza y analiza los sistemas de seguridad tecnológicos y los perfiles psicológicos y morales de los personajes, principalmente la “angustia” que sienten al ser responsables de evitar, o en su caso provocar, accidental o voluntariamente, una conflagración atómica que podría acabar con la humanidad.

La angustia es un sentimiento que explora el filósofo danés Soren Kierkegaard en relación a las consecuencias e implicaciones que tendría una máquina que pudiera hacer de todo y ayudar al ser humano. En su tiempo, no había luz eléctrica o motores de combustión interna, ni aviones o submarinos, pero ya intuía que algún día, la invención de una máquina podría ayudar o a destruir a la humanidad y se preguntaba angustiado:

“Es la vieja historia. Se hace un descubrimiento -la raza humana está triunfante- todo se pone en marcha con entusiasmo para hacer el descubrimiento cada vez más y más perfecto, la raza humana se regocija. Pero después de mucho tiempo se detiene y se pregunta ¿es este descubrimiento una buena cosa? Después de todo es algo bueno, especialmente en su ¡extraordinaria perfección! Por eso, las mentes más brillantes, tienen que ponerse de nuevo a investigar, casi como locas, para descubrir válvulas de seguridad, reguladores, frenos, etc., para detener, de ser posible, este incomparablemente perfecto descubrimiento. Y todo para que el orgullo de la raza humana termine desbordándose y destruyendo a todo el mundo”. (Kierkegaard, “El concepto de la angustia”, 1850)

Todos los personajes del film de Kubrick son una galería ejemplar de las patologías que pueden estar padeciendo algunos “líderes” mundiales: mesianismo, paranoia, megalomanía, arrogancia, complejo de superioridad, ambición desmedida, egocentrismo, autoritarismo, fundamentalismo o extremismo ideológico, chauvinismo nacionalista, racismo, delirios, etc.

Con cada una de las acciones de los personajes del film, Kubrick nos está advirtiendo de las “consecuencias catastróficas que puede haber cuando las creencias personales y la inestabilidad psicológica se intersectan con el poder de las armas nucleares”. (K. Stanley, entrevista, 1965)

Galería

1. General Jack D. Ripper: Comandante de la base aérea de Burpelson. Perfil: Cree que los comunistas están envenenando, con flúor, el agua de los Estados Unidos para neutralizar sus fluidos corporales, por lo mismo desata un ataque nuclear contra la Unión Soviética. Diagnóstico: Delirios paranoicos. Causas: patriotismo y nacionalismo acérrimo. (Nota: no confundir con el Ministro de Defensa de Israel Yoav Gallant o (Benny Gantz), quienes declararon que “iban a bombardear con atómicas a los gazatíes y a provocarles mayor sufrimiento”.

2. Presidente Merkin Muffley: Perfil: Personaje complejo, inteligente y compasivo, preocupado por el bienestar de su país. Contradictorio pues es débil y vulnerable y superado por las circunstancias. Todo el tiempo preocupado por una guerra nuclear; comportamiento errático y comentarios inapropiados: cuando se entera de una mala noticia, se descompone y comienza a llorar. Diagnóstico: ansiedad, neurosis. Personaje trágico. No obstante, cree en la disuasión nuclear, cree que la mejor manera de evitar la guerra es amenazar con usar armas nucleares, pero realmente se opone a ello. (Nota: no confundir con el Presidente Joe Biden, quien no quiere la guerra en Ucrania, y no quiere que Netanyahu siga matando niños y mujeres en Gaza, por lo mismo sigue enviando miles de millones de dólares y armas a ambos gobiernos).

3. Dr Strangelove: Personaje principal. Representa a un científico loco asesor del Presidente Muffley. Ex nazi. Cree que la guerra nuclear es inevitable y deseable y que la humanidad debe aceptar su destino. Está convencido que la humanidad es una raza inferior que merece ser exterminada. Es blanco y de clase alta. Cree en la militarización. Diagnóstico: Paranoia y misantropía. Racista, nazi. (Nota: No confundir con Benjamin Netanyahu, quien ha participado en todas las guerras que ha tenido Israel; ordenó la invasión y el genocidio de los palestinos en Gaza. Tampoco confundir con Revital Gotliv quien declaró: “Los palestinos son bestias, no son humanos, los destruiremos con armas apocalípticas sin miedo a nuestros enemigos”).

4. General Buck Turgidson: Comandante Supremo de la Fuerza Aérea de los E.U. Responsable del conflicto; falto de escrúpulos, arrogante, ambicioso y obsesionado con la guerra; presiona al Presidente para atacar a la URSS; decía “si no podemos razonar con ellos, hay que exterminarlos” y “Soy un hombre simple, veo una bomba y la lanzo”. (Nota: no confundir con Ben Gavir, Ministro del Servicio de Seguridad, convicto violador, supremacista, propone la pena de muerte, declara: “prefiero matar palestinos que salvar a los secuestrados”.

Solidaridad con Palestina. 5600 niños han muerto al día de hoy. 50 periodistas han sido asesinados en Gaza. Mosad Abu Toha, poeta, periodista, fundador de la Biblioteca en Gaza, fue secuestrado, no se sabe de él. (En colaboración de Fidel Fuentes)

M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es académico del Instituto Tecnológico de Tijuana.

Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com

Autor(a)

Héctor Ramón González Cuéllar
Héctor Ramón González Cuéllar
Héctor Ortiz Ramírez Héctor Ortiz Ramírez Hector O 37 cygnus9304@hotmail.com
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