250 mil pesos erogaron en el Poder Judicial para lucimiento y autopromoción del presidente Alejandro Isaac Fragozo en su III Informe de Labores. Flores, pantallas y colores, escenario para el autoelogio
Durante los tres años de gestión del recién reelecto presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE), Alejandro Isaac Fragozo López, hemos visto cómo su perfil dejó la ingenuidad a un lado y entendió que, además del trabajo jurídico, como representante del máximo órgano jurisdiccional del Estado su desenvolvimiento debía también ser político.
Fragozo ha aprendido de la política y se ha apropiado de ella, lo que le ha permitido tejer relaciones y buenos canales institucionales con todos los sectores, además de encontrar gobernabilidad dentro del Tribunal y el Consejo.
Sin embargo, en las relaciones públicas y la política también hay bemoles que no deberían existir, sobre todo tratándose de cargos que se encuentran en la parte más alta de la estructura orgánica.
Uno de ellos es el ego del político que los hace buscar una sobreexposición de su imagen, por el simple hecho de ver su “majestuosidad”.
A finales de octubre, el magistrado Fragozo hizo entrega de su III Informe de Labores ante sus compañeros del TSJE -como lo marca la Ley-, pero al parecer el ejercicio de rendición de cuentas le es insuficiente y entonces decidió -nuevamente- hacer un evento público, de gran tamaño, donde pudiera recibir el tradicional besamanos por parte de los diversos sectores públicos y colegios de abogados.
Una petición de Acceso a la Información con número 020058423000517, realizada por el autor de esta columna, confirmó que para la elaboración del III Informe de Labores del magistrado presidente se erogaron 250 mil 613.52 pesos, un poco más que el año pasado (238 mil 254.58 pesos), por un informe que carece de justificación jurídica o de rendición de cuentas y se limita a un ejercicio político de autoelogio con recurso público.
Como el autor ha explicado en diversas columnas, el ejercicio del Informe no es de carácter Ejecutivo, sino Legislativo y tiene como origen la rendición de cuentas y transparencia, además de informar el estado en que se encuentra la administración.
Aun así, Fragozo López opta por despilfarrar recursos para cuestiones que nada abonan al ejercicio de la rendición de cuentas, tal como lo hace un político cualquiera.
Dentro de los gastos obtenidos por CachanillaZ y signados por Raúl Casimiro Padilla López, subjefe del Departamento de Contabilidad y Finanzas, se erogaron 50 mil pesos para rentar el teatro de CETYS Universidad, es decir, costó el doble que lo erogado en 2022.
Se gastaron 104 mil 544 pesos en la renta de pantallas LED al proveedor José Luis Salcido Montijo, de la empresa Alta Visión, con el objetivo de que el magistrado pudiera tener buena resolución en la reproducción de su Informe; elaboraron letreros en Coroplast por un monto de 42 mil 282 pesos para desplegarlos en el recinto del CETYS y, a diferencia del año pasado, que casi invirtió 100 mil pesos en invitaciones, el magistrado redujo el gasto de forma sustancial al pagar 17 mil 969 pesos en impresiones a dos tintas.
La renta de pódium, acrílicos, sonido, planta de luz y sillas de jardín, representó un costo de poco más de 23 mil pesos, lo cual nos hace cuestionar para qué necesitarían unas sillas de jardín y una planta de luz, cuando -en teoría- eso debería ser cubierto por la propia renta del inmueble.
Equipos de sonido, lonas y hasta un arreglo floral de 756 pesos, culminan la lista de gastos superfluos definidos por el magistrado presidente.
Ahora sí que como dijo el propio Alejandro Isaac Fragozo López durante la glosa ante el Poder Legislativo, cuando le informaron que la segunda ronda de preguntas de diputados era de cinco participaciones: “No mam… son un chin…”. Así nosotros le decimos que son muchos pesos los que gasta para promover su imagen.