A ver, si Jaime Bonilla Valdez no hubiese sido gobernador de Baja California, ¿la preparatoria militarizada de Tecate habría llevado el nombre de su padre, Alberto Bonilla Colmenero? Lo más probable es que no. Pero pocos políticos resisten el culto a la personalidad cuando están encumbrados en el gobierno. A pesar de la exhibición de los excesos de los políticos y gobernantes para nombrar colonias, escuelas, avenidas y lo que se pueda a nombre propio o de los suyos, la historia se sigue repitiendo. A poco más de dos años de haber tomado posesión como gobernadora de Baja California, ya le tocó el turno a Marina del Pilar Ávila. El jueves 23 de noviembre, el edificio Número 1 de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) Campus Mexicali fue bautizado con el nombre de su madre, la doctora Marina del Pilar Olmeda García. Sea por el oportunismo de la UABC, o por una insinuación desde el gobierno, el Consejo Universitario aprobó, a saber por sugerencia del rector Enrique Palafox, el nombramiento del edificio en favor de la mamá de la mandataria estatal. Ciertamente la licenciada Olmeda García tiene una trayectoria en la Máxima Casa de Estudios de Baja California, pero no es la única. Eso sí, es la única en tener una hija gobernadora. Con todo, a explicación no pedida o culpabilidad manifiesta, el rector refirió en la ceremonia de nombramiento del edificio que no se trataba de un acto de vanagloria, ni en lo institucional… “ni en lo personal”, remató tras su discurso la homenajeada, que fue acompañada al acto por la fiscal autónoma, María Elena Andrade Ramírez, y el secretario de Educación del Estado, Gerardo Solís Benavides, entre otros familiares. Ninguno resiste el culto a la personalidad.