Donald John Trump, ex presidente de Estados Unidos -desde el 20 de enero de 2017 hasta el 20 de enero de 2021- ganó más de mil millones de dólares mintiendo respecto al valor de sus activos a bancos y aseguradoras, según afirmaron, el 2 de octubre de 2023, ante el juez Arthur F. Engoron, los abogados de Letitia James, titular de la Fiscalía General del Estado de Nueva York, en un caso de fraude civil contra el magnate neoyorquino.
El litigante Kevin Wallace dijo en su alegato inicial en el Juzgado del Primer Distrito Judicial de la Corte Suprema en Nueva York, que Trump describió sus finanzas a bancos y aseguradoras de forma “materialmente inexacta” durante una década.
El abogado insistió que Trump hizo esto para obtener mejores condiciones de préstamos y primas de seguros más bajas, generando ilegalmente más de mil millones de dólares de beneficios financieros.
“Esto no es lo habitual, y así no es como las partes sofisticadas tratan entre sí […] Estos no son delitos sin víctimas”, enfatizó Wallace. Por su parte, Christopher Kise, abogado del magnate neoyorquino rebatió en su declaración inicial, que las finanzas del ex mandatario estadounidense y la Organización Trump eran totalmente legales.
“Es una de las marcas más exitosas del mundo, y ha hecho una fortuna acertando literalmente en inversiones inmobiliarias […] No hubo intención de defraudar, no hubo ilegalidad, no hubo impago, no hubo incumplimiento, no hubo dependencia de los bancos, no hubo beneficios injustos y no hubo víctimas”, aseveró Kise.
La Fiscalía General del Estado de Nueva York pide al menos 250 millones de dólares en multas, además de una prohibición permanente contra el magnate neoyorquino, así como para dos de sus hijos, Donald Jr. y Eric, para dirigir negocios en dicha entidad y una restricción de cinco años a las actividades comerciales inmobiliarias del ex presidente de EE.UU. y para la Organización Trump.
El ex presidente de Estados Unidos ha negado haber actuado mal en el caso y sus abogados lo han descrito como un “maestro en encontrar valor donde otros no lo hacen”, argumentando que las supuestas valoraciones infladas de Trump, fueron producto de su habilidad comercial.
La defensa de Trump afirmó que las declaraciones financieras de su cliente eran legítimas. La abogada Alina Habba aseguró que las propiedades del ex presidente de EE.UU. eran “propiedades tipo Mona Lisa”, que podían obtener los precios más altos.
“Eso no es fraude. Eso es bienes raíces”, abundó Habba, acusando a la oficina de la Fiscalía General estatal neoyorquina, de establecer un precedente muy peligroso para todos los propietarios de negocios en el estado de Nueva York.
Antes de entrar a la Corte -a la cual llegó vestido como un traje azul oscuro, una corbata azul brillante y un pin de la bandera estadounidense en la solapa-, el magnate neoyorquino calificó en su red Truth Social, el caso en su contra como “una continuación de la mayor caza de brujas de todos los tiempos”.
“Tenemos una gran empresa. Yo construí una gran empresa. Es tremenda […] Tiene algunos de los mayores activos inmobiliarios del mundo. Y ahora tengo que presentarme ante un juez deshonesto”, señaló Trump, quien volvió a llamar “racista” a la fiscal neoyorquina James, quien es negra, y dijo que ella tenía una “vendetta” contra él.
Asimismo, el ex mandatario de EE.UU. describió a Engoron como un’ ”demócrata altamente partidista”, primero, en su red social y luego al hablar con los periodistas fuera de la sala del tribunal, lo calificó como un “juez deshonesto”, que no rindió cuentas del valor total de su cartera de bienes raíces.
Engoron dictaminó, una semana antes, que el ex mandatario estadounidense había cometido fraude en sus negocios. Si se mantiene en la apelación, el fallo podría obligar al ex presidente de EE.UU. a ceder propiedades en Nueva York, incluyendo la Torre Trump, un edificio de oficinas en Wall Street, campos de golf y una finca en los suburbios, a lo que el magnate neoyorquino llanó “una pena de muerte corporativa”, insistiendo en que el juez era injusto y estaba en su contra.