En recursos humanos al definir un perfil para una determinada posición laboral se establecen límites flexibles e inflexibles, los primeros se refieren a elementos intrascendentes que pueden ser: la apariencia -no importa si es feo o guapo-, la raza, el color de piel, la complexión -a los gordos se les discrimina-, la edad -se excluye a viejos, Andrés Manuel López Obrador tiene 69 años-, entre otros rubros.
Los elementos sustanciales son inflexibles, tales como: la experiencia -Donald Trump no la tenía, provocó incidentes evitables-, formación académica -no da lo mismo un abogado, un economista, que un policía o un futbolista-, capacidad de resolución de problemas -la delincuencia es un grave problema-, cultura general y, claro, política -Vicente Fox no leía e incitaba a no hacerlo-, temperamento -Sandra Cuevas golpea a subordinados y usa vocabulario soez contra sus adversarios-, manejo de amplio vocabulario, no ser egocéntrico, dedicación al trabajo -Felipe Calderón presumía trabaja hasta las 3pm-, dominio de un segundo idioma, perseguir el mayor beneficio para la sociedad en general y del país -más que enfocarse a su beneficio propio-, liderazgo de equipo,eficacia en la consecución de logros, etc.
En el caso de la jefatura de la cdmx sorprende que sujetos como el ex futbolista y el ex subsecretario de salud y la alcaldesa de Cuauhtémoc se postulen para esa posición. No se ha establecido con claridad en la Constitución, ni en el INE o donde sea necesario un perfil adecuadamente definido, para evitar gastos infértiles y pérdida de credibilidad. Son indispensables los límites bien definidos y definir correctamente el perfil requerido para la responsabilidad que se asumirá, así como se le requiere a cualquier ciudadano que se postula para un cargo directivo de mucha responsabilidad.
Luis Rosas
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