La mañana del 23 de septiembre, el empresario, político y amante máximo del beisbol, Eugenio Elorduy Walther, falleció a los 82 años por causas naturales, acompañado de su esposa María Elena Blackaller, con quien compartió 56 años de matrimonio… y tres de novios, como siempre agregaba en sus charlas habituales. El matrimonio formó cuatro hijos: Mariela, Eugenio, Ernesto y Érika.
Desde la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicada en el primer cuadro de la ciudad, familiares, amigos y colaboradores se dieron cita para rendirle un último homenaje al panista que por más de 50 años participó en la política. La democracia como la conocemos no sería posible sin su lucha y la de otros tantos opositores al régimen hegemónico de entonces.
Elorduy Walther formó parte del Grupo Mexicali, del Partido Acción Nacional, pero también de los conocidos Bárbaros del Norte, encabezados por su amigo Manuel J. Clouthier o Maquío, con quien trabajó por muchos años en la construcción de la alternancia en el país.
EL LEGADO DE ELORDUY
Federalista, consejero vitalicio del PAN, integrante del primer gabinete de oposición, primer alcalde de oposición de Mexicali y hombre de diversas luchas. A ese nivel operaba Eugenio Elorduy Walther, quien utilizó todo el poder para concretar metas profesionales, políticas y gubernamentales.
En 1969, con entonces 28 años de edad, por petición de su amigo Norberto Corella y ya encargado -junto con su padre- de la empresa Automotores del Valle, concesionaria de vehículos Ford en Mexicali, decidió incursionar en la vida política de la entidad.
Eugenio o Eugene, como era conocido, fue uno de los primeros -de muchos- panistas emanados de la línea empresarial que finalmente ocuparon el poder.
Nacido en Calexico, California, pero radicado en Mexicali y con una educación de disciplina militar y jesuita, el político estudió fuera de BC, pero a su regreso, acompañado de su eterna María Elena y con su hija Mariela en el vientre, decidió asumir los roles empresariales y posteriormente políticos en la Capital bajacaliforniana.
A partir de entonces se integró a la lucha del PAN, donde militó por más de 50 años, al grado de ser consejero vitalicio y -mientras su cuerpo y mente se lo permitieron- continuó participando en las decisiones del partido.
Poco a poco fue ocupando espacios de representación social, como en la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), la cual dirigió hasta que en 1983 participó activamente en la campaña electoral.
Su hijo Ernesto refiere que precisamente esa fraudulenta campaña contra Francisco Quico Santana, es la elección que más añoró, de la que mayores recuerdos tenía y de la que más enseñanzas recabó.
Esa derrota lo incentivó a denunciar fraude electoral -entonces habitual en los gobiernos del PRI- y conformó un gabinete alterno para medir todas las acciones que realizaría su rival. Tales acciones fueron formando al líder político y moral en que se convirtió Eugenio Elorduy.
Héctor Ibarra Calvo, uno de sus tantos panistas que lo identifican como un tutor político, al igual que el propio ex alcalde Gustavo Sánchez Vázquez, recordó luchas en las que el propio Manuel Bartlett, hoy director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), orquestaba acciones fraudulentas en contra del panismo.
Antes de llegar al poder, Elorduy sufrió el acoso de los gobiernos priistas mediante un conocido terrorismo fiscal a sus empresas, incluso después, cuando Carlos Salinas de Gortari asumió la Presidencia de la República.
Uno de los momentos de mayor júbilo para Eugenio fue la victoria en 1989 del PAN en Baja California, iniciando así la ola de alternancias políticas a nivel nacional, que a la fecha no termina por concretarse, pues hay entidades como Coahuila y hasta hace unos meses el Estado de México, donde sólo se conoce al PRI como gobierno.
Elorduy formó parte del primer gabinete emanado de la oposición, con Ernesto Ruffo Appel, como secretario de Planeación y Finanzas, desde donde comenzó a estructurar por primera vez el manejo del recurso público con disciplina empresarial.
Posteriormente se convirtió en uno de los candidatos naturales para suceder a Ruffo, pero fue derrotado en la elección interna por un ya cansado Héctor Terán Terán, El Caballero de la Política en 1995, quien posteriormente se convertiría en gobernador y falleciera tres años después.
Elorduy Walther dejó la actividad política, pero los entonces líderes del PAN fueron por él a su casa para convencerlo de participar como candidato a la alcaldía de Mexicali, misma que ganó de forma abrumadora, convirtiéndose en el primer presidente municipal de oposición en la Capital bajacaliforniana.
Desde ahí declaró su abierta postura federalista y encabezó una intensa lucha para exigir una mayor equidad en la distribución del recurso público obtenido de los impuestos, pues de cada peso recaudado en la entidad, Baja California se quedaba con 16 centavos, y de estos, 4 eran para los municipios.
Tras la muerte de Terán Terán en octubre de 1998, Elorduy se asumió como candidato natural para cumplir su interinato, pero -comentan panistas de antaño- hubo una instrucción del Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, de cederle al PAN el nombramiento de forma libre, con excepción de Eugenio Elorduy. Fue así como Alejandro González Alcocer asumió el resto del mandato.
La vida le alcanzó para ser protagonista de la segunda alternancia, la más importante, donde Vicente Fox Quesada fue Presidente de México con el inicio del milenio.
Elorduyistas refieren que Fox Quesada no estaba convencido de buscar la Presidencia de México, y tras múltiples reuniones, quien viajó a su rancho en Guanajuato para convencerlo de forma exitosa fue Eugenio Elorduy.
Un año después no había dudas: el panista obtuvo su mayor logro político al ser electo Gobernador Constitucional de Baja California en 2001.
En materia política sostuvo dos grandes enfrentamientos contra Jorge Hank Rhon, el primero de ellos cuando el ex interno del Hongo venció en la elección de 2004 y ocupó la alcaldía de Tijuana, siendo Eugenio gobernador del Estado; la segunda en 2007, cuando la operación política encabezada por Elorduy lo derrotó.
Otro gran rival que tuvo fue Fernando Castro Trenti, cuando este ocupaba la diputación local y le tocó negociar con él para brindar gobernabilidad al Estado.
Elorduy Walther tenía el apoyo total de Vicente Fox, y así le fue redituable política y económicamente durante todo ese sexenio, pues mediante proyectos de infraestructura hizo grandes avances, principalmente en Mexicali y Tijuana. Construyó la conocida “vuelta inglesa” y el distribuidor vial de Mexicali; también impulsó el crecimiento de la que posteriormente se convertiría en la Zona Dorada de Mexicali. En Tijuana fue autor del Bulevar 2000, del Centro de Alto Rendimiento y de los Centros Estatales de las Artes, vigentes en la actualidad. También modernizó el esquema de Recaudación de Rentas que sigue hasta hoy.
En materia económica fue uno de los grandes impulsores de la atracción de empresas japonesas y estadounidenses, sobre todo en materia aeroespacial, algunas de ellas beneficiando a su familia.
También fue el gobernador que inició el esquema de deuda para el financiamiento de proyectos de largo aliento, mismos que se concretaron prácticamente en su mandato. Otro de los grandes beneficiados fue el equipo Águilas de Mexicali, al cual impulsó con grandes inyecciones de recursos para mejorar la infraestructura del estadio de beisbol.
La última etapa de su vida decidió asumir su rol de líder moral del partido, recibiendo a candidatos y respaldando con su imagen a aquellos miembros que aspiraban a cargos de elección popular.
Eugenio Elorduy era un asiduo lector, José Ortega y Gasset fue uno de sus autores de cabecera. También fue un devorador de noticias y un metódico trabajador, quien hasta los últimos días de su vida cuestionaba a sus hijos sobre la cantidad de vehículos vendidos y si se cumpliría la meta.
Su despedida de cenizas presentes fue más que emotiva, una muestra de respeto. Con una Catedral repleta, su familia y amigos le dieron el último adiós. La gran ausente fue la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, al igual que la alcaldesa de Mexicali, Norma Alicia Bustamante, quienes ni siquiera enviaron una representación para despedir al fallecido mandatario.