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lunes, octubre 14, 2024
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El entierro de la suegra 

Un hombre está en el entierro de su suegra. Después de echar tierra sobre el ataúd, exclama:

“¡Querida suegra! ¡Fuiste como una madre para mí!”.

En ese momento un pájaro sobrevuela el cementerio y lo caga en la cabeza. El hombre mira al cielo y vuelve a exclamar:

“¡Aaah! ¿Ya llegaste al cielo, maldita?”.

Autor: El suegro.

El paciente

Un tipo va al dentista, quien le dice:

A ver, abra la boca.

“¡AAAHHH!”.

Pero no la abra tanto…

“¿No me tiene que meter los instrumentos dentales?”. 

Sí, ¡pero yo me quedo afuera!

Autor: Un ortopedista.

La lección de Jaimito

En clase, el profesor pregunta:

— Jaimito, dígame qué mineral es éste.

“Una piedra”.

Entonces sus compañeros comienzan a susurrar:

“Basalto Jaimito, ¡basalto!”.

Jaimito insiste:

“¡¡¡UNA PIEDRAAA!!!”.

Autor: Pepito.

Tropa de mosquitos

Una noche de verano, Jaimito no podía dormir y dice a su papá:

Papá, ¡los mosquitos me quieren picar!

“¡Pues apaga la luz!”. 

Al rato entra una luciérnaga por la ventana y Jaimito se levanta corriendo. Furioso, vuelve a decir a su papá:

“¡Papá! ¡Ahora los mosquitos me vienen a picar con linternas!

Autor: Juanito.

Examen

Pepito, ¿cómo te ha salido el examen de Matemáticas?

“Pues más o menos como a los del Polo Norte”.

¿Como a los del Polo Norte? ¿Qué quieres decir?

“¡De cero para abajo, mamá!”.

Autor: Jaimito.

Dos locos

Un loco a otro:

A que no adivinas, ¿qué tengo en la mano escondida a mi espalda?

“¡Un autobús!”.

¡No vale! ¡Lo viste todo!

Autor: Un psiquiatra.

Susto

Un señor va por el campo con su mula y su perro.

La mula, que va muy cargada, no puede más y se para, hincando las rodillas en tierra, a punto de desplomarse. Cada vez más molesto e impaciente, el hombre comienza a azotar con una vara al pobre animal, hasta que la mula dice:

“Antonio, ¿así me tratas después de todos estos años en los que te he ayudado fielmente, sin flaquear ni una sola vez hasta hoy, que estoy ya cansada y mayor?”.

El hombre se asusta y sale corriendo con el perro a su lado. Se detienen casi medio kilómetro más lejos, apoyándose en un árbol mientras intentan recuperar el aliento.

En eso el perro dice:

“¡Vaya susto nos ha dado la mula cuando se puso a hablar!”.

Autor: Un gato.

El mesero y el cliente

¡Mesero!

“Dígame, señor”.

Pruebe la sopa, por favor.
“ Señor, ¿acaso hay una mosca en la sopa? Si quiere se la puedo cambiar”.

No, tranquilo; pruebe la sopa.

“¿Acaso está fría? Si quiere se la caliento”.

No; pruebe la sopa.

“Señor, ¿qué tiene la sopa? ¿Acaso tiene un pelo?”.

¡Que no! ¡Pruebe la sopa!

“Por favor, señor, dígame qué tiene la sopa; si usted quiere se la cambio”.

¡Que pruebe la sopa!

“De acuerdo, la voy a probar. ¿Dónde está la cuchara?”.

¡Exacto! ¡Tráigame la cuchara!

Autor: Un cantinero.

Abuela

Una abuela estaba indicando su dirección a su nieto:

“Cuando llegues al edificio, en la puerta de entrada hay un gran panel del portero electrónico. Yo vivo en el apartamento 301. Aprietas el botón 301 con el codo y yo abriré la puerta. Entras, el ascensor está a la derecha, entras en él y aprietas el botón del tercer piso con el codo. Cuando salgas del ascensor, mi apartamento está a la izquierda. Con el codo tocas el timbre”.

El nieto respondió:

Muy bien, abuela, todo parece muy sencillo, pero ¿por qué tengo que apretar todos los botones con el codo?

“¡Qué pregunta! ¿Acaso piensas venir con las manos vacías?”.

Autor: Un nieto pobre.

Profesión

¿A qué te dedicas?

“Mato zombis”.

¡Pero si eso ni existe!

“¿Has visto alguna vez alguno?”.

No.

“¡Eso es porque ya los maté a todos!”.

Autor: Un cazatalentos.

Testigos

Un ladrón roba una joyería. Va a juicio y el juez pregunta:

¿Por qué lo niega, si hay cuatro personas que lo vieron?

“¿Y qué? ¡Yo puedo traer a miles que no me vieron!”.

Autor: Un juez.

Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
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