En la actualidad se encuentra en desarrollo el Diplomado de Arbitraje Comercial Internacional, impartido por la prestigiada Escuela Libre de Derecho, en coordinación con la Cámara de Comercio Internacional (ICC por sus siglas en inglés).
Desde el primer módulo, se ha hablado de la importancia que tiene el arbitraje, destacando principalmente las ventajas que representa, como la celeridad con que se desarrolla, en comparación con los procedimientos judiciales, así como la privacidad o confidencialidad que le caracteriza, el control que tienen las partes sobre el proceso, la flexibilidad del mismo, la neutralidad en que se desenvuelve y su moderno marco jurídico.
Se ha hablado también de las diferencias que tiene respecto de la mediación y los mencionados procesos judiciales.
Lo expresado ha sido posible en nuestro país a partir de que se adhirió a la Convención de Nueva York, al celebrarse ésta en el año 1971, con el impulso de la ICC.
México, al igual que más de 160 naciones, se sumaron a dicho acuerdo internacional, lo que, entre otros aspectos, permite que los laudos arbitrales que se emitan en cualquiera de ellas, sean plenamente reconocidos por los estados firmantes.
Afortunadamente, México ha avanzado de manera contundente en el tema de mérito, a tal grado que ocupamos el quinto lugar a nivel mundial en arbitraje internacional en materia de comercio.
Ese distinguido escaño incluye el hecho de que la incorporación de la cláusula compromisoria arbitral, una vez insertada en un contrato privado, alcance validez jurídica plena per se, sin necesidad de que el instrumento signado tenga que ser validado por fedatario público o una autoridad jurisdiccional.
Por supuesto que es vital que los contratos celebrados en la materia, especialmente en lo concerniente a la cláusula citada, tengan una redacción correcta, puesto que los problemas que se pudieran presentar no serían por acogerse al arbitraje, sino por que quienes hayan asesorado la elaboración de dicho contrato no tuvieran suficientes conocimientos en relación con la integridad del documento.
Esa claridad preverá problemas, incluyendo la necesidad de intervención judicial, lo cual es deseable, puesto que es de dominio público que los juzgados están saturados y que los asuntos ventilados en ese espacio pueden ser muy tardados, costosos y de consecuencias desconocidas.
Sin duda, nuestro sistema judicial tiene una sobrecarga que es de dominio público, por lo que resulta a todas luces conveniente aprovechar las oportunidades que el marco jurídico local e internacional nos brindan, a través de un esquema cuyos beneficiosos resultados incluso se pueden prever, lo que no sucede en un proceso tradicional, contra el cual con toda razón hay muchas críticas y resquemores.
Resulta alentador que nuestro país registre los avances ya comentados, sin embargo será de medular importancia que los legisladores nacionales coadyuven para que esa espiral ascendente se mantenga.
Todo es cuestión de conocer las ventajas del arbitraje.
Alberto Sandoval ha sido educador de adultos, profesor de bachillerato, catedrático universitario, servidor público, conferencista, deportista y activista ciudadano.
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