Bajo la dirección de Mara Romero, el proyecto cultural La Letra Escarlata ha editado 20 antologías de escritoras recluidas en Centros de Reinserción Social de Sonora, en los últimos 15 años. “La literatura es una puerta de libertad”, expresó a ZETA la promotora cultural
Un grito de libertad desde la cárcel es lo que cientos de internas de los Centros de Reinserción Social (Cereso) femeniles e Institutos de Tratamiento y Aplicación de Medidas para Adolescentes (ITAMA) de Sonora, han plasmado en textos literarios publicados en 20 antologías editadas en los últimos 15 años, como resultado del proyecto cultural La Letra Escarlata, que dirige la escritora y editora Mara Romero.
La antología más reciente se titula “Las otras que soy”, publicada este año por La Letra Escarlata en coedición con el programa Cultura Comunitaria de la Secretaría de Cultura federal, cuyo título se presentará en la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH) que se celebrará del 5 al 15 de octubre en Ciudad de México; y en el Festival Internacional Cervantino, a desarrollarse del 13 al 29 de octubre en Guanajuato, como parte de las actividades de Sonora como Estado Invitado de Honor.
Pero detrás de las 20 antologías publicadas está la sensibilidad, la preocupación y el trabajo constante de Mara Romero, directora fundadora del proyecto cultural que también tiene su origen e historia.
DESDE “EL ASEDIO DE LOS SIGNOS”
En entrevista para ZETA, Mara Romero contó que todo empezó cuando el poeta Juan Manz, fundador en 2003 del Encuentro Internacional de Escritores “Bajo el Asedio de los Signos” de Ciudad Obregón, Sonora, implementó diversas sedes alternas del Encuentro sonorense.
“En Ciudad Obregón tenemos el Encuentro Internacional de Escritores ‘Bajo el Asedio de los Signos’, que tiene 20 años, a cargo del poeta Juan Manz, el poeta mayor vivo de Sonora. Cuando él nos manda a que tengamos subsedes del Encuentro, yo llego al Cereso femenil de Cajeme a leer poesía y con mi compañía de teatro, donde hago y produzco teatro. Estamos hablando de hace 15 años, aproximadamente, en 2007. Al principio, llego de una manera esporádica, una vez por semana, una vez cada 15 días, a leer y llevar libros. Me acompañaban, al principio, algunos compañeros; después me quedé sola”, recordó la poeta, narradora, activista y promotora cultural.
“Al ver la impresión o el impacto que causaban las letras, las plebes empezaron a querer escribir. Entonces, cuando empezaron a querer escribir, puse un horario en el Cereso femenil de Cajeme y el ITAMA. El ITAMA es un centro que alberga a niños que han cometido delitos, de los 14 a los 18 años. Estuve trabajando durante una década completa de esa manera hasta que me di cuenta que querían escribir, porque mucha gente que está en esos lugares no está realmente por lo que llegó, hay cosas peores. Entonces había una necesidad de drenar el dolor, de exprimir el alma. Así iniciamos, escribiendo”, relató.
LA PRIMERA ANTOLOGÍA
Entre 2013 y 2014, Mara Romero impartió el taller de autobiografía en el Cereso femenil de Cajeme, Sonora, a poco más de 30 internas; al final del taller literario surgió la posibilidad de publicar una antología con textos de algunas de las participantes, que finalmente fue editada en 2014 bajo el título “Loquitas y loquitos del barrio”, por Editorial Mini Libros, dirigida por Esteban Domínguez, y Escritores de Cajeme, AC, con el apoyo económico de Sylvia Manríquez.
En el minilibro de 8.4×6.7 centímetros, de 98 páginas, fueron incluidas, por ejemplo, Magdalena Orozco Tejeda, Guadalupe R, María Consuelo Castro Esparza, Myriam “Shapis” Uribe, Olga Lidia Félix, Olga Cháidez García, Hilda Acosta, Paola González Salazar, Mariposa Cázares, Sylvia Teresa Manríquez y Mara Romero.
De hecho, Romero señaló que, tras la publicación del primer libro, en 2016 formaliza el proyecto cultural La Letra Escarlata, que incluye talleres y diversas actividades de música, teatro, danza y, por supuesto, literatura en el Cereso femenil de Cajeme.
Un día, en la Feria del Libro de Ciudad Obregón de 2016, Mara Romero presentó precisamente “Loquitas y loquitos del barrio” (2014), momento que fue importante porque no sólo visibilizó el trabajo que ella estaba haciendo desde hacía una década en el Cereso femenil de Cajeme, sino que fue becada por el Programa Nacional de Prevención al Delito (PRONAPRED):
“En la Feria del Libro de Ciudad Obregón de 2016, casualmente, el hermano del entonces secretario de Seguridad Pública de Sonora, Ernesto Munro, que se llama Guillermo Munro, un gran escritor, iba a presentar un libro y yo llevaba el librito pequeñito ‘Loquitas y loquitos del barrio’, que habíamos sacado con apoyo de Sylvia Manríquez, de Hermosillo. Lo presentamos humildemente y él (Ernesto Munro) se da cuenta: ‘¿Dónde se está haciendo este trabajo’, me preguntó. ‘Pues en la cárcel y es lo que ustedes deberían estar haciendo’, le dije. Entonces, me llaman y me dan la beca del PRONAPRED y me permiten trabajar en once Ceresos del sur de Sonora, en ciudades como Navojoa, Huatabampo, Hermosillo, en tres ITAMA y el ITAMA más peligroso que hay en Hermosillo. Nace La Letra Escarlata como tal en 2016, y en 2017 recibo la beca del PRONAPRED, que era un fondo nacional que se daba para prevención de violencia y me piden que desarrolle mi proyecto”.
20 ANTOLOGÍAS
La edición del gran minilibro “Loquitas y loquitos del barrio” en 2014 fue sólo el inicio de una serie de antologías editadas por Mara Romero, ya que desde entonces hasta 2023 han sido publicadas 20 antologías, como resultado del Taller de Creación Literaria de La Letra Escarlata que dirige en los diversos Cereso e ITAMA de Sonora.
Entre las antologías publicadas bajo la edición y coordinación de Romero, con diversos escritores participantes como talleristas y en coedición con diversas instituciones, promotores y asociaciones, figuran “Loquitas y loquitos del barrio” (2014), “Antología del proyecto cultural La letra escarlata 1” (2016), “Antología del proyecto cultural La letra escarlata 2” (2016), “Antología del proyecto cultural La letra escarlata 3” (2016), “Rojo 1” (2017), “Rojo 2” (2017), “Rojo 4” (2017), “Orquídea” (2017), “Fuga” (2017), “Canto indígena” (2017), “Cuentos infantiles” (2017), “Gritos del cuerpo” (2018), “Caja de Pandora” (2018), “Primer antología de cómic penitenciario sonorense” (2018), “La casa” (2020), “La vida está en otra parte” (2020), “Rumor de olvido” (2020), “3 Fabulosas fábulas en libertad” (2020), “… Y nos levantaron” (2022) y “Las otras que soy” (2023).
UNA ANTOLOGÍA DE ANTOLOGÍAS
La antología más reciente editada por La Letra Escarlata en coedición con Cultura Comunitaria de la Secretaría de Cultura federal, es “Las otras que soy”, compilación que incluye a las autoras publicadas en las antologías editadas entre 2016 y 2022.
“La antología ‘Las otras que soy’ pertenece al proyecto de cultura integral La Letra Escarlata, que durante quince años se ha desarrollado de manera independiente en varios Centros de Reinserción Social de Ciudad Obregón y el sur de Sonora. Un proyecto compuesto de varios talleres y actividades, siempre crudo de honestidad, que hoy en estas páginas nos presenta las caras de quienes a voz viva escriben su historia, su antecedente de cómo llegaron a este lugar, una realidad que muy pocos quieren voltear a ver, escenario que arde y asusta de real donde nosotras quisimos acomodar las palabras lumbre que queman más en el hostil encierro surtidor de nostalgias y arrepentimientos donde ellas viven”, expresó a ZETA Mara Romero.
“Con estos textos, retratamos un mundo en palabras, con ellas enjuagamos nuestros días, convocamos al perdón por nuestras equivocaciones y por aquellos que nos hicieron daño; pero sobre todo gritamos en tinta para que los que lean puedan esquivar, enfrentar o comprender el destino que a veces parece estar labrado al nacer. En estos renglones el perdón zumba como recordatorio que el tiempo es irreparable como lo es a veces el daño, por eso la reconstrucción entre estos altos muros se convierte en un reto que sólo se tambalea con la educación y el arte, y es de ahí donde nos aferramos.
“Aquí, enfrentar los daños es el renglón más firme y sólo se distingue cuando llega una reconstrucción interna, un redescubrir de quien jamás esperamos llegar a ser; entonces la indulgencia hasta entonces borrosa sólo la empuja el arte y Dios, que parece que para ellas es quien sólo puede convocar la esperanza diluida de tanto daño, de tanta pérdida, de tanto encierro”, expuso.
Asimismo, reconoció el apoyo de diversas instancias: “Agradezco a Cultura Comunitaria porque desde su llegada nos ha dado voz, apoyando nuestro proyecto e impulsándolo, pero siempre respetando nuestra esencia; a las autoridades penitenciarias SIEP (Sistema Estatal Penitenciario) y Secretaría de Seguridad Pública de Sonora, que han dejado fluir nuestro trabajo facilitando nuestra entrada, y a la sociedad civil que nos sigue y siempre es partícipe de cada proyecto, al Instituto Sonorense de Cultura y al H. Ayuntamiento de Cajeme; somos un equipo, sin ellos estaría yo sin manos”.
Advirtió Mara Romero: “Soy una maga orgullosa de su trabajo, privilegiada de poder ser parte de esta enramada y reconstrucción de vidas, una batalla que parece finalmente florecer después de tanto año de lucha por darle voz a esta comunidad, pero agradezco sobre todo la confianza de estas valientes mujeres, celebro y cultivo su dignidad de luchar y cambiar de rostro, las empujo con todo lo que soy y tengo para creer en ellas mismas, convencerlas que es posible que un día al salir por ese gran portón negro se abra un nuevo mundo, sí, un nuevo mundo pero para un nuevo yo”.
“ESCRIBEN PARA SANAR”
La escritora y promotora cultural Mara Romero tiene una gran trayectoria trabajando con diversos talleres de música, teatro, danza y literatura, apoyada por diversos artistas escénicos y escritores invitados en los Cereso e ITAMA de Sonora, desde 2007; por lo menos ha abarcado tres sexenios federales, entre ellos el de Felipe Calderón (2006-2012), Enrique Peña Nieto (2012-2018) y Andrés Manuel López Obrador (2018-2024).
“La nueva generación de muchachas que están cayendo al Cereso es el daño colateral, es el resultado de la generación que viene de hace una década, cuando en el crimen organizado en Obregón empezaron a involucrarse las mujeres, las hijas de esas primeras muchachas que entraron al crimen organizado, porque antes eran las ‘camelias’, las bonitas, las que eran las novias del capo. Ahorita las muchachas tiran, son tiradoras (narcomenudistas), por eso las están matando”, refirió a ZETA.
“Las características de la gente que se encuentra en estas comunidades de los Ceresos femeniles e ITAMA son las mismas, con un porcentaje de abuso sexual que no tienes idea. He estado en espacios dando talleres con 30 mujeres y 28 han sido violadas. O sea, yo no estoy justificando ni estoy hablando de inocentes, estoy hablando de que cuando tú conoces la historia atrás de esas almas encuentras una razón para pelear más fuerte. Con La Letra Escarlata la idea era hacer un trabajo de Cultura organizado”, agregó.
También lamentó que cada vez son más jóvenes las mujeres que llegan a los Cereso femeniles de Sonora: “Lo más triste de todo en mi ciudad, es que cada vez la generación es más joven. Las muchachas que hay ahorita en el Cereso femenil de Cajeme son contadas las que llegan a los 30 años”.
Durante la entrevista, reconoció:
“El proyecto La Letra Escarlata recibió en septiembre de 2018 la certificación del Mecanismo Regional de Cooperación para la Prevención Social (MERCOPS) como práctica promisoria, modelo de fortalecimiento de los factores protectores en jóvenes conflicto con la ley y personas privadas de su libertad a través de procesos formativos artísticos y culturales. Quedamos entre las diez líneas de trabajo reconocidas a nivel internacional de 300 ciudades del mundo que presentaron un proyecto que pudiese ser de reinserción. Cada taller de La Letra Escarlata tiene un producto: tenemos 20 antologías, premios nacionales y estatales de poesía, de cuento, de crónica. Esto es un modelo de trabajo y mi lucha es para que este modelo un día pueda estar en todos los Ceresos del país”.
— María Guadalupe Castro escribe en su texto “Una historia más”, incluido en la antología “…Y nos levantaron”: “Tengo 31 años y les voy a compartir la historia de mi vida. Sí, me da pena, pero tengo que romper el silencio para superar mi trauma…”. ¿En qué radica el valor de los testimonios de las antologías publicadas por La Letra Escarlata?
“En las antologías y en todo lo que se realiza en el Cereso -a través del proyecto cultural La Letra Escarlata– la intención nunca fue en un inicio sacar una antología, tener un ballet ni ganar premios. La intención ahí es ir y trabajar con el alma de la gente que está privada de su libertad, con la miseria que la llevó a ese lugar, combatirla con el arte, en este caso con las letras. Escriben para sanar, ésa es la idea. El valor de las antologías radica en el impacto que puede tener las letras en su vida: es un exorcismo natural, sentimental, emocional, una manera de perdonar y de apersonarse lo que hicieron, ése es el principal objetivo de mi trabajo”.
Mara Romero concluyó: “Ellas escriben y viajan. Platicas tú con ellas y viajas a los lugares donde ellas nunca pudieron estar y son todo aquello que ellas siempre han querido, desde la mamá feliz que va a las juntas de sus niños, que a veces sueñan ir a la junta de padres de familia. Claro, la literatura es una puerta de libertad”.