“Entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consciente,
hay cierta complicidad vergonzosa”.- Víctor Hugo
La semana pasada me sorprendió ver una noticia por Milenio Televisión en donde se daban cuenta de tres ejecuciones que se habían suscitado aproximadamente a las 13:00 horas en un campo de futbol y durante el desarrollo precisamente durante un juego de futbol soccer. Los espectadores que habían presenciando dicho evento deportivo, dentro de los cuales se encontraban hombres, mujeres y un número significativo de niños, se quedaron sorprendidos cuando repentinamente entró corriendo al campo una mujer y la sorpresa fue mayúsculas cuando sacó un arma de entre sus ropas y la empezó a accionar en contra de algunos jugadores. El resultado fueron tres personas del sexo masculino muertas, todos se encontraban jugando y desde luego la sorpresa y el terror del público que corrió sumamente alarmado y gravemente sorprendido por lo que acababan de presenciar. Si el homicida material de esas tres muertes fue una mujer y al parecer el objetivo primario era dar muerte a un varón que se encontraba jugando y que al parecer era jefe de un grupo delictivo; obviamente este triple homicidio fue perfectamente planeado: a los hoy occisos se les atacó cuando nunca lo esperaban, se encontraban practicando deporte a plena luz del día y con un buen número de espectadores.
Tradicionalmente se ha situado a la mujer como una persona sumamente cariñosa, muchas de ellas cuidan a sus semejantes, sus padres, esposos, hijos, sobrinos, etcétera, y no nos podemos imaginar que esa persona tierna, protectora y considerada sea precisamente un ser violento y despiadado. Su aparente fragilidad y sensibilidad choca con el rol que han empezado a tomar algunas mujeres en el mundo del delito en nuestro país.
Un ejemplo muy desafortunado de ello son precisamente las mujeres sicarias. ¿Pero qué es un sicario? Y en el tema que ahora abordamos específicamente: ¿Cuál es el significado de una mujer que es sicaria? Bueno… es, nada más y nada menos que una persona que mata o lesiona a otra u otras personas y que recibe por esa acción un pago. Es decir, es una mujer que va recibiendo un sueldo, un salario, un pago, ciertos bienes o beneficios con tal de matar a otra persona.
Actualmente empezamos a asociar la expresión sicaria con esas personas que nos hemos referido que forman parte de la delincuencia organizada y que reciben un pago por matar a alguien de otro grupo delictivo, enemigo de los intereses del grupo delincuencial al que ella pertenece, etcétera.
La palabra sicario proviene del latín, era utilizada para designar a una pequeña daga que en la antigüedad se conocía como “sica”. Resulta que esta daga era muy utilizada por los criminales ya que debido a su tamaño pequeño resultaba fácil manejarla, esconderla entre los pliegues de sus túnicas y ropas de aquellos tiempos históricos y el plural de esta palabra “sica” es “sicarii”, donde se encuentra el origen de esta expresión sicario.
Se dice que durante la ocupación de las tropas romanas en el poblado de Judea en el primer siglo antes de Cristo un grupo de resistentes políticos judíos decidieron organizarse para luchar contra las tropas de los invasores del imperio romano y la utilización de estas dagas para matar a los jefes de las tropas romanas fue la base para que a este grupo de personas se les llamara sicarios, pero al paso del tiempo la denominación de sicario fue desapareciendo paulatinamente de la relación de homicidios por acciones políticas para virar dramáticamente y calificar a los individuos, hoy hombres o mujeres que reciben un pago por eliminar o matar a una persona.
Actualmente este vocablo esta relacionado con personas que pertenecen a los grupos de delincuencia y que concentran sus acciones en actividades dedicadas al narcotráfico, muy desafortunadamente su acción se concentra en países latinoamericanos como Venezuela, Guatemala, Salvador, Ecuador o México, etcétera.
Si bien es cierto estos grupos existen prácticamente en todos los países, hoy se enfocan para amenazar, lesionar o matar a personas relacionados con el narcotráfico o cualquier actividad delictiva, la venganza de los grupos criminales, su honor o prestigio, alcanzar u obtener los bienes de sus víctimas.
Benigno Licea González es doctor en Derecho Penal y Derecho Constitucional; fue presidente del Colegio de Abogados “Emilio Rabasa” y actualmente preside el Colegio de Medicina Legal y Ciencias Forenses de B.C.
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