Eres reina bajo el cielo
que cuelga de hilos de plata;
alumbras cada camino
con el brillo en la mirada.
Enciende los corazones
con la ternura en su rostro;
es una piedra preciosa,
mágico ancestral tesoro.
Es musa de los poetas,
cómplice de enamorados:
se entregan bajo su luz
el dulce néctar de labios.
Hoy que me acompañas, Luna,
un poema he de escribir,
pues mi corazón se inspira
cuando entras en mi jardín.
Luna que de paso vas,
recuerda que aquí te espero;
quiero conversar contigo
acerca del universo.
Hoy te escribiré baladas,
mas te pediré un favor:
le des un beso en la frente
al que conquistó mi amor.
Autora: Lourdes P. Cabral
San Diego, California.