Dos elementos de las fuerzas de seguridad y un ex policía, fueron atacados a balazos esta semana en Baja California. Además, un agente de la FGE falleció después de dos años y tres meses de haber sido baleado.
Christian Armando Mouett Quiñónez, de 39 años, agente de la Fiscalía General del Estado en Ensenada, murió en el hospital el 18 de julio, pero lo habían tratado de matar el 21 de abril de 2021; pese a que pasaron más de dos años, la carpeta por el ataque en el que también lesionaron al agente Antonio Orozco sigue sin avances.
En 2021, investigadores de la fiscalía entonces encabezada por Guillermo Ruiz Hernández determinaron no tener elementos para dar continuidad a la indagatoria y, aunque permanece oficialmente activa u en proceso, la congelaron.
Ahora, tras el deceso de Mouett, los investigadores fueron obligados a darle una nueva revisión, resultando que sí había líneas de investigación a seguir que en su momento fueron obviadas y ahora intentarán fortalecerla buscando elementos de prueba.
El oficial Mouett trabajaba como agente de aprehensiones; la hipótesis principal es que fue un ataque por su trabajo. En aquel momento se estaban ejecutando varios cateos y detenciones de operadores criminales al servicio de José Eduardo Osuna Torres el Osuna, del Cártel de Sinaloa -detenido en febrero de 2021-. El caso del agente recién fallecido lo vinculan extraoficialmente a las aprehensiones ligadas a la célula de Juliana Díaz Pardo, capturada mucho después del ataque -26 de julio de 2022- por otro delito.
El mismo 18 de julio, cuando salía de su casa en Avenida Grandes Lagos, Fraccionamiento El Lago en Tijuana, le dispararon a Heriberto Moreno Vega, elemento de la FGE; quedó muerto en la escena. Aún se desconoce si el arma 9 milímetros con la cual dispararon en su contra participó en otro hecho delictivo, ya que la carga de información del sistema está operando muy lento desde hace tres semanas.
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De Moreno Vega se sabe que llevaba más de once meses incapacitado y no era por algún impedimento o malestar relacionado con riesgos de su trabajo, y aunque el médico de Issstecali seguía dándole incapacidades, la fiscalía ya no se las estaba validando y no le pagaban salario completo.
Consultada su pareja, dijo que no le mencionó haber estado amenazado, algunos videos lejanos a la escena revelan que delincuentes a bordo de un vehículo compacto- presuntamente Hyundai azul- lo estaban cazando.
Como dato adicional, debajo del carro del agente fue localizado un aparato GPS con el cual lo estuvieron siguiendo, al parecer relacionado con el encontrado en el auto de Fidel Lucero Álvarez, empresario asesinado el lunes 10 de julio en Plaza Río, presuntamente vinculado al Cártel Arellano Félix y a los hermanos Vera Ayala.
Un segundo ataque tuvo lugar el martes 18 en Tecate. Enrique Álvarez primero se negaba a informar cuál era su ubicación al momento del ataque, pero después, el agente reveló que salía de su casa en la colonia El Refugio, por la calle Mexicali, rumbo al trabajo, en una Ford Explorer sin placas, cuando les dispararon desde una camioneta y un sedán oscuros. Se sintió lesionado en el hombro, así que, decidido a manejar a toda velocidad para refugiarse en las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Ciudadana Municipal que le quedaba relativamente cerca, posteriormente divagó y se negó a aportar información a los investigadores.
En 2017, Álvarez fue acusado y procesado por abuso de autoridad en contra de Roberto Ramírez Mendoza y su familia; el 8 de julio de 2018, en una narcomanta lo acusaron junto a otros policías de servir a Danny Isaac Ortiz Covarrubias el Moreno- asesinado en enero de 2022- y ser el contacto del Cártel Jalisco Nueva Generación con la entonces alcaldesa Nereida Fuentes.
EX AGENTE HABLÓ CON SUS ASESINOS
El 12 de julio le dispararon a Luis Montoya Crespo, de 37 años, ex policía municipal de Tijuana que se encontraba en el estacionamiento de Frikiplaza, sobre la calle Miguel F Martínez entre Segunda y Tercera en la Zona Centro. Estaba a bordo de una camioneta BMW color blanco, con placas de Baja California; un día después murió en un hospital.
Juan Eduardo Ayala Hernández, quien lo acompañaba, llegó por sus medios al Hospital General, pero su actual condición de salud le ha impedido declarar.
En los videos de vigilancia se ve que el homicida llega a bordo de una vagoneta con placas de California conducida por una mujer, como si hubieran acordado verse. Hablan y les disparan. Después los homicidas conducen tranquilos a la caseta, pagan el boleto y se van. Como las imágenes no son de buena calidad, están mejorándolas con tecnología y hablando con familiares de ex agente para conocer qué sabían de la reunión.