Conzultoría Matrimonial y Familiar
Un grupo de amigos abogados acostumbramos reunirnos los viernes en el despacho de uno de ellos a platicar las vicisitudes tenidas en los juzgados, comentar los problemas, apoyarnos profesionalmente, y en el inter mandar pedir de comer o salir a hacerlo a algún lugar. Estando en la Plaza Río salió a la plática el turismo que mirábamos donde estábamos comiendo: mexicoamericanos que vienen de compras, a visitar a la familia, doctores y a dar la vuelta; uno que otro americano con su familia; y por supuesto gente de Tijuana, y fue entonces que alguien comentó que también viene mucho turista americano a los bares de Tijuana, jóvenes, a los antros y discotecas, como también a los bares de la zona de la Coahuila, donde comenté que no conocía ningún antro de esa zona. Se rieron y uno de ellos me pregunto que si en serio no conocía la zona y le contesté que no.
— ¿En verdad?
— Sí, en verdad.
— Pues le invito un trago para que conozca el Hong Kong.
Por curiosidad acepté. Y así fue como decidimos ir los cuatro al Hong Kong: Iza la abogada, José Luis, Abel y el suscrito, con la idea de conocer lo que piensa mucha gente como una cantina grande de puros borrachos y de prostitución. Cuál va siendo mi agradable sorpresa al ver un lugar tipo Las Vegas, muy iluminado, limpio y con varias secciones y niveles.
Frente a nuestra mesa se encontraba un pequeño estrado donde bailaba una dama muy sensualmente, y José Luis le puso un dólar en su bikini como propina, que es lo que reciben por estar bailando. Había una mesa grande tipo billar donde estaban dos damas bañándose y cubriéndose sus cuerpos desnudos con espuma al ritmo de la música, donde se paraban algunos hombres a admirarlas y darles propina para que siguieran con sus sugestivos movimientos.
Se acercó una dama y nos dijo si se podía sentar a platicar, y entre las preguntas y dudas que teníamos nos contó de su presencia ahí, ya que es un lugar conocido en toda la república; que venía una vez al año durante mes y medio aprox., desde Guadalajara, y que con lo que ganaba de propinas iba poniendo su salón de uñas. Nos contó del lugar, de las secciones con que contaba, salones privados donde bailaban exclusivamente para uno o varios clientes, y de algunas de las damas que -no todas- salían del lugar con clientes, principalmente americanos, a hoteles de ahí cerca.
Nos dimos cuenta de que van parejas de casados a pasar un momento de distracción, ya que es todo un espectáculo, y concluimos que alguna vez en la vida deberían ir los hombres con sus esposas para que se den cuenta de que no es un lugar desagradable, sórdido ni mucho menos un burdel, como escuché de tres jóvenes que fueron con sus esposas a conocer. Con lo anterior no significa lo promuevo, sólo quise dar a conocer brevemente ese antro turístico, y también darse tacos de ojos porque hay muchas damas muy guapas y bellas.
El Lic. Roberto Bautista es terapeuta sexual y de parejas con maestría en Mediación.