Empresarios manifestaron su preocupación y consideraron como una “mala señal” para la ciudadanía y la economía -particularmente el turismo- de Tijuana, que la alcaldesa Montserrat Caballero Ramírez viva en el cuartel del 28 Batallón de Infantería, tras expresar que ha recibido amenazas.
“Lo mismo que ella siente respecto a la inseguridad que está viviendo, es la misma sensación que todos los días sentimos nosotros como ciudadanos, y por ello hoy la preocupación es cómo los delincuentes se atreven incluso a amenazar a la máxima autoridad de la ciudad”, expuso Carlos Jaramillo Silva, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de Tijuana.
Para el líder empresarial, estas situaciones “definitivamente” reducen el número de visitantes y el interés que puedan tener empresas por invertir en la región, por lo cual llamó a la coordinación entre autoridades de los tres niveles de gobierno y a que exista voluntad política para tomar las acciones necesarias.
En su opinión, los números que presentan los gobiernos estatal y municipal darían el argumento de que hay avances en materia de seguridad, sin embargo, lo que la ciudadanía siente y ve, los crímenes de alto impacto que van en incremento, hacen ver otra cosa. “La realidad es que mientras siga habiendo homicidios, mientras veamos robos, es muy difícil aceptar que tenemos los avances que se dicen”, afirmó Jaramillo.
Por su parte, Arturo Gutiérrez, presidente del Comité de Turismo y Convenciones (COTUCO) de Tijuana, indicó que derivado de la violencia que enfrenta la ciudad, el número de visitantes procedentes de California bajó 5% durante el asueto de Memorial Day en mayo.
Apuntó que la violencia afecta más la llegada de turistas anglosajones y europeos, aunque en los hechos violentos registrados en la ciudad, ningún turista ha resultado agredido o muerto. “Primero está la seguridad de ella (alcaldesa), quiero pensar que fue una decisión razonada, pensada y sobre todo que sea temporal, pero no es una buena señal para nosotros, que trabajamos en la procuración de turismo para la ciudad”, destacó Gutiérrez.
El que Caballero viva en el cuartel “es una señal que está reconociendo que estamos viviendo en una situación de inseguridad muy álgida en nuestra ciudad”, con ejecuciones y asaltos, manifestó Julián Palombo Saucedo, presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco-Servytur) de Tijuana.
Agregó que la situación “no abona” al trabajo que ciudadanía y empresarios hacen para recuperar la actividad económica que se viene arrastrando desde 2001, a la que le siguió la crisis de violencia de 2007-2010 y, posteriormente, la originada por la pandemia de COVID-19. Existe el riesgo de que la inseguridad que vive la ciudad llegue a los niveles de 2007, y con ello, disminuya la afluencia de viajeros como en aquellos años, por lo que los entrevistados se pronunciaron a favor de ocuparse “en tomar las acciones para evitar que eso suceda”.