Las personas que viven en los asentamientos irregulares ubicados en las cercanías del cauces de arroyos y del río Tijuana, tiran sus desechos de manera libre y sin control, provocando que estos terminen en el mar, señaló Rosario Norzagaray, gerente de residuos marinos de la asociación civil Costa Salvaje
En entrevista con ZETA, comentó que desde hace 3 años realizan labores de limpieza en el arroyo Los Laureles, en donde se han percatado que cada vez es más frecuente el flujo de desechos orgánicos de los asentamientos.
“Ya era frecuente ver el agua muy turbia, y le fui siguiendo el arroyo hacia arriba, ahí me di cuenta de varias casas irregulares, ahí tenían tubos de donde salían aguas negras, toda el agua sucia, sus desechos, todo iba a dar al arroyo, posteriormente al río y finalmente al mar”, recordó.
A pesar de que se ha hecho el señalamiento a las autoridades como el Ayuntamiento y la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (Cespt), poco se ha podido hacer.
“En algunas comunidades los vecinos se organizan han hecho reportes, mandado escritos, llamadas, pero no pasa nada… sabemos que también hay poco recurso y las tuberías son viejas, pero incluso la misma Cespt ha tirado sus aguas negras directo al mar”, dijo.
En el marco del Día Mundial de los Océanos -8 de junio- recalcó que la contaminación de las playas de Baja California sigue en aumento y ya ha afectado de forma directa a condados de Estados Unidos, como Imperial Beach.
Y agregó que aunque han intensificado las campañas de concienciación, talleres, voluntariado y limpieza, la gente insiste en tirar basura y aguas negras al mar, o bien, hacer caso omiso a las indicaciones de no ingresar al agua, bajo el riesgo de contraer alguna enfermedad.