Desesperados por la falta de citas para el asilo humanitario en Estados Unidos mediante la aplicación CBP One, es como han llegado cerca de cien migrantes que integran un albergue improvisado a la puerta de la garita internacional de San Ysidro por la ciudad de Tijuana. Desde el domingo 28 de mayo arribaron al lugar y las primeras familias han sido atendidos al cruzar la frontera, lo que les da esperanza al resto de los migrantes que han pasado la voz.
En el campamento hay migrantes de Kirguistán, Kazajistán, Uzbekistán, Rusia, Haití, Honduras, Nicaragua, Colombia, Venezuela y México. Mientras que los latinoamericanos llevan hasta un año viviendo en Baja California con la caridad en los albergues en espera de alcanzar alguna de las citas que se ofertan por CBP One; los de Medio Oriente y Asia llevan menos de un mes moviéndose en México.
“Ya han aceptado a algunos, por ejemplo, que no sepan leer, que tengan una lengua que pocos dominen y que estén en un claro caso de peligro. Algunos vienen de albergues, pero llevan días y no hay poder que los convenza y nuestra tarea será ponerle a disposición los servicios de salud por si llegan a necesitar algo pero con orden, que no interrumpan los flujos porque debemos respetar el tránsito pero también respetar el derecho que tienen de asilo”, explicó Enrique Lucero, director de atención al migrante en Tijuana.
Se calcula que cada cuatro horas, CBP abre la garita y permite el paso de una familia y un par de migrantes solicitantes de asilo. Todos con la esperanza de ser uno de los casos que tienen el 30% de probabilidades de lograr el asilo humanitario.
“Los migrantes comenzaron a desesperarse por no tener una cita con la aplicación CBP One y llegaron a la puerta para pedir una cita. Argumentan que la aplicación no les da la cita y llevan dos meses y hay de todas nacionalidades, tanto de México y Centroamérica, de Uzbekistán, Rusia, todos son solicitantes de asilo y ahorita no hay poder que los convenza y esperan que los revisen”, comentó el director Lucero.
Una familia de Kirguistán compartió con ZETA que llegó a Tijuana luego de ahorrar por cuatro años: 15 mil dólares y viajar en avión hasta llegar al estado de Oaxaca; luego a Tijuana en donde se establecieron durante un mes y optaron hacer fila en la garita por curiosidad, ya que la aplicación de CBP One no ha liberado las citas necesarias para los tres: madre, padre e hija.
Una mujer hondureña de la comunidad LGBT es la que seguía en la fila al mediodía del martes 30 de mayo. Ella huyó en 2022 de la violencia de género y la discriminación en su comunidad luego de que se supo de sus preferencias. Al llegar a Tijuana ha estado en dos albergues y en su paso por la frontera llegó más rápido el amor que la cita de CBP One; pues en su andar por la ciudad se enamoró y tiene una novia bajacaliforniana que la apoya y espera que encuentre un futuro en un país con más oportunidades.