Dos amigos conversan:
— ¡Qué gordas son tus hijas!
“¡Oye!, ¡cómo osas decirlo!”.
— ¡Y como elefantas también!
Autor: Un nutriólogo.
Intimidad a la Coca-Cola
Una amiga dice a la otra:
— Ya tienes 30 años de matrimonio con tu esposo, ¿cómo ha sido la intimidad durante ese tiempo?
“Como la Coca-Cola”.
—-¿La Coca-Cola? ¿Cómo es eso?
“Al comienzo normal, después light, y ahorita, ¡Zero!”.
Autor: Fan de Pepsi.
Teléfono de ayuda al alcohólico
— Buenos días. ¿Es el teléfono de ayuda al alcohólico?
“Sí. ¿En qué le puedo servir?”.
— En una copa doble, una margarita.
Autor: Un ebrio.
Diagnóstico
— A mi hija la mayor le encontraron un animal grande en el estómago.
“¿La solitaria?”.
— No. La mayor, la que siempre anda acompañada.
Autor: Un doctor, quién más.
El cuento del marido
Un hombre llega a casa y se dirige a la cocina, donde se encuentra su esposa:
—Ya llegué, ¡traigo hambre!
“Por lo menos hoy trajiste algo a la casa, ¡desgraciado!
Autora: Una esposa.
Cómo estaría
— Estabas tan borracho, que pediste un taxi.
“Eso es normal, no quiero un accidente, una multa o algo así”.
— Sí, ¡pero es que la fiesta fue en tu casa!
Autor: Un amigo sobrio y pesado.
¿Quién lo dijo?
Una madre a su hijo adolescente:
— Como dijo Gandhi: Quien de verdad sabe de qué habla, no encuentra razones para levantar la voz.
“Mamá, eso lo dijo Da Vinci”.
— ¡LO ACABA DE DECIR TU MADRE!
Autor: Un padre de familia.
Un hombre que valga la pena
Dos chicas conversan:
— Le hice caso a mi mamá. Ella siempre me decía: “Búsquese un hombre que valga la pena”.
“¿Y lo encontraste?”.
—– Sí.
“¡Guau!, qué bien”.
— ¡La pena de muerte!
Autor: Una divorciada.
Las madres son así
— Mamá, ¿hay azúcar?
“En la cocina”.
— No la encuentro
“A que voy y la encuentro…”.
— Ven, porque yo no la encuentro.
“¿Qué va a hacer usted el día en que yo me le muera? Inútil, es que tengo que encontrártelo todo, no eres capaz ni de encontrar un poco de azúcar. Mírela, aquí está en el tarro de galletas que antes tenía el letrero de café. ¡Bueno para nada!”.
Autor: Un pobre hijo inocente.
Un niño en apuros
Un niño grita desde el baño:
“¡Mamá! ¡Papeeel!”.
La bromista madre responde desde la cocina:
“¡Tijeraaa!”.
Autor: Niño enojado.
Un amor llevado al límite
Decía el esposo a su amada en tono romántico e irónico a la vez:
“¡No sabes cuánto te amo, mi amor! Pero estás abusando si crees que voy a permitir que desenchufes mi celular para poner a cargar el tuyo…”.
Autor: Un consejero matrimonial.
Inspiración laboral
Intentando motivar a sus empleados, el jefe pone en la cartelera de la empresa:
“Si no lo intentas, no lo conseguirás”.
En un descuido, un empleado escribió:
“Jefe, ¡intente pagarnos más!”.
Autor: Mejor así lo dejamos.
Pregunta…
— Amor, ¿con qué me quedará bien este vestido?
“Con 10 kilos menos”.
Autor: Ex marido flaco.
Motivación
— ¿Qué somos?
“¡Gordos!”.
— ¿Y qué haremos?
“¡Empezar dieta!”.
— ¿Y cuándo empezamos dieta?
“¡El lunes!”.
— ¡Ya es lunes!
“Eeeh… ¡el otro lunes!”.
Autor: Un lector en martes.
La chaqueta
Muy orgullosa, la esposa dice a su marido:
— ¿Cómo te atreves a decirme que no he adelgazado? Mira, esta chaqueta hace años no me la pongo, ¡me queda apenas!
“Amor, ¡es la tienda de campaña!”.
Autor: Una maestra de aeróbics, si es que aún existen.
Enfermedad mortal
— Tiene usted una enfermedad grave.
“¡Dios mío, voy a morir!”.
— No se preocupe, se cura comiendo sano y haciendo mucho ejercicio.
“¡Dios mío!.. ¡Voy a morir!
Autor: Anónimo de un gym.
Inventor de nuevas palabras
— Mami, según la profesora, reprobé el examen de español porque invento palabras.
“Vaya, ¡de quién habrás aprendido esa estupidencia!”.
Autor: Una maestra sin hijos.
Derecha e izquierda
La profesora pregunta a Pepito:
— ¿Qué es el capitalismo?
“Un basurero lleno de carros, comida y juguetes”.
— ¡Muy bien! ¿Y el socialismo?
“El mismo basurero, ¡pero vacío!”.
Autor: Un fifí.
El yerno
Un matrimonio platica, cuando de repente el hombre advierte a su esposa:
— Amor, mi mamá llega de visita mañana.
“Qué bueno tenerla cerca”.
—-¿Te alegras de que venga?
“No me entendiste, ¡qué bueno tener la cerca!”.
Autor: Una nuera.