Manuel Alejandro Castro Luna, quien anteriormente se desempeñaba como director de Inspección e Infraestructura en la Comisión Estatal del Agua de Baja California (CEA BC), fue nombrado como titular de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tecate el pasado 9 de mayo.
El ahora titular de CESPTE cuenta con más de 12 años de experiencia de labores en la iniciativa privada en el ramo de la construcción, durante su nombramiento agradeció la confianza del Consejo Administrativo y de la Gobernadora de Baja California: “Agradezco la confianza que la gobernadora Marina Del Pilar Ávila Olmeda ha depositado en mi persona, afrontaremos con responsabilidad y compromiso la tarea, venimos a aportar nuestro empeño y el corazón por delante para sumarnos a los proyectos ya encaminados de la Secretaría”, dijo el ahora director.
El Consejo de Administración de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tecate, aprobó por unanimidad el mismo 9 de mayo, la “renuncia” de Teodoro Araiza, quien hasta el4 de mayo habría fungido como Director General de la CESPTE.
A 11 meses de estar al frente del organismo, trabajadores de la CESPTE en Tecate, comentaron a ZETA, que el ahora ex director Teodoro Araiza, quien tomó el cargo en junio del 2022 tras la salida de Alonso Centeno, fue presionado por sus “jefes” estatales para presentar su renuncia tras comentarios que llegaron a oídos de los funcionarios que señalan, dañaban la imagen de la Gobernadora Marina del Pilar Ávila, además de que manera constante, el funcionario no se presentara a laborar, redujera sus horarios y limitara las decisiones de los jefes de áreas, causando con ello una serie de afectaciones al organismo. “Teo” Araiza es además señalado de proporcionar contratos de la comisión en beneficio de personas cercanas a su círculo social.
Durante la última semana informaron fuentes cercanas a Teodoro Araiza, este se negó a entablar una comunicación con el titular de la Secretaría para el Manejo Saneamiento y Protección del Agua (SEPROA) Armando Fernández Samaniego, quien ante la actitud de Araiza, solicitó una revisión interna al organismo, por lo que Araiza rompió toda comunicación con sus jefes y trabajadores, solicitando además de manera expedita la aprobación de contratos otorgados por la Comisión a sus “amigos” y que fueron pausados por Samaniego para su revisión.