Monserrat Caballero no es caballero ni es cantante de ópera, es una bella dama de Morena. Nació en Oaxaca de Juárez el 29 de junio de 1982, estudió en el Cetys de Tijuana. Monserrat se casará en junio de 2023 con Said Ravanfar, iraní, árbitro de futbol profesional; le deseamos buena ventura.
Es la primera mujer electa para presidenta Municipal de Tijuana. Por lo tanto, tiene el reto de abrir espacios de género con calidad y sensibilidad.
Pudiendo haber gozado una tranquila presidencia con potencial para otros altos cargos de la política mexicana, apoyados por su simpatía e inteligencia, los dioses le han jugado una ruda broma. El cielo. Este año llovió intensamente, los puentes de la ciudad se rajaron. Edificios colocados en lugares riesgosos se cayeron. El camino a playas prácticamente se deshizo como mazapán (comentario coloquial de la presidenta).
La seguridad se complica al grado tal de que -con audacia- unos facinerosos atacaron la Cámara de Comercio y frecuentemente amanecemos con noticias de asesinatos. Por otro lado, aunque la ciudad florece por su extraordinaria ubicación, que permite negocios de maquiladoras y de servicios médicos que traen una interesante prosperidad (que se refleja en los altos edificios que surgen como hongos por doquier), ante un ataque de narcos, que quemaron automóviles por toda la ciudad, Monserrat comentó que “deben de cobrar la factura a quien no les paga”.
La ciudad se traba en las diferentes vías por la cantidad enorme de autos que deambulan atorados por los baches. Siendo Tijuana el municipio más grande del país, con casi dos millones de habitantes, presenta duros obstáculos para su buen gobierno, y toma de la alcaldesa Monserrat sus energías y voluntades; y aunque Tijuana tiene el presupuesto más alto de las ciudades de la república, no alcanza para resolver sus grandes problemas. Con un lenguaje coloquial y una gracia innegable, Monserrat trata de enfrentar las diversas complicaciones del buen gobernar. Incluso tapando baches de noche.
Me pregunto cuál es el futuro de esta bella dama que se encuentra inmersa en el huracán de las complicaciones de esta ciudad.
Si a Monserrat le va bien gobernando, a Tijuana le va bien. Por lo que le deseamos sabiduría, inteligencia y capacidad para lograr que su equipo triunfe sobre los problemas de nuestra pujante ciudad. Los habitantes de la ciudad debemos hacer el mejor esfuerzo en cada área para ayudar a mejorar las condiciones en que vivimos. No tiremos basura, no demos motivo de noticias negativas, como el pleito entre “La Masakre” (porra de los Xolos) cuando atacó a los “Panzas Verde” de Monterrey.
Debemos de solicitar a los tres niveles de gobierno su atención y apoyo para conseguir un mejor futuro.
José Galicot es empresario radicado en Tijuana.