A las madres les brindo pleitesía,
pues su tarea nada fácil es;
hasta de noche sufren por estrés,
su vocación de ser madre las guía.
Y mantienen la vista en su porfía
para llevar sus hijos de la mano;
con sentimiento cálido y humano
se quitan el bocado de la boca
porque el amor de madre les provoca
alimentar sus hijos de antemano.
Las madres son personas muy valiosas
que a veces dan la vida por sus hijos
y les brindan sus besos tan prolijos;
merecen más que dulces y mil rosas.
Las madres son sensibles y amorosas,
como ángeles que el cielo nos envió
-al igual que ellas siempre nos amó-
con sentimientos cual piedras preciosas.
Atentamente,
Lourdes P. Cabral
San Diego, California.