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lunes, febrero 19, 2024
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Pablo González Casanova: llorado por derecha e “izquierda”

“La ‘izquierda’ no es más que la derecha disfrazada”

-José Stalin


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El pasado 18 de abril falleció el otrora expriista y ex rector de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), Pablo González Casanova.

Todo mundo lamenta su deceso. Todos. Menos los verdaderos revolucionarios marxista-leninistas-stalinistas.

El obrero consciente no lloriquea por el deceso de quienes han sido acerados pilares del sistema capitalistas. Que explota y asesina a los pobres.


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El “escritor”, “historiador”, “intelectual”, “periodista”, “indigenista”, “catedrático”, y sabe cuántas cosas más, Gonzales Casanova, fue en realidad un politicastro pequeñoburgués, que por décadas fungió como un fiel y feroz mastín del Estado colonial burgués.

Fue en sus últimos años cuando dio un bandazo hacia la “izquierda” y se integró a la socialdemocracia de derecha. Al reformismo burgués.

Con gusto, se abrazó con varios representantes del “Socialismo del Siglo XXl”, como, por ejemplo: Fidel Castro y Evo Morales. Politicastros, que ni con el examen más prolijo podríamos encontrar en ellos una minúscula partícula de socialismo proletario.

Se enjareto la capucha “indigenista” y se estrechó con la dirigencia del antes combativo y respetado EZLN. Lo bautizaron como el “Comandante Pablo Contreras”. Y él aceptó ese nombramiento. Comandante sin haber disparado un solo balazo.

Ahora pasemos a escuchar, las condolencias del dictadorzuelo y cabecilla del Partido morena (del PT y del PVEM), López Obrador: “Mi más profundo pésame a familiares y amigos de don Pablo González Casanova, gran maestro de las ciencias sociales y defensor de la justicia y de la soberanía de los pueblos y naciones”. (La Jornada, 19 de abril de 2023).

Ahí tenemos al sátrapa morenista que nunca miente. Por lo tanto, hay que creer que el finado “escritor”, como señala la nota de arriba, era un “gran maestro de las ciencias sociales”. ¿Qué habrá querido decir el “docto” dictadorzuelo con ese galimatías? Que le entienda quien pueda. Pero, además, según AMLO, el fallecido era “defensor de la justicia y de la soberanía de los pueblos y naciones”. ¿Qué tal? Muchos monumentos hay que levantarle al “ilustre adalid”.

Por lo que se puede deducir que el régimen de AMLO-Morena es una plétora de justicia, además de que el país no es ninguna colonia del imperialismo.

Y que esa fue la razón fundamental por la cual el “gran maestro, defensor de la justicia y la soberanía” nunca le hizo ni una pequeña critica al carnicero régimen morenista. Ni censuró la militarización del país, ni condenó las innumerables masacres que la Guardia Nazional ha perpetrado; ni reprobó la entrega del país a los todopoderosos monopolios internacionales, ni maldijo la cruel esclavitud a la que está sometida la clase obrera, etc.

Hay un libraco que en 1965 escribió, González Casanova. Se llama La Democracia en México. Fue su obra máxima. En ese tiempo el susodicho escritorzuelo tenía 43 años y formaba parte de la nómina de la UNAM; era una rata burócrata del gobierno asesino del dictadorzuelo priista, Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970).

Dicho mamotreto, o sea, “La Democracia en México” debería de haberse llamado “La Dictadura PRIista Mexicana”. Ya nos imaginamos lo que el finado chupatintas garabateo. Sin duda alguna, puro bombo al régimen “nacionalista revolucionario” priista.

De haber sido un legajo de reproche contra el criminal Estado burgués, Díaz Ordaz lo hubiera puesto de patitas en la calle, es decir, lo hubiera echado de la UNAM. Ipso facto.

Cuando la dictadura priista perpetró la espantosa masacre de Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968, ni Barros Sierra, que era el rector en funciones de la UNAM en ese entonces, ni González Casanova, que era uno de sus secuaces, se levantaron airados contra el régimen asesino.

Dos meses antes, en agosto, Barrios Sierra había encabezado una enclenque protesta pacifista porque la criminal soldadesca había invadido la UNAM (con el fin de aplastar ese bastión de las fuerzas antigubernamentales). Tal “protesta” de Barros Sierra fue un grotesco teatro. “Protesta” blandengue sin repercusión, y lo peor, sin la intención de untarle enjundia y darle continuidad.

Barrios Sierra, así como González Casanova y otros mandamases de la UNAM, después de esta “protesta” liaron los bártulos y cerraron el pico. Acatando el dictado burgués de que “calladitos se ven más bonitos”.

Pocos años después, durante el régimen de Luis Echeverría, el escritorzuelo de marras, fungió como rector de la UNAM, de 1970 a 1972.

Surge la pregunta: ¿Si González Casanova, siempre fue un hombre humanista, de impecable moral, si le dolía tanto el sufrimiento y el hambre de las masas proletarias y paupérrimas, como aseguran sus panegiristas, por qué siguió en esa cueva reaccionaria y priista que es la UNAM? Además, ¿por qué se apresuraron en abrir la UNAM y reiniciar las clases pocos días después de la masacre del 2 de octubre? ¿Acaso eso era más importante que vengar a los caídos? ¿Más importante que ajustarles cuentas a los asesinos? ¿Más importante que liberar a los centenares de presos?  ¿Más importante que reactivar el fuego revolucionario?

Asimismo: ¿Por qué el aludido “maestro” se quedó callado cuando la dictadura del sátrapa priista Luis Echeverría masacró, el 10 de junio de 1971, a decenas de estudiantes, en la Ciudad de México?

¿Por qué guardo silencio cuando el Estado burgués colonial mexicano perpetro la pinochetista “guerra sucia” que encarcelo, torturo, “desapareció” y asesino a centenares de activistas revolucionarios?

Para los revolucionarios de la clase obrera no existe la menor duda: González Casanova fue tan “humanista” y tan “amoroso” como lo es actualmente el “expriista” y “exPRDista, López Obrador. Tanto el uno como el otro igual de hipócritas y demagogos. Igual de criminales.

Es una falsedad que González Casanova, haya renunciado a la rectoría de la UNAM. Fue echado, en 1972, por el Movimiento estudiantil y de trabajadores de la Universidad.

Reaccionario priista que con ferocidad se opuso a la sindicalización de los trabajadores. Y sobre todo a las demandas económicas y sociales del gremio de empleados de la UNAM.

La lucha de los trabajadores, apoyados por los estudiantes, creció y la violencia revolucionaria se alzó. La burguesía, temerosa de que los rescoldos de 1968 originaran una llamarada, tuvo que sacar de la rectoría al “historiador” de marras.

Reafirmamos: Los verdaderos revolucionarios marxista-leninista-stalinistas no sollozamos por víboras ponzoñosas. Que a esas repugnantes serpientes las llore la reacción de derecha y de “izquierda”, y los fascistas, socialdemócratas y revisionistas.

Que lamenten la muerte del “indigenista” todos los “Socialistas del Siglo XXl”; que lagrimee el gobierno cubano, los reaccionarios residuos del EZLN y los “comunistas” de opereta, esos despreciables alabarderos del autócrata, López Obrador.

De nosotros sólo habrá odio a granel para todos los enemigos de la clase obrera. De los pobres.

Desenmascararemos, como es la obligación de todo revolucionario proletario, siempre y en todo lugar, a esos sanguinarios lobos con piel de oveja. Como Pablo González Casanova y Andrés Manuel López Obrador.

Atentamente,

Javier Antuna.

Facebook: Insurgencia Obrera

Correo: triunfocomunista@gmail.com

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