Los Rusos”, célula criminal del cártel de Sinaloa aliada a Ismael “El Mayo” Zambada García en Mexicali, han sido identificados como responsables de la privación de la libertad y desaparición de jóvenes en la zona de antros de la capital del Estado.
De acuerdo a la información proporcionada de forma extraoficial, se sabe que la Fiscalía General del Estado (FGE) indaga que las células que ejecutan las privaciones operan bajo las órdenes de Jael Barajas “El Taquero” y “El P1”, y que todos responden a las órdenes de Jesús Alexander Sánchez Félix “El Ruso”, del Cártel de Sinaloa.
El móvil, de acuerdo a uno de los investigadores, aunque ha sido distinto en cada uno de los casos, invariablemente está ligado al narcomenudeo y el control criminal de la zona de antros por parte de “Los Rusos”, y entre otros temas, su rivalidad con “Los Chapitos”.
El epicentro de las desapariciones, que ya suman diez desde 2021, o doce si se considera desde el año 2019, ha sido la impunidad con la que criminales mantienen el control de la venta de droga al interior de los bares. En la carpeta de investigación, los investigadores también han encontrado ligas con traficantes de armas.
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Las víctimas han caído, atravesándose sin querer o enmarañados en las redes del consumo establecidas en los centros recreativos, otros han sido “confundidos”, unos más fueron levantados por “farolear”, por gritar “¡Arriba ‘Los Chapitos’!”, sin tener siquiera una pertenencia criminal.
Como avance, la FGE tiene identificadas plenamente a dos personas directamente relacionadas con las más recientes desapariciones, quienes huyeron a Sonora.
El sábado 15 y el domingo 16 de abril, a las afueras del bar Shots, donde un grupo de manifestantes que exigían justicia y respuesta por parte de las autoridades en torno al paradero de los jóvenes David Alfonso Melecio Rodríguez, Manuel Bramasco y Mauricio Andrés Verdugo Fragoso, de 23 y 22 años, se dio la irrupción en el antro donde desaparecieron, con un enfrentamiento con la Agencia Estatal de Investigación y finalmente el incendio perpetrado por enfurecidos familiares y amigos. Fue el punto más álgido de la discordia generada por la inacción de la autoridad que no atendió de manera temprana las demandas de los colectivos compuestos por familiares de desaparecidos en la conocida zona turística de Mexicali, donde el propio Gonzalo Moreno, activista y padre de Kevin Moreno -desaparecido en marzo de 2021-, había afirmado que opera un grupo delictivo, sin precisar mayores detalles.
A ello se suma el repudio ejercido en contra del bar Copeo, ubicado a un costado del sitio del crimen, el cual manifestantes obligaron a cerrar por medio de la fuerza, reclamando que dicho centro nocturno tenía ligas financieras con la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda y su esposo, Carlos Torres Torres. Esto fue negado por la mandataria el miércoles 19 de abril, en su conferencia semanal.
En 15 meses que ocurrieron las desapariciones, la FGE sólo había cateado tres veces los antros y bares ubicados en la intersección de las calzadas Francisco L. Montejano, Justo Sierra y Benito Juárez, donde cada fin de semana se genera una importante afluencia de jóvenes, de Mexicali, Calexico y Yuma. Dos de estas intervenciones ocurrieron en los últimos siete días.
Respecto a los últimos casos de desapariciones, David y Manuel convivían con dos amigas en las instalaciones del bar Shots cuando el primero decide ir al baño. Momentos después, el guardia de seguridad pidió a Manuel que lo acompañara porque su amigo lo necesitaba, lo que no le pareció nada extraño. Esa fue la última vez que alguien los vio.
Mientras tanto, Mauricio Andrés Verdugo Fragoso, desapareció -presuntamente- a las afueras del mismo Shots, cuando un grupo armado lo hizo abordar un automóvil que tomó rumbo desconocido.
Luego de labores de inteligencia y de cruce de información con autoridades de Estados Unidos y militares en México, además del trabajo de campo realizado en el manejo de los centros nocturnos, se llegó a una conclusión inmediata:
“Los Rusos” controlan todas las actividades ilícitas de la conocida Zona de Antros de Mexicali y el encargado -según fuentes que conforman las Mesas para la Construcción de la Paz- es Christian Jael Barajas Lozano, conocido como “El Taquiza” y/o “El Taquero” -inocente en tanto no se determine su responsabilidad mediante la sentencia de un juez, según el Artículo 13 del CNPP-, quien además es conocido por ser hermano de Felipe Eduardo Barajas Lozano “El Omega”, operador de “El Ruso” detenido en diciembre de 2021, cuando fue sorprendido realizando detonaciones con un arma larga, a bordo de su vehículo por la Zona Dorada de Mexicali.
En esa ocasión, refieren fuentes, ofreció a policías municipales 4 millones de dólares por permitirle escapar, e incluso, ser “cambiado” por su hermano -quien no era buscado por la justicia en ese momento-, para evadir la orden de aprehensión por feminicidio que tenía en su contra.
Aunque la desaparición de los tres jóvenes motivó una intensa intervención policial y una presión social y mediática en torno a los bares de Grupo Shots, la realidad es que toda la zona de antros tiene narcomenudistas que abastecen de drogas en los baños de los centros nocturnos y todos le responden a este grupo delictivo. En algunos casos mediante sociedades establecidas; en otros, por medio de amenazas a los gerentes o encargados de los inmuebles.
LOS DUEÑOS DEL SHOTS
Según el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI), desde 2011, el dueño de la marca Shots Factory tiene por nombre Juan Luis Martínez Ayala, empresario del ramo nocturno que en 2018 brindó una conferencia llamada “Ven por un Shot de éxito” en las instalaciones de CETYS Universidad, ampliamente anunciada por la institución e incluso otros organismos como la Confederación Patronal de la República Mexicana.
Su familia cuenta con varios centros nocturnos en todo Baja California, no obstante, el bar Shots fue un proyecto que emprendió desde hace más de 10 años y ha extendido a otros municipios, incluso se intentó abrir uno en Playa del Carmen. Sin embargo, a partir de 2021, la renovación de la marca corrió por cuenta de un familiar, Juan Luis Martínez Rojas, quien desde el año 2000 cuenta con varias sociedades en Mexicali y Tijuana, como Café Dublín.
Ambos comparten una vivienda en el fraccionamiento Villas Cibola del Mar, siendo el segundo el propietario y el primero el usufructuario vitalicio, según documento que obra en el Registro Público de la Propiedad y el Comercio (RPPC).
Juan Luis Martínez Ayala, Juan Luis y José Antonio Martínez Rojas, tienen un gran número de agrupaciones de bares y negocios que van desde Asesoría Gastronómica, SA de CV; Operadora Nuevo Mexicali, SA de CV (antes conocido como Molcajetes); Exportadora Maga, SA de CV; J.J. Operadora de Bares, SA de CV; y Operadores de Bares y Antros de Mexicali, SA de CV, este último el complejo de bares que conforman Grupo Shots.
El representante legal de esta empresa en 2019 era Jorge Alberto Lagarde Aguilar, quien dejó el cargo para ocupar el espacio de director Jurídico de la Secretaría de Infraestructura, Desarrollo Urbano y Reordenación Territorial (SIDURT) cuando la dependencia era titulada por Karen Postlethwaite en 2020.
Sí bien, se trata de empresas separadas, desde hace años, la familia se ha dedicado a la operación de un gran número de antros y bares en Mexicali y Tijuana.
Martínez Ayala era residente de la colonia Los Pinos. Vivía en una propiedad que hipotecó para hacerse acreedor a un préstamo por parte de la cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma, propietaria del permiso de alcoholes que utiliza todo el complejo de Bar Shots, a través de una de sus filiales, llamada Distribuidora Superior de Mexicali, SA de CV; hoy vive en San Pedro II.
Su bar formaba parte de un complejo ubicado sobre Calzada Francisco L. Montejano, donde comparte espacio con los antros After, Hendrix, Barrabar, Praga, Rush y La Canti, a quienes también une el permiso de alcoholes otorgado por la cervecera para mantenerse abiertos hasta las 03:00 horas.
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LA OTRA CARA DEL SHOTS: “EL TAQUIZA” Y “EL P1”
El 6 de abril, dos días antes de la desaparición de los tres jóvenes de Shots Factory, elementos de la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana (FESC), intervinieron un vehículo tipo pick-up color blanco de la marca Ford F150, placas AN7241A de Baja California, en el cual -informaron- había un grupo de personas fuertemente armadas.
Luego de un confuso episodio -ninguna autoridad ha aclarado el incidente- elementos de la FESC reportaron la incautación de la unidad en el estacionamiento del Shots, donde localizaron un chaleco antibalas, equipo táctico, dos juegos de esposas, una pistola corta, seis cargadores de arma corta y larga, con 113 balas y dos cinchos color negro de fácil amarre.
ZETA confirmó la intervención alrededor de las 11:00 horas. No se reportaron detenidos. Sin embargo, las cámaras de vigilancia instaladas en el callejón que divide los bares Shots y Copeo captaron el momento en que, horas después, individuos con apariencia de policías y a bordo de dos vehículos, se estacionan en el lugar y le quitan las esposas a un sujeto, al cual abandonan en la escena y se retiran. Se sospecha que los presuntos sicarios en el lugar eran parte de la célula de “El P1”, quienes lograron escapar por extrañas condiciones.
Ambas intervenciones ocurrieron con horas de diferencia. El tipo de bala localizada en el pick-up y los cinchos, coinciden con los encontrados el 15 de abril en la cuartería del bar Shots durante el cateo realizado por la FGE, que dicho sea de paso, también incautó dos discos duros con información de cámaras, un arma de utilería, algunas estatuillas religiosas de la Santa Muerte y San Judas Tadeo; además una gorra con un cráneo en la parte frontal, pintada de los colores blanco, azul y rojo, sello distintivo de “Los Rusos”.
Todo esto fue hallado en una cuartería ubicada detrás del Copeo, misma que contaba con todos los aditamentos básicos para vivir.
Tras el asesinato el 8 de abril de 2021 de Jesús Ramón Velázquez Contreras, conocido como “El H”, considerado el distribuidor de droga en los antros, el control pasó a “Los Rusos”. Durante más de un año el encargado de los antros, según fuentes de inteligencia, fue Cristian Alexis Mendoza Guillén “El Plaga”, originario de Culiacán, Sinaloa -inocente en tanto no se determine su responsabilidad mediante la sentencia de un juez, según el Artículo 13 del CNPP-. Su actividad ilícita fue suspendida debido a que en noviembre de 2022 se le detuvo -igual que a “El Omega”- luego de una noche de copas que se extendió hasta la mañana siguiente.
“El Plaga” viajaba con su escolta personal a bordo de un vehículo Jeep Mild-Hybrid AT color blanco, año 2021, cuando fueron intervenidos por la FESC mientras circulaban sobre las calles de la colonia Alamitos, al norte de Mexicali. Los agentes les marcaron el alto por su conducción imprudente; los tripulantes del Jeep respondieron abriendo fuego.
Policías municipales se unieron a la intervención y, luego de un enfrentamiento intenso, pero fugaz, abatieron a Jesús Antonio “N”, originario de Sinaloa y con domicilio en Tijuana, con antecedentes en Ahome, Sinaloa y Tijuana.
“El Plaga” es -presuntamente- un peligroso sicario perteneciente en ese entonces a “Los Zorros”, una de las células conocidas que operan para “El Ruso”, al igual que la de “Los Omegas”, la de “El Caimán” -personaje aún no identificado por las autoridades-, la de “El 50”;,“El Chelo” -llamado Marcelino Corona Gálvez- y presunto traficante de personas-; el grupo de Alfonso Peralta Medina “El P1” y/o “Ponchito de la Lima”, quien tiene como operador financiero a Víctor Hiram Camacho Salazar, “El Secretario”, expuesto a la luz tras ser detenido en mayo de 2021, durante una intervención donde fueron asegurados 14 presuntos operadores del “P1”, en una taquería ubicada sobre Calle Novena, en los alrededores de la Zona Dorada.
En ese entonces “El Plaga” ordenaba -presuntamente- todos los actos ilícitos que se cometían en los antros hasta su captura, en noviembre de 2022. A partir de ese momento, su espacio fue tomado por “El Taquiza” y/o “El Taquero”, hermano de “El Omega”, preso en una cárcel de Nayarit por un feminicidio ocurrido en Culiacán, Sinaloa.
“El Taquiza” cambió su estilo y ahora asumió un perfil empresarial. A él se le reportan todas las actividades dentro de los bares y antros de la zona.
A raíz de los últimos incidentes, elementos de la FGE llevaron a cabo una serie de operativos en diversos puntos de la colonia Nueva, Industrial y Fovissste, donde catearon varios domicilios ante el reporte de que en uno de ellos se encontraba resguardado “El P1” con varios de sus sicarios. El operativo no dio resultado. Los criminales ya habían escapado cuando se ingresó al domicilio que fue rentado mediante la aplicación Airbnb.
IMPLICADOS EN DESAPARICIONES
Además de que se presume que “El Plaga”- ya detenido-, “El Taquiza” y “El ‘P1” podrían estar relacionados con la desaparición de varios de los jóvenes, no hay datos que los vinculen -hasta el momento- con esos hechos, al menos a los últimos dos casos.
Sin embargo, la FGE mantiene asegurado a Roberto Sanz Mireles “El Porkys” -inocente en tanto no se determine su responsabilidad mediante la determinación de un juez, según el Artículo 13 del CNPP- como presunto narcomenudista que participó en la intervención de los primeros dos jóvenes.
La FGE también identificó a Juan Carlos Bahena Salinas, presunto guardia que llevó a Manuel al baño. Este individuo fue interrogado para recabar información sobre su paradero.
La presencia de narcomenudistas estaba normalizada por meseros, guardias y todo el personal de Grupo Shots, quienes no hacían preguntas, pero los trataban bien y seguían sus instrucciones a cambio de propinas sustanciales.
Tras el movimiento social contra Grupo Shots, un gran número de operadores de “El Ruso” huyeron de BC, pero hay dos personas directamente relacionadas con la desaparición plenamente identificadas y ya se les busca en Sonora, donde presuntamente se resguardan.
PROTESTAS, JALONEOS Y LA QUEMA DEL SHOTS
Una de las atracciones predilectas del bar Shots Factory era hacer llamaradas con algún tipo de bebida alcohólica.
La noche del 16 de abril no fueron habituales las que centraron la atención en el antro, sino el fuego inducido por un grupo de amigos de familiares de las víctimas de desaparición forzada, mismos que intentaron calcinar el inmueble.
El punto más álgido se dio ese mismo domingo, cuando luego de sostener una manifestación, personas cercanas a las familias acudieron irrumpieron en el inmueble y le prendieron fuego en el exterior y el interior.
De inmediato se abocaron policías a la escena, pero decidieron no intervenir más que como una medida de protección. Las llamas se extendieron poco a poco; no lograron propagarse a toda la construcción. Momento aprovechado por los manifestantes para ingresar a la propiedad y causar destrozos en televisiones, bebidas, cristales y cualquier objetivo que pudiera ser dañado y rayado con mensajes donde exigían justicia.
Personal de la Dirección de Bomberos acudió al lugar, los manifestantes les impidieron llevar a cabo su deber. Fue mediante una extensa labor de convencimiento que accedieron.
Es la primera vez en Mexicali que un grupo de civiles incendia un inmueble como medida de protesta y reclamo por sus desaparecidos.
Sin embargo, los actos ocurridos el domingo 16 no fueron aislados, puesto que la noche del sábado, durante la vigilia que concertaron los familiares de David Alfonso Melecio Rodríguez y Manuel Bramasco, se suscitó el primer enfrentamiento con la autoridad.
Todo comenzó cuando un considerable grupo de manifestantes se instaló frente al bar para exigir justicia. La situación estaba relativamente controlada hasta que algunos agentes investigadores que resguardaban el cateo, pidieron a los manifestantes que se retiraran, ya que cerrarían el perímetro.
La petición fue tomada de mala forma por los protestantes, quienes consideraron el acto como una ofensa.
“¿Ahora sí te sientes autoridad?”, cuestionaron algunos, a la vez de reclamar que no tomaron esa conducta cuando se trató de defender a sus familiares desaparecidos. Ese momento fue detonante para que los manifestantes violaran el cordón perimetral e intentaran ingresar al Shots, generando un jaloneo con la autoridad.
Luego de algunos empujones y reclamos, los inconformes solicitaron que las madres de las víctimas pudieran ingresar y acompañar la búsqueda. La FGE no aceptó la petición, lo que nuevamente generó hostilidades.
Los manifestantes acudieron al callejón para ingresar a los inmuebles secretos ubicados detrás del bar Copeo. También fueron impedidos por policías investigadores, desencadenando otro enfrentamiento verbal.
Cuando las cosas parecían controladas, se escuchó el grito penetrante de un individuo: “¡Vamos al Copeo!”, lo que fue asentido por los poco más de 50 protestantes que se enfrentaron a golpes con los guardias de seguridad, quienes, al verse superados en número, sólo tuvieron el recurso de atrincherarse en la puerta para impedir el acceso de los inconformes.
Luego de algunos golpes entre ambos bandos, Raúl Alemán Salazar, ex funcionario de la administración de José Guadalupe Osuna Millán y Francisco Vega de Lamadrid, salió del Copeo y comenzó a negociar con los manifestantes, los cuales reclamaron que dicho inmueble pertenecía a la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda y a su esposo Carlos Torres Torres. Alemán Salazar se identificó como el dueño.
También exigieron el cierre, debido a que mientras ellos se divertían, a escasos metros había familias llorando sus desaparecidos.
Alemán Salazar aceptó cerrar el inmueble y pagar las cuentas a los clientes, lo que fue aplaudido por los inconformes que, al ver la lenta salida de los comensales, se formaron en dos hileras en cada extremo de la puerta frontal y lanzaron consignas como “Saliste con vida de la zona de antros”, “Felicidades, volverás con bien a casa”, entre otros mensajes similares.
Luego de ese altercado, la manifestación culminó. El operativo de la FGE continuó hasta después de las tres de la mañana.