Un borracho va a un bar, en cuya puerta encuentra dos pollitos y se los lleva. Se sienta en la barra con ellos y ordena:
“Mesero, ponga un tequila para mis sobrinos y para mí”.
El mesero lleva los tequilas y, al cabo de un rato, el borracho pide:
“Mesero, prepáreme una torta para mis sobrinos y otra para mí”.
Extrañado, el mesero lleva las tortas, acto seguido, el borracho ya casi no se puede poner de pie y dice:
“Mesero, una botella de vino para mis sobrinos y para mí”.
Intrigado, el mesero pregunta:
“Perdone, señor, ¿se da cuenta de que sus sobrinos son unos pollos?”.
El borracho contesta:
“Ya, pero es que cuando me los encontré me decían ‘¡Tío, tío!’”.
Autor: Un sobrio.
Sin rodeos
¿Qué le dice un jardinero a otro?
Nos vemos cuando podamos.
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La mayor exportación de Australia son los boomerangs… también son la mayor importación.
¿Cómo se llama un boomerang que no vuelve?
Palo.
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Había un tipo tan borrachín, que le llamaban genio. Cada vez que destapaban una botella, aparecía.
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¿Qué le dijo Batman a Robin antes de subir al coche?
Robin, sube al coche.
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¿Qué es peor que encontrarse un gusano en una manzana?
Encontrar medio gusano.
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¿Qué es rojo, y malo para los dientes?
Un ladrillo.
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— Ramón, si supieras que voy a morir mañana, ¿qué me dirías hoy?
“¿Me prestas mil pesos y mañana te los devuelvo?”.
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Un ciego dice a otro:
— Ojalá lloviera.
“Ojalá yo también…”.
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— Oye, ¿sabes cómo se llaman los habitantes de Nueva York?
“Hombre, ¡pues no todos!”.
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— Hola, ¿tienen libros para el cansancio?
“Sí, pero están agotados”.
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— ¿Has oído hablar del astronauta claustrofóbico?
“Sí, sólo necesitaba un poco de espacio”.
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— ¿Te gusta el rock progresivo?
“Cada vez más”.
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— Me gustaría vivir en una isla desierta.
“A mí también”.
— ¡Caray, ya empezamos a llenarla!
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— Ha cometido usted un crimen matemático.
“Pues lo asumo”.
— ¡Pues lo arresto!
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— ¿Sabes? Hoy me compré una paloma que cuesta 10 mil pesos.
“¿Mensajera?”.
— No, no te exagero nada.
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— Oiga, ¿usted está empadronado?
“No, qué va, es mi carácter…”.
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— Cariño, ¿dónde están los niños?
“¡En inglés!”.
— Okay, darling. Where are the kids?
Autor: Desocupado y ocurrente.
Jaimito y/o Pepito
— Jaimito, dime cinco animales de África.
“¡Cinco elefantes, profesora!”.
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— Mamá, ¿puedo usar tu carro?
“No sin mi supervisión, Pepito”.
— ¡Uy, perdón por no tener súper poderes como tú!
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— ¿Cuánto llevas ahorrado ya, Jaimito?
“Ceromil cerocientos cerocero pesos”.
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En clase le preguntan a Jaimito:
— ¿De qué signo es tu madre?
“Debe de ser de exclamación, ¡porque se pasa todo el día gritándome!”.
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— Pepito, ¿sabes inglés?
“Yes”.
— Traduce por favor: Me gusta ir al gimnasio a tonificarme.
“I like gin tonic”.
Autor: Un tal Juanito.
El verdadero génesis
Dicen que Dios creó al burro y le dijo:
“Serás burro, trabajarás de sol a sol, cargarás sobre tu lomo todo lo que te pongan y vivirás 30 años”.
El burro contestó:
“Señor, seré todo lo que me pides, pero… 30 años es mucho, ¿por qué no mejor 10 años?”.
Y Dios creó al burro.
Después Dios creó al perro y le dijo:
“Serás perro, cuidarás la casa de los hombres, comerás lo que te den y vivirás 25 años”.
El perro contestó:
“Señor, seré todo lo que me pides, pero… 25 años es mucho, ¿por qué no mejor 10 años?”. Y Dios creó al perro.
Luego creó al mono:
“Serás mono, saltarás de árbol en árbol, harás payasadas para divertir a los demás y vivirás 15 años”.
El mono respondió:
“Señor, seré todo lo que me pides, pero… 15 años es mucho, ¿por qué no mejor cinco años?”.
Y Dios creó al hombre:
“Serás el más inteligente de la Tierra, dominarás el mundo y vivirás 30 años”.
El hombre replicó:
“Señor, seré todo lo que me pides, pero… 30 años es poco. ¿Por qué no me das también los 20 años que no quiso el burro, los 15 que no aceptó el perro y los 10 que rechazó el mono?”.
HE AQUÍ LA PARADOJA: El hombre vive 30 años como hombre, luego se casa y vive 20 años como burro, trabajando de sol a sol y cargando sobre su espalda el peso de la familia. Luego se jubila y vive 15 años como perro, cuidando la casa, comiendo lo que le den. Y termina viviendo 10 años como mono, saltando de casa en casa de los hijos… y haciendo payasadas para divertir a los nietos.
Autor: Un devoto.
