El incendio de las bodegas ubicadas en el Parque Industrial de La Mesa de Otay, entre las calles José Gálvez, avenida Mayorga y José Manuel Salvatierra en Tijuana, estuvo activo durante cuatro días y causó pérdidas millonarias.
El incidente se registró a las 5:34 de la mañana del sábado 28 de enero; la información inicial proporcionada por el departamento de Bomberos indicaba que éste se había presentado en una recicladora de cartón. Al lugar acudieron elementos de las estaciones 1, 2, 3, 4, 5, 8, 9, y 17, para intentar sofocar el siniestro, el cual “podría llevar más horas e incluso días de trabajo”, debido al material combustible.
A las 12:39 del sábado se informó que el incidente estaba controlado, pero se continuaba trabajando en el lugar para lograr la extinción completa, pues quedaban puntos activos, labor que continuaría durante el domingo.
Para el lunes 30 de enero la labor parecía interminable. Bomberos ya sumaba más de 53 horas trabajando, y aunque se presentaron lluvias fuertes, el fuego continuaba activo en siete puntos.
El martes 31 de enero, se cumplían cuatro días de intensa labor por parte de los tragahumo, quienes continuaron intentando sofocar tres puntos de fuego activo, consiguiéndolo la tarde del mismo día.
Según el director de Bomberos, Rafael Carrillo Venegas, hace 20 años no se presentaba un incidente de estas proporciones; para extinguirlo fue necesaria la participación de 360 elementos de los tres turnos que se rotaban para continuar trabajando. En total, combatieron las llamas durante 86 horas sin parar.
Llamas arrasan con todo y dejan a empleados en la incertidumbre; “dueños no dan la cara”, dicen
La Dirección de Bomberos Tijuana informó que aunque los daños fueron solo materiales, estos fueron totales. El fuego consumió 26 mil metros cuadrados de la nave industrial, entre ellos siete bodegas de distintos giros comerciales dotadas con maquinaria costosa, por lo que las pérdidas, según un empleado, ascienden a más de 20 millones de pesos.
Entre las bodegas afectadas figuran Real Logistics Limited, S.A. de C.V., bajo la razón social de Omel Antonio e Israel Reynoso Álvarez, dedicada a la importación y exportación; IP Reutilizados, S. de R.L. de C.V., recicladora de plástico perteneciente a Iván Pavlovich López y Zarina González Alvarado; Grupo Corafrut. S. de R.L. de C.V., bajo la razón social de Martha Alicia Lata Alcalá y José Antonio Mejía Yáñez, importadora y exportadora de fruta; así como Grupo Coramish, quien no aparece en el Registro Público del Comercio, al igual que Sopa Maruchan.
También se vieron afectadas Fanosa, que solo tiene registro en Hermosillo y La Paz; y Calmex, que supuestamente se dedicaba a la fabricación de chocolate. De la última solo hay dos registros en Tijuana: Calmex Transportes, S. de R.L. de C.V., dedicada al autotransporte público federal y Calmex Distributors, S. de R.L. de C.V., cuyo giro es la compra, venta, importación y exportación.
A raíz del incendio más de 50 empleados de las bodegas quedaron en la incertidumbre; aseguran que “los propietarios no nos han dado la cara”, pues desde el sábado pasado hasta el cierre de edición no se habían contactado con ellos para darles información de qué pasará con sus empleos.
“Estamos esperando que nos den respuesta de qué es lo que va a suceder con los empleados; esperamos tener respuesta en el transcurso de la semana”, mencionó un trabajador. Y es que -aseguraron- nunca tuvieron contacto con los dueños ni con los jefes; la única persona a la que ubican físicamente es una mujer a quien llaman “Licenciada”, quien figuraba como encargada del lugar, pero tampoco se ha acercado con ellos para brindarles información.
“No teníamos contacto con los jefes, solo con el personal; no había superiores. Estamos dispuestos a esperar dos o tres semanas mientras paguen; si no, mejor que nos liquiden, es lo más viable”, comentó.
ZETA intentó contactar a los propietarios afectados, sin embargo, estos no figuran entre los socios de organizaciones como Index, Deitac y AIMO.
FGE investiga causa del incendio; hay versiones encontradas
Un empleado de la recicladora de plástico comentó a ZETA que el incendio le resulta “sospechoso”, ya que -afirmó- por la rápida propagación de éste, debió iniciar antes de la hora que indicó Bomberos (a las 5:34), pues “se extendió demasiado rápido”; además de que ocurrió, afortunadamente, en horas en que no había empleados, por lo que no descarta que el siniestro no haya sido accidente. “Todo esto está muy raro”, dijo.
Lo anterior se ve reforzado por un testigo que afirmó que a las 4 de la mañana del sábado observó humo y al subir al techo del sitio donde trabaja, el cual es cercano a las bodegas, vio que el fuego venía de la Recicladora.
Mientras, otro trabajador manifestó que entre los colaboradores se corrió el rumor de que las llamas iniciaron por un corto circuito.
No obstante, Rafael Carrillo mencionó que hay distintas hipótesis, pero que será la investigación de la Fiscalía General del Estado la que revele la causa.