Durante la pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2, se suspendieron diversos programas de salud pública, entre ellos el de prevención de rickettsia, generando que esta enfermedad, la cual era endémica de Mexicali, ahora se expandiera a Tijuana y Ensenada.
En entrevista con ZETA, Moisés Rodríguez, epidemiólogo jubilado del Hospital General de Mexicali, relató que existe una manera de erradicar por completo la enfermedad, pero hace falta voluntad por parte del gobierno para realmente atender esta epidemia.
Rodríguez laboraba en el nosocomio en 2008, cuando se presentaron los primeros cinco casos de rickettsiosis en el Estado, todos en edades entre los 5 y 14 años; a partir de ese año, los contagios aumentaron sustancialmente.
La mayoría de los pacientes eran de ejidos o comunidades con extrema pobreza, con falta de higiene, y sobre todo proliferación de perros callejeros y, por ende, de garrapatas, vector encargado de propagar la enfermedad.
En la Ley General de Salud se indica que cuando se detecta un caso de rickettsia, se debe de fumigar y limpiar la vivienda donde se registró, así como nueve manzanas a la redonda, y si son dos casos, entonces el perímetro se multiplica por dos; situación que no sucede, reclamó el experto.
Uno de los principales obstáculos, es que las personas no permiten la entrada a sus viviendas por parte de los fumigadores, por lo que un solo hogar que quede sin esa limpieza, deja latente que la bacteria vuelva a surgir.
“Si se fumigara un 80 por ciento, aún habría riesgo; pero fumigar el 40 por ciento, que es el alcance actual, es como si no se hiciera nada. La Secretaría de Salud debería de insistir y aplicar la ley, porque estamos hablando de salud pública”, dijo.
La Ley señala que cuando es un tema de salud pública, el Estado tiene la autoridad para intervenir, sin embargo, para el experto de la Universidad Autónoma de Baja California, éste ha sido omiso.
Por su parte, José Adrián Medina Amarillas, secretario de Salud en el Estado, reconoció que la enfermedad se ha esparcido a otros municipios, luego de que se suspendieran las campañas de erradicación de la garrapata.
Sin embargo, calificó el tema como algo complejo, pues no solo se trata de fumigar en las viviendas, sino que muchas de las colonias epicentro de la enfermedad no cuentan con agua, con pavimentación o servicios básicos, por lo que es cuestión de tiempo para que la garrapata vuelva a aparecer.
“El año pasado, aquí en la Jurisdicción de Tijuana -Tecate y Rosarito- tuvimos 26 casos positivos, los cuales nos preocupó porque antes de la pandemia no había habido casos en la ciudad. De estos 26 casos todos recibieron tratamiento, pero infortunadamente, cinco fallecieron; y no solo eso, también detectamos un primer caso que sucedió en Ensenada”, afirmó a este Semanario.