De acuerdo a estimaciones de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en 2002 el volumen de extracción de arena concesionado en el Estado de Baja California representaba el 49% del total concesionado en el país, aunado a que aproximadamente el 45% de la arena extraída de los cauces de arroyos en la región era exportada a San Diego, California.
Investigadores han hecho serias advertencias sobre las consecuencias sociales y ambientales que produce la extracción excesiva e inadecuada de arena. Actualmente no existe control sobre la cantidad de arena extraída por las empresas privadas en la región, incluso estudios referidos por estudiantes del círculo ambiental de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), refieren lo que se extrae es, por mucho, superior a los volúmenes concesionados.
Dentro de los arroyos que se ubican en la región, particularmente en el centro del poblado Valle de Las Palmas, en la zona rural de Tecate y que constituyen una red de drenaje que opera desde las partes altas de la sierra hasta las tierras bajas que conducen los escurrimientos superficiales que se producen por la captación de aguas de lluvia en las cuencas hidrológicas, han surgido consecuencias de impacto ambiental, desde la escasez de aguas para los residentes del poblado, hasta daños irreversibles en la flora y fauna.
ZETA platicó con residentes del poblado, quienes informaron que hasta el momento tres pozos de aguas natural que les abastecían han dejado de funcionar en los últimos cinco años, además, la extracción en la zona se hace de manera anárquica y sin el debido control ambiental, pues no hay autoridad que regule cuánto es el saque diario.
La transportación de la arena a través del poblado ha generado problemas de salud en los residentes, al aumentar las enfermedades respiratorias a causa del polvo que diariamente provocan las unidades que transitan a lo largo del día y la noche para acceder a las carreteras federales y transportar la arena.
Por su parte, estudios de la UABC han advertido a las autoridades municipales, estatales y federales lo que ocurre en el área, y hasta el momento no han obtenido respuesta ni presencia en la zona. La explotación de cientos de miles de metros cúbicos de arena en estas cuencas hidrológicas bajacalifornianas ha llegado al extremo, cuando menos tres de las seis empresas que explotan el material pétreo han dejado los mantos freáticos expuestos a cielo abierto, abatiendo de tal forma el recurso que se pueden observar las “pareas en las que el recurso ha sido extraído”.
En 2005, la Dirección General de Ecología del Gobierno del Estado informó que en los últimos cinco años, la delegación de Semarnat en Baja California había otorgado concesiones para extraer poco menos de 1.9 millones de metros cúbicos de arena, destacando que se autorizaron sin contar con información técnica y científica que determinara la cantidad de arena que se genera en las principales cuencas y subcuencas del Estado.
Sólo en Tecate -por ejemplo- existen 40 concesiones para extraer arena particularmente en la zona de Valle de las Palmas, de la cual en una hora salen un promedio de 20 a 25 góndolas de 10 metros desde las 06:00 hasta las 20:00 horas. Según estadísticas de la Comisión Nacional del Agua, en Baja California hay 73 concesiones para la extracción de pétreos: 39 son en Ensenada, 26 en Tecate, siete en Tijuana y una en Mexicali.
Dicha Comisión otorga las concesiones a particulares una vez que Semarnat hace el estudio de impacto ambiental y da una anuencia para extraer arena en determinada zona de BC. En el caso de Valle de las Palmas, desde 2002 no hay estudios que respalden el otorgamiento de las concesiones, de las que más de diez han expirado, pero siguen siendo operadas por particulares.
En 2022, Mónica Juliana Vega Aguirre, secretaria del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable en Baja California, dio a conocer el inicio de un estudio en el que se analizaría y actuaría en contra de aquellas empresas y particulares que extraigan arena de Valle de Las Palmas de manera ilegal y sin el apego a lo que la Ley en materia ambiental establece. A la fecha no se han dado a conocer los avances o resultados de dicha investigación, pero la arena sigue siendo saqueada de manera indiscriminada y sin regulación.