19.1 C
Tijuana
lunes, septiembre 30, 2024
Publicidad

El cura y la monja

En el confesionario:

Padre, confieso que he hecho cositas indebidas con el Padre de la parroquia vecina.

“Sor Clara, ¡no lo haga nunca más! De penitencia rece un Credo, dos Ave María y un Padre Nuestro… y la próxima vez, ¡recuerde que tu parroquia es esta!”.

Autor: Un catequista.

Confesiones

Un cura recién ordenado se confiesa por primera vez con su obispo:

– Dime, hijo mío, ¿qué tal has llevado los votos durante tu primera semana?

“Verá, Eminencia. En cuanto a la pobreza he regalado mi hábito y me visto con uno que ya había desechado, mis sandalias están rotas y llenas de agujeros, y doy la mitad de mi comida a los pobres que vienen al comedor”.

Muy bien, hijo mío, muy bien. Continúa…

En cuanto a la obediencia, hago cualquier cosa que me mande cualquier otro Padre, sin pensar en si es justo o adecuado, dando gracias al Señor por tener el privilegio de obedecer”.

Muy bien, hijo mío. Excelente, excelente…

“Finalmente, Eminencia, en esta semana estuve con 37 mujeres”.

El obispo casi cae de la silla y, con ojos desorbitados, exclama:

Pero ¡hijo mío! ¡¿Y el voto de castidad?!

“¿No era voto de cantidad?”.

Autor: Anónimo del Seminario.

Disléxicos

¿Cómo te fue en el campeonato de tiro con arco para disléxicos?

“Fui certero”.

Entonces ganaste, ¿no?

“No, para nada certero, entre el gesundo y el tuarco”.

***

Revisemos la nave. ¿Propulsores?

“On”.

¿Combustible?

“On”.

¿Eres disléxico?

“Is”.

¿Nos queda combustible?

“On”.

***

Doctor, no sé decir zapato.

“¿Cómo que no? A ver, dígalo otra vez”.

Zapato.

“Pues yo creo que lo dice muy bien”.

¡Que no! Mire: lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, zapato y domingo.

***

En la frutería, un disléxico acaba de pedir un aguataque… y aquí estamos, en plena guerra de globos de agua.

***

Hoy quería salir a correr y al final he salido a comer… veo que lo mío no es vagancia, sino dislexia.

***

¿Por qué has felicitado a todos los trapecistas en Facebook?

“Porque es 17 de marzo, San Trapicio”.

***

¡Papá, papá! ¿Qué significa ser disléxico?

“Que una persona tiene dificultades para leer, y confunde las palabras”.
¡Aaah! Es como cuando mamá te llama Pepe en vez de Juan…

***

En el Ejército:

Charlie a Bravo. ¿Ves el radar?

“¿Un ovni?”.

¡Un símil!

“¿Un avión?”.

¡Un símiiil! Charlie, ¿eres disléxico?

“¡Puerco a tierra!”.

¡Aaaaaaaaah!

***

Vengo a ingresar a los X-Men…

“¿Superpoder?”.

Provoco dislexia.

“¡Ja,ja,ja! Que tonrweí más glande. ¡por favor! Kakakakaka… Un Memento… Miedra.

Perro qué… serás carbón. Parra, qué parres. ¡Higo de fruta!”.

***

Mamá, ¿la dislexia es hereditaria?

“Co nreo”.

¿Gesuro?

“Gesurísimo”.

Qué avilio.

“So lé”.

Que tiero.

“Y to a yi”.

Autor: Un maestro.

Gato enamorado

Un gato enamorado dice a una gata en celo:

¡Por ti sería capaz de morir!

“¿Ah, sí? ¿Y cuántas veces?”.

Autor: Un perruno.

No te pases de la raya

Dos amigos conversan:

No sabes lo que me pasó ayer. Llego a casa y me encuentro a mi mujer acurrucada con un fisicoculturista. El caso es que, para mi sorpresa, el gorilón va y me agarra del cuello, me empuja a un rincón, me pinta una raya en el suelo y me dice: “Si pisas esta raya, te mato”. Y acto seguido, se vuelve a la cama con mi mujer a continuar la faena.

“¡Vaya situación! ¿Qué hiciste?”.

Cuando no me veía, yo pisaba la raya. ¡Qué se cree ese tipo!

Autor: Mejor así lo dejamos.

Pavlov

El perro de Pavlov presume con sus amigos caninos:

“La verdad es que me ha costado bastante condicionar a Pavlov, pero lo he logrado.

Ahora, cada vez que empiezo a salivar, él toca una campanita y anota”.

Autor: Un behaviorista animal.

En el psicólogo

En consulta el paciente, viendo el celular:

Verá usted, vengo porque últimamente tengo problemas de atención…

“¿Desde cuándo nota eso?”.

¿Desde cuándo noto qué?

Autor: Un distraído.

Engaño

Un loco pasea por el psiquiátrico con una piedra atada a una cuerda. En eso se le acerca el director del centro, que ya estaba harto de tanto loco, y le pregunta:

Qué, paseando al perrito, ¿no?

“Cuál perrito, ¿no se da cuenta que es una piedra”.

Muy bien. Para que vea que somos sensibles a las mejoras de nuestros pacientes, le voy a dejar en libertad.

Total, que sale el loco a la calle con su piedra, voltea la cabeza y dice:
“¿Ves lo que te dije, Rocky? ¡Si no ladrabas, los engañaríamos!”.

Autor: Rocky.

Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
gabriela@zeta.com
- Publicidad -spot_img

Puede interesarte

-Publicidad -

Notas recientes

-Publicidad -

Destacadas