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martes, octubre 1, 2024
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El circo de Brooklyn

De más de 70 testigos que la Fiscalía de Estados Unidos anunció llevaría para declarar contra el ex secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, apenas cumplió con poco más de 20 antes de informar al juez Brian Cogan que el próximo lunes 13 de febrero cerraría la etapa de testigos con uno “estrella”,  del cual se desconoce la identidad.

El proceso judicial que se le sigue a García Luna en EU, en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York con sede en Brooklyn, es por tres cargos por conspiración para traficar cocaína y uno por declaraciones falsas ante autoridades migratorias, luego que el ex colaborador en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) fuese aprehendido en diciembre de 2019 en Texas, Estados Unidos.

La Fiscalía de Estados Unidos inició la presentación de sus testigos con narcotraficantes mexicanos procesados, juzgados y algunos liberados en aquel país, pero impunes en México. Lo más notorio del inicio del juicio, fueron los testimonios de Sergio Villarreal Barragán “El Grande”, quien fue policía estatal, miembro del Cártel de Juárez al servicio de Amado Carrillo “El Señor de los Cielos”, del Cártel de Sinaloa y finalmente del Cártel de los Beltrán Leyva.

“El Grande” hizo una serie de revelaciones, como millonarios sobornos a García Luna, la entrega de una motocicleta Harley Davidson, el secuestro del ex secretario por parte de Arturo Beltrán Leyva y la protección que daba al Cártel de Sinaloa. Sin embargo, ni el narcotraficante -por cierto libre en Estados Unidos, pero con orden de aprehensión en México no cumplimentada-, ni la Fiscalía de la Unión Americana, presentaron prueba alguna para confirmar los dichos del criminal redimido en aquella nación.

Al “Grande” le siguieron Jesús Zambada García “El Rey” y otra lista de criminales, así como ex funcionarios mexicanos también presos por delitos contra la salud en Estados Unidos y elementos de las fuerzas policíacas de la Unión Americana que tuvieron que ver con la detención e investigación de Genaro García Luna, pero ninguno ha provisto a la propia fiscalía de pruebas sobre los dichos. No hay documentos que prueben los sobornos denunciados, ni bancarios, ni de depósitos, ni cuentas en el extranjero; tampoco imágenes o documentos que den fe de las reuniones del ex secretario con los narcotraficantes líderes del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera  o Arturo Beltrán Leyva “El Barbas”. Nada. Ni una foto tomada con lente fotográfico de largo alcance.

Incluso en México, se supone que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), al menos la que titulaba Santiago Nieto Castillo, tiene más evidencia del enriquecimiento ilícito de García Luna y la triangulación de contratos entre el Gobierno de la República encabezado por Enrique Peña Nieto y familiares del detenido en Nueva York, que la fiscalía estadounidense sobre sus reuniones con narcotraficantes, la protección que les dio o los sobornos que recibió.

A estas alturas del proceso en Norteamérica y de las carpetas de la UIF en México, pocos dudan de la inocencia de Genaro García Luna. Pero una cosa es asumirlo, presumirlo y comentarlo, a probarlo. Uno de los testigos, un ex fiscal de Nayarit que terminó siendo narcotraficante, confesando sus delitos y sentenciado a 20 años de prisión, incluso mencionó el nombre de Felipe Calderón Hinojosa, “de oídas”, es decir, no le consta ni tiene prueba alguna de que el ex mandatario ordenara proteger al Cártel de Sinaloa, pero escuchó decirlo a un ex gobernador.

La realidad es que los testigos de la Fiscalía de Estados Unidos contra García Luna se significaron por ser en su mayoría criminales, narcotraficantes, ex funcionarios coludidos con el crimen organizado, que resultan ser personas de no confianza, delincuentes confesos, asesinos, extorsionadores, secuestradores y torturados. Sin embargo, sin la presentación de pruebas determinantes para que no quepa duda de los dichos, la fiscalía pretende que el Jurado le crea a los criminales y declaren culpable al ex funcionario mexicano.

El próximo lunes,  la Fiscalía de Estados Unidos cerrará con un “testigo estrella”, o al menos eso han filtrado. Algunos asumen que se trata de Edgar Valdez Villarreal “La Barbie”, sicario y lugarteniente de los Beltrán Leyva, el cual otros testigos han señalado de haber estado presente cuando recuerdan haber visto a Genaro García Luna con Arturo Beltrán Leyva, incluso la ocasión en que según dijeron, el ex funcionario fue secuestrado.

En este circo mediático se ha convertido el juicio en Estados Unidos al ex secretario de Seguridad de México. Se espera que el “testigo estrella” finalmente aporte lo que otros no: pruebas tangibles, más allá de dichos y la palabra de criminales, de que García Luna recibió millonarios sobornos, proveyó la protección a los narcotraficantes y fue partícipe del trasiego de droga en México, sus aeropuertos, mares y carreteras, y hacia EU.

Otros asumen que el “testigo estrella” podría ser Luis Cárdenas Palomino, quien fuera titular de la División de Seguridad Regional de la Policía Federal y subalterno de García Luna, que se supone, hasta el día de hoy permanece preso (por el delito de tortura) en el penal de máxima seguridad Altiplano en Almoloya de Juárez, Estado de México, y sobre el que no hay rastro judicial de la petición de extradición por parte de la fiscalía estadounidense.

Pero nada será certero hasta el lunes 13 de febrero, cuando aparezca el “testigo estrella” de la fiscalía y se vea si aporta las pruebas necesarias para que el Jurado tome una decisión en consecuencia. Ese día se sabrá la participación de los testigos de la defensa de Genaro García Luna, y si él mismo subirá al estrado para defenderse.

Autor(a)

Adela Navarro Bello
Adela Navarro Bello
Directora general del semanario ZETA, Consejero de Artículo 19 y del CPJ para las Américas, entre otros reconocimientos, tiene el Maria Moors Cabot 2021 de la Universidad de Columbia.
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