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lunes, septiembre 30, 2024
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Nuestro segundo “Culiacanazo”

Por segunda ocasión, el Cártel de Sinaloa mostró su poderío y lo enraizado que se encuentra en la comunidad de aquella entidad, cuando el jueves 5 de enero se revivieron viejas heridas luego que elementos federales asestaran tremendo golpe a la delincuencia organizada en la comunidad de Jesús María en Culiacán -considerado el corazón de “La Chapiza”- en busca de capturar a Ovidio Guzmán López alias “El Ratón”, a quien el Presidente Andrés Manuel López Obrador, dejó en libertad en octubre de 2019, para evitar -según dijo- un episodio de sangre… tal y como ocurrió esta semana.

Ovidio Guzmán López es considerado uno de los tres líderes de “La Chapiza” junto con sus hermanos Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán Salazar, de los que nunca se ha sabido un solo operativo en su contra por parte del Gobierno de México.

Según fuentes gubernamentales, entre sus principales responsabilidades se encuentra -presuntamente- el tráfico de fentanilo a Estados Unidos, país que ha emitido una alerta precisamente por lo peligroso de este opioide. De hecho, reportes de prensa de la Unión Americana lo reconocen como “El Rey del Fentanilo”.

¿Por qué es importante este dato? Porque el tramo de San Luis Río Colorado hasta Tijuana, es la zona de mayor flujo de enervantes para el Cártel de Sinaloa, concretamente de fentanilo. El Golfo de Santa Clara, muy cerca de Mexicali, es un punto de operaciones controlado por criminales a las órdenes del propio Ovidio para el tráfico de dicho opioide.

A causa de esto, la región es considerada una de las más violentas del país, ubicándose por encima de otros cruces fronterizos y puertos en conflicto.

La presencia de “Los Chapitos” en Baja California se da principalmente en Tijuana, pero su influencia también repercute en Mexicali, donde constantemente sostienen enfrentamientos con “Los Rusos”, quienes también pertenecen al Cártel de Sinaloa, pero con afinidad hacia Ismael “El Mayo” Zambada, con quienes fragmentaron su relación a raíz -precisamente- del primer “Culiacanazo” ocurrido en octubre de 2019.

El motivo fue que “Los Rusos” se negaron a participar en el rescate a Ovidio Guzmán López, provocando la ira de los hermanos que respondieron con balazos y enfrentamientos en la Zona Norte de Culiacán y el Valle de Mexicali, dos comunidades unidas por el flujo de enervantes.

La situación de violencia en el Valle de Mexicali y San Luis Río Colorado, ha dejado episodios similares al “Culiacanazo” como el del 2 de diciembre de 2022, cuando el grupo delictivo de “La Chapiza” ingresó al poblado de Luis B. Sánchez para enfrentar a sicarios de “Los Rusos”, generando un estado de sitio que duró varias horas hasta que los sicarios decidieron terminar, y no por la intervención de las autoridades.

Ninguna autoridad local, estatal o federal, tuvo la capacidad para responder a un enfrentamiento de tal magnitud, y lo mismo ocurrió en Culiacán, donde las fuerzas del orden fueron sobrepasadas en muchos espacios por el enorme grupo criminal al que se enfrentaban.

Entendiendo este contexto, los enfrentamientos suscitados el jueves 5 de enero, donde tuvieron que participar todas las autoridades gubernamentales y hasta equipo aéreo para combatir el poderío del grupo delictivo, podrían traer nuevos escenarios que influyen directamente en la conformación de las células criminales de Mexicali y San Luis Río Colorado, lo cual se traduciría en un escenario de violencia.

Autor(a)

Eduardo Villa
Eduardo Villa
Periodista desde 2011 y corresponsal en Mexicali del Semanario Zeta. Participante del Border Hub del International Center for Journalists y coautor del libro “Periodismo de Investigación en el ámbito local: transparencia, Acceso a la Información y Libertad de Expresión”
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