Madres de familia de alumnos de la primaria General Vicente Guerrero ubicada en el Mariano Matamoros Sur, en Tijuana, denunciaron que el protocolo contra bullying en la escuela no funciona, por lo que temen que hijos acudan al plantel.
En entrevista, las madres de los menores afectados señalaron que desde mayo del año pasado se presentó el primer incidente, cuando un niño de cuarto grado comenzó a robarles el lonche a sus compañeros y aunque el hecho no pasó a mayores, las agresiones fueron subiendo de nivel.
Desde octubre de 2022, las agresiones comenzaron a ser con lápices encajados, tijeras y golpes, hasta que el viernes 13 de enero de 2023, el menor amenazó con un cuchillo a un niño de tercer año, así como a otros tres estudiantes que intentaron defenderlo.
Sin embargo, las madres de los menores se enteraron por sus propios hijos y no por los directivos de la escuela, quienes al ser cuestionados, argumentaron que no había pasado nada y que el cuchillo no tenía filo, por lo que no era necesario que se enteraran, y minimizaron el hecho de que había el niño había ingresado con un arma a la escuela, “entonces ¿Cómo nos vamos a enterar? ¿Por Semefo?”.
Ante esto, las madres de familia escribieron un oficio dirigido tanto al director de la escuela, Omar Alejandro Díaz Díaz, como a la Secretaría de Educación y el DIF municipal, para que se le dé principal atención al niño agresor, pues ahora las víctimas tienen miedo de acudir a la escuela.
“El alumno comentó que su agresor lo llamó y lo amenazó con su cuchillo, dirigiéndolo hacia su estómago, le preguntó que si quería que le diera un cuchillazo, el menor se asustó y comenzó a correr hacia su maestra, cuando volteó para ver al niño, éste dijo “me cacharon, mejor voy a tener que traer unas pistolas”, cita el oficio.
Las madres de familia se quejaron de la manera en la que se ha manejado la situación por parte del director, ya que consideraron que le ha dado protección al menor agresor, ya que no ha recibido ningún tipo de llamada de atención y lo sigue acercando a los menores víctimas bajo el argumento de que no le puede negar la educación.
“El protocolo dice que como maestros, no pueden revisar la mochila de los niños, porque se atenta contra su privacidad…el director queda con nosotros de que el niño será llevado a ayuda terapéutica, que se va a seguir el protocolo y se le da la oportunidad, no conformes, pero lo hicimos”, relató una de las madres de familia.
Otra madre señaló que no se consideró agresión, porque “no hubo sangre”, tampoco moretes, ya que cuando golpeó a sus compañeros, estos se protegieron, por lo que no hubo evidencia, “entonces no podemos proceder de ninguna manera”.
Cuando se puso la queja en la delegación Tijuana de la Secretaría de Educación, se procedió a suspender al menor agresor durante una semana, tiempo que las madres tienen para que las autoridades educativas las escuchen, pues el lunes 23 el niño reanudará clases, y ellas temen por sus hijos.
