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martes, octubre 1, 2024
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Llamadas, reuniones y compras delataron al “depredador” de la escuela Leona Vicario

Ricardo Roberto Acuña Angles, docente y presunto responsable de al menos 16 casos de abuso sexual y pederastia denunciados pública y legalmente ante la Fiscalía General del Estado (FGE), en la escuela primaria Leona Vicario, de Mexicali, había retomado una nueva vida en Cancún, Quintana Roo, donde reside parte de su familia.

En una comunidad privada de la otra península mexicana, fue donde encontró refugio para reiniciar su vida; se reunió con viejos amigos escolares, realizó compras con tarjeta de crédito y emitió llamadas de un nuevo teléfono celular, sin preocupaciones.

Durante las fiestas decembrinas convivió con su familia, mientras que padres y madres de las víctimas de escuela primaria Leona Vicario, exigían su localización e incluso se extendían en su búsqueda a volanteos y pesquisas en diversas zonas de la ciudad.

Hay que recordar que a inicios del mes de diciembre, Ricardo Roberto fue exhibido por familiares de una niña por la presunta comisión de actos lascivos dentro de las instalaciones educativas.

Al conocerse el caso, otros padres de familia confirmaron que sus hijos también habían sido afectados; y de uno pasó a ocho, luego a nueve, hasta finalmente llegar a los 16 casos, de los cuales 14 son de dicha escuela y dos más de una primaria ubicada en la colonia Robledo, de donde fue removido por el mismo tipo de conductas.

El secretario de Educación, Gerardo Solís, pidió una disculpa pública por los hechos y ordenó la remoción inmediata del docente, pero ya era tarde, pues el caso se había extendido y se vio obligado a suspender a varios funcionarios relacionados con el caso; entre ellos, el director del plantel educativo.

El sábado 7 de enero y tras un mes de permanecer prófugo, Ricardo Roberto fue detenido por elementos de la Agencia Estatal de Investigación, concretamente el Grupo de Aprehensiones de Mexicali; y sus homólogos en Cancún, en un operativo en el residencial Santa Fe, donde vivía junto con un familiar.

Luego de confirmar su identidad -pues su único disfraz fue rasurarse la barba- fue procesado y devuelto a Baja California, donde llegó la noche del domingo pasado.

Decenas de familiares y medios de comunicación lo esperaban a las afueras de las instalaciones de la FGE de Río Nuevo, en Mexicali, donde sería certificado y horas después sentado en el banquillo de los acusados para enfrentar la primera acusación por el delito de pederastia agravada; cuenta -hasta este momento- con 10 órdenes de aprehensión por delitos relacionados.

Autor(a)

Eduardo Villa
Eduardo Villa
Periodista desde 2011 y corresponsal en Mexicali del Semanario Zeta. Participante del Border Hub del International Center for Journalists y coautor del libro “Periodismo de Investigación en el ámbito local: transparencia, Acceso a la Información y Libertad de Expresión”
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